Málaga, Sevilla /
30 de enero de 2020

Un nuevo modelo de gestión para un turismo sostenible

Fotografía ilustrativa de la noticia

Autoría: Jorge Molina / Fundación Descubre

Equipos de investigación de las universidades de Málaga y Pablo de Olavide de Sevilla han definido un modelo que revela el nivel de sostenibilidad de una ciudad y su grado de mejora con los años, con el objetivo de facilitar la toma de decisiones que eleven los diferentes parámetros a lo largo del tiempo. Su aplicación en el sector turístico se hace visible mediante etiquetas que recompensan políticas efectivas.

Andalucía recibió en 2018 la visita de 30’5 millones de turistas, con un 39% de extranjeros, según el Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía. Un destino que cumple los requisitos de sostenibilidad obtiene un plus a la hora de promocionarse, por lo que medir ese concepto, y saber si aumenta o disminuye, se convierte en una herramienta útil para este sector económico.

Caminito del Rey, en la provincia de Málaga. Foto: Pixabay.

Equipos de investigación de las universidades de Málaga y Pablo de Olavide de Sevilla han desarrollado un sistema de indicadores que evalúa la gestión ambiental de los destinos turísticos. El análisis que efectúa el modelo está sustentado en factores económicos, sociales y ambientales, que engloban a un total de 65 parámetros elegidos por expertos.

La sostenibilidad conlleva múltiples aspectos que resultan complejos de cuantificar en el sector turístico. “Este hándicap aumenta por la gran cantidad de agentes implicados, pero hemos establecido un modelo que evidencia el avance o retroceso en desarrollo sostenible”, señala a la Fundación Descubre el investigador de la Universidad de Málaga Rafael Caballero.

Rafael Caballero, investigador de la UMA.

Los científicos han generado un sistema de calificación a través de etiquetas, las cuales hacen visible si la situación en algún aspecto mejora o empeora. “Además, puede significar un incentivo para motivar a los gerentes de entes públicos locales a aplicar su trabajo de una manera eficiente, ya que se les evalúa de manera objetiva”, añade Caballero. Los destinos con calificaciones más altas los tomarán como referencia el resto de localidades.

Así, el trabajo para mejorar la calidad del empleo joven, aumento de zonas verdes o adaptación de infraestructuras a personas con movilidad reducida que un ayuntamiento desarrolle servirá de acicate, pues además su calificación se elevará en el análisis que aplica el modelo.

Los indicadores son 65, de tipo ambiental, social y económico. Aportan información sobre el grado de sostenibilidad de 54 municipios de Andalucía.

Las variables con un mayor peso en la dimensión social están relacionadas con la seguridad del destino turístico, la conservación del patrimonio cultural y la capacidad de carga. En el plano económico, gozan de mejor ponderación el empleo turístico y el grado de satisfacción de los turistas. Y en la faceta ambiental el mayor peso se relaciona con la protección de los espacios naturales y la gestión de las aguas residuales.

De izquierda a derecha, Francisco Javier Blancas (UPO), Rafael Caballero (UMA), Mercedes González (UMA) y Macarena Lozano (UPO).

Finalmente, los autores fijaron el grado mínimo para considerar que ha habido mejora. Las etiquetas de sostenibilidad turística, que incluyen subcategorías, están otorgadas a los destinos que disfrutan de una dinámica positiva. El equipo de investigación aplicó sus variables a 54 municipios urbanos andaluces para establecer una clasificación de aquellos que mejor plasman las etiquetas sostenibles.

Independiente

El trabajo futuro se centrará en adaptarse al cambio de enfoque que se produce en la planificación en este ámbito. “Los nuevos planes estratégicos incluyen a agentes del sector para que participen en las decisiones de diagnóstico y prioridades”, reflexiona Rafael  Caballero. El equipo de investigación cree que la gestión del sistema por parte de un organismo independiente y supranacional sería la opción ideal para que cumpla su misión.

La sostenibilidad, ambiental o económica, aparece como un criterio que aporta valor. Pero también como el requisito necesario para asegurar el mismo mantenimiento de la actividad. Como indica el concepto desarrollo sostenible, si el recurso aprovechado se consume, acabará desapareciendo.

Más información en #CienciaDirecta: Desarrollan un sistema de indicadores que evalúa la gestión ambiental de los destinos turísticos


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