‘Nanoesferas’ para mejorar el efecto de antibióticos
Un grupo de expertos de la Universidad de Sevilla ha desarrollado una nueva técnica para administrar cefepima, un fármaco que se utiliza para enfermedades respiratorias y urinarias, pero provoca disfunciones tales como náuseas o disfunciones renales. La nueva técnica, basada en un proceso de encapsulación en nanoestructuras, permite una administración más ralentizada del medicamento aminorando los efectos no deseados.
Cefepima es el nombre de un antibiótico muy efectivo que se utiliza para el tratamiento de enfermedades respiratorias y urinarias. Sin embargo, resulta necesario administrarlo por vía intravenosa y constantemente, con lo que la hospitalización del enfermo es casi obligatoria. Esto ocurre porque este tipo de fármacos desaparece muy rápidamente en el organismo y no es estable más de 24 horas en el mismo. Además, un uso continuado y la necesidad de administrar altas dosis en el enfermo, pueden provocar efectos secundarios como náuseas, estados epilépticos, problemas neurológicos o disfunciones renales.
Investigadores del Departamento de Química Física de la Universidad de Sevilla en colaboración con la Universidad de Huelva y el Servicio de Farmacia Hospitalaria del Hospital Universitario Virgen Macarena, han desarrollado esferas transportadoras de fármacos a escala nanométrica para administrar este tipo de antibiótico. El nuevo método hace que sea más lenta la administración y la hace más precisa, lo que disminuye sus efectos secundarios.
Los científicos han preparado una serie de esferas nanométricas a base de moléculas orgánicas de distinta naturaleza. Consisten en unas pequeñas estructuras biocompatibles con el cuerpo humano que tienen una pared que simulan la membrana celular y tienen un núcleo acuoso donde es posible introducir fármacos.
Además de contener en su interior el fármaco y liberarlo de manera controlada, penetran muy bien en las células. Tras el proceso de encapsulación, los investigadores han realizado experimentos in vitro en presencia de la bacteria Escherichia coli, y han observado que el antibiótico encapsulado es capaz de atacar a la bacteria del mismo modo que lo hace el antibiótico sin encapsular. Además, este nuevo modo de administrar el fármaco no influye en la velocidad de crecimiento de la bacteria, pero la liberación ralentizada del mismo puede provocar que su beneficio se mantenga durante más tiempo en el organismo.
Más información: Diseñan ‘nanoesferas’ transportadoras de fármacos que disminuyen los efectos secundarios de un antibiótico
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