Turismo científico-tecnológico en Isla Cristina a través del patrimonio pesquero
Fuente: Isidoro García / Fundación Descubre
Con casi mil kilómetros de costas, la pesca es una actividad enraizada en la vida económica y cultural de Andalucía. Sin embargo, la industrialización y estandarización de las prácticas amenazan un rico y diverso patrimonio pesquero andaluz que puede tener en el turismo un valioso aliado. Isla Cristina, el principal puerto andaluz, es un caso único para estudiar cómo la protección y explotación del patrimonio pesquero puede aportar valor añadido a esta actividad, que ha pasado de aportar el 5% del PIB andaluz a solo el 0,3% en dos décadas.
A pesar de ser una actividad ancestral, no abundan los casos de patrimonio pesquero protegido. Solo la carpintería de ribera de los astilleros de Coria del Río (Sevilla) y Pedregalejo (Málaga) aparecen como actividades de interés etnológico en el Catálogo de Patrimonio Histórico Andaluz, mientras que en el Atlas de Patrimonio Inmaterial del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico se registran 11 actividades directamente relacionadas con la pesca. En el listado de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO sólo figuran 6, y ninguna de ellas en España.
Celeste Jiménez de Madariaga, profesora de Antropología Social de la Universidad de Huelva (UHU) y responsable del Observatorio de Cultura y Patrimonio, y Juan José García del Hoyo, catedrático del Departamento de Economía y responsable del Grupo Modelización Econométrica y Matemática de Pesquerías, publican en la revista Ocean and Coastal Management un estudio donde toman como ejemplo el patrimonio pesquero de Isla Cristina. “Isla Cristina es una población que nace por la actividad conservera, algo infrecuente en Andalucía y España. La razón de ser y existir de Isla Cristina es la pesca. Además, es el puerto más importante de Andalucía”, explica Celeste Jiménez a la Fundación Descubre.
El estudio pretende impulsar la protección del patrimonio pesquero de la localidad onubense. Fundada en el siglo XVIII como enclave conservero, Isla Cristina tiene casi 400 barcos dedicados a la actividad pesquera, que genera 30 millones de euros al año. Por esta razón, la localidad onubense se ha visto especialmente castigada por la crisis que afecta al sector pesquero, que hace dos décadas representaba el 5% del PIB mientras que ahora apenas supone el 0,3%. Estos datos se traducen en una tasa de paro que en Isla Cristina ronda el 30%, cuando en la provincia de Huelva es del 22%.
“Como otras poblaciones pesqueras, Isla Cristina se ha tenido que adaptar a la crisis de la pesca. Pero, a diferencia de otros lugares, allí no se ha experimentado un cambio radical hacia un turismo de masas, manteniendo su identidad pesquera”, puntualiza García del Hoyo. Con la crisis del sector, aumenta el riesgo de pérdida del patrimonio pesquero: “el último barco de madera se construyó en Huelva en el año 2000. Se han abandonado muchas fábricas e inmuebles y, lo que es menos recuperable, los saberes y conocimientos en torno a la pesca”, resume el investigador onubense.
Ejemplos de la pérdida del patrimonio pesquero son los edificios de fábricas de conservas desaparecidas, los propios barcos de pesca especialmente los tradicionales de madera y, los técnicas y conocimientos vinculados a su construcción. Para proteger el patrimonio primero hay que identificarlo, como proponen los autores del estudio. Así, además del patrimonio material, que incluye el puerto, la lonja, los astilleros y los útiles de pesca como redes, nasas o alcatruces, distinguen un importante patrimonio inmaterial, “conocimientos, técnicas y creencias que se trasmiten de generación en generación y constituyen las bases de la cotidianidad isleña”.
En este ámbito, el estudio reconoce el papel de las mujeres como “guardianas” del conocimiento relacionado con la pesca. Y para mantener vivo este rico patrimonio, los autores analizan las posibilidades de su explotación turística: “el turismo puede ser un aliciente para mantener gran parte de ese patrimonio pesquero que, de otra manera, desaparecería por completo”, sostiene García del Hoyo. “Cualquier contribución dirigida a incrementar los ingresos de los pescadores facilita ralentizar la carrera competitiva por hacerse por los recursos, ayudando a conseguir el objetivo básico de la explotación sostenible, no se trataría de pescar más, sino de pescar mejor”.
Los autores del trabajo identifican actividades turísticas relacionadas con la pesca que ya se realizan con éxito: las visitas a lonjas con degustaciones, las rutas teatralizadas por calles, muelles, varaderos o salinas, y las visitas a fábricas de salazones y conservas se realizan con éxito tanto en Isla Cristina como en Punta Umbría o Ayamonte. “Existe mucho patrimonio en Isla Cristina y en otras localidades pesqueras andaluzas que podrían ser incluidos en el Catálogo de Patrimonio Histórico Andaluz”, reflexiona Celeste Jiménez. Sin embargo, “más allá del registro de estos bienes culturales, se necesita una acción directa para su mantenimiento y la recuperación”, concluye.
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