Qué sabe la ciencia sobre un sabor metálico en la boca supuestamente asociado a algunas de las vacunas contra la COVID-19
A pesar de que son varios los casos reportados (en España, a 9 de julio y según el Ministerio de Sanidad, un total de 96), según la evidencia científica actual no parece haber relación entre la inoculación del fármaco y el gusto metálico en la boca. Eso sí, sí que hay evidencias de que la infección por SARS-CoV-2 puede ocasionar alteraciones temporales en el sentido del gusto.
Durante los últimos días nos habéis preguntado por una posible consecuencia de haber recibido la primera o ambas pautas de la vacuna contra la COVID-19: la percepción de sabor metálico en la boca. Se han reportado algunos casos, pero de momento son insuficientes para saber si se deben realmente a la aplicación de las vacunas.
A pesar de que son varios los casos reportados (en España, a 9 de julio y según el Ministerio de Sanidad, un total de 96), según la evidencia científica actual no parece haber relación entre la inoculación del fármaco y el gusto metálico en la boca. Eso sí, sí que hay evidencias de que la infección por SARS-CoV-2 puede ocasionar alteraciones temporales en el sentido del gusto.
Esta verificación ha sido realizada en el marco del proyecto #VacúnaTE que Maldita.es y la agencia de noticias Servimedia desarrollan contra la desinformación sobre las vacunas de la COVID-19 con el apoyo de Google News Initiative.
“La búsqueda en la literatura científica sobre los efectos de la vacuna no da información [sobre la posibilidad del gusto metálico tras su aplicación], incluyendo un metaanálisis sobre este tipo de fármaco [publicado en julio de 2021 en la revista Infectious Diseases of Poverty]», explica a Maldita.es Braulio Correa, especialista en otorrinolaringología y maldito que nos ha prestado sus superpoderes.
Lo que sí ha reportado y recogido la literatura científica es que la COVID-19 puede producir disgeusia, un síntoma que denota alguna alteración en la percepción relacionada con el sentido del gusto. Según el Instituto Nacional de Investigación Dental y Craneofacial de Estados Unidos, se trata de un trastorno en el que hay un mal sabor persistente en la boca, ya sea salado, rancio o metálico.
Con respecto a este supuesto efecto, Correa coincide en que “es posible que ocurra”, pero no necesariamente al aplicar la vacuna: “De hecho, es bastante frecuente con la infección COVID-19, pero es muy leve, breve y ciertamente carece de relevancia”.
Según indica el Ministerio de Sanidad a Maldita.es, en España se han recibido 96 notificaciones de acontecimientos de sabor metálico transitorio tras la administración de estas vacunas.
Ahora bien, incide en que “esto no significa que esté asociado causalmente con la administración de las vacunas ni está referenciado como una reacción adversa de las mismas»: Hay que tener en cuenta que se han administrado millones de dosis, por lo que si existiera una relación causal, sería un efecto leve, transitorio y excepcional”, señalan. “Lo que sí puede ocurrir fácilmente, dada la frecuencia del síntoma en la infección por el coronavirus, es que se tenga por no vacunarse [en caso de contagio]”, añade Correa.
Desde Maldita.es nos hemos puesto en contacto con la Agencia Europea del Medicamento (EMA) para consultar por este posible efecto secundario y el número de reportes en Europa. Desde la institución simplemente nos remiten a la web dedicada a cada una de las vacunas contra la COVID-19 aprobadas en Europa (Pfizer, AstraZeneca, Janssen y Moderna). En la parte que recogen los posibles efectos de su administración (Anexo IIIB) ninguna incluye el regusto metálico en la boca tras la inyección.
A qué se debe el gusto metálico en la boca
Independientemente de ser o no una posible consecuencia de la administración de la vacuna contra la COVID-19, la percepción de sabor metálico puede tener diferentes causas.
Según el Servicio Nacional de Salud de Inglaterra, podría surgir a raíz de enfermedad en las encías, de la toma de ciertos fármacos (como metronidazol, un medicamento antiinfeccioso), de estar recibiendo quimioterapia o radioterapia, tener una indigestión, resfriados, infecciones de los senos nasales (u otros problemas de las vías respiratorias) o estar embarazada..
En prácticamente todos los casos, esta sensación desaparece una vez termina la causa que lo genera. Si no es así, es aconsejable consultar con un especialista médico.
¿Cómo tratar el sabor metálico?
Dado que no solo existe una causa por la que podemos percibir este peculiar sabor, tampoco hay una forma única de tratarlo o prevenirlo: dependerá de la causa de su aparición. Estas son algunas las recomendaciones generales que propone WebMD, un editor en línea de noticias e información relacionada con la salud y el bienestar redactada por profesionales sanitarios:
Preguntar a nuestro dentista. Así podremos saber si tenemos infección alrededor de los dientes o en las encías.
Mantener una correcta higiene bucal: cepillar los dientes y la lengua y usar hilo dental (que prevendrá las posibles infecciones).
Intentar usar utensilios de plástico, vidrio o cerámica en lugar de metal en la cocina.
Marinar la carne en jugos de frutas o vinos dulces o cocinar con muchas hierbas y especias.
En el caso de que pueda deberse a un medicamento, consultarlo con nuestro médico, por si existiese una alternativa.
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