Granada, Sevilla /
04 de diciembre de 2020

Investigadores andaluces hallan un potencial tratamiento para la retinosis pigmentaria

Fotografía ilustrativa de la noticia

Investigadores de la Fundación Progreso y Salud que desarrollan su trabajo en Cabimer, el Centro Andaluz de Biología Molecular y Medicina Regenerativa en Sevilla, y del Instituto de Parasitología y Biomedicina López Neyra (CSIC) de Granada, han identificado una serie de moléculas que podrían actuar sobre una nueva diana terapéutica frente a la retinosis pigmentaria, una enfermedad que provoca ceguera y que a día de hoy no tiene cura.

Investigadores de la Fundación Progreso y Salud que desarrollan su trabajo en Cabimer, el Centro Andaluz de Biología Molecular y Medicina Regenerativa en Sevilla, y del Instituto de Parasitología y Biomedicina López Neyra (CSIC) de Granada, han identificado una serie de moléculas que podrían actuar sobre una nueva diana terapéutica frente a la retinosis pigmentaria, una enfermedad que provoca ceguera y que a día de hoy no tiene cura.

Equipo de investigación liderado por Francisco Díaz Corrales que trabaja en el nuevo tratamiento para la retinosis pigmentaria.

Para evaluar la eficacia y seguridad de este posible tratamiento, la Fundación Progreso y Salud ha firmado un acuerdo de colaboración con la empresa biotecnológica andaluza Limno Pharma, -surgida en el seno del sistema sanitario andaluz y el CSIC-, especializada en desarrollar nuevas terapias para distintas enfermedades de la retina, como es el caso de la retinosis pigmentaria o la degeneración macular asociada a la edad.

En este sentido, y en el marco del acuerdo, el grupo de investigación liderado por Francisco Díaz Corrales, llevará a cabo una serie de experimentos durante el próximo año con el fin de identificar el mejor candidato como fármaco y posible tratamiento para tratar la retinosis pigmentaria de entre un conjunto de nuevos compuestos derivados de polifenoles naturales.

Díaz Corrales y su equipo llevan varios años estudiando esta patología rara y hereditaria que conduce a la muerte de los fotorreceptores (neuronas de la retina sensibles a la luz), causando la pérdida progresiva de la agudeza visual hasta la ceguera. Debido a la cantidad y heterogeneidad de mutaciones implicadas en el desarrollo de esta patología «resulta complicado encontrar una diana terapéutica común que pueda ralentizar la pérdida de visión en pacientes con retinosis pigmentaria», explica el doctor Díaz Corrales.

En esta línea, desde 2015 colaboran con el grupo de investigación de ‘Química biológica, reconocimiento molecular y diseño de fármacos’ liderado por el doctor Juan Carlos Morales en el Instituto de Parasitología y Biomedicina López Neyra (CSIC) de Granada. Los trabajos que han desarrollado les han permitido diseñar y preparar moléculas con efecto retinoprotector para diferentes tipos de mutaciones que causan retinosis, pudiendo ser una alternativa terapéutica para la mayoría de pacientes con esta enfermedad.

Hasta la fecha, las investigaciones que han venido desarrollando han demostrado la eficacia de la vía tópica como forma de administración del compuesto, lo cual supondrá «una importante innovación y mejora respecto a los tratamientos actuales que en general requieren ser administrados a través de una inyección intraocular». Si se mantienen estas características con seguridad y eficacia, «el tratamiento podría ser aplicado sencillamente como un colirio», puntualiza el doctor Morales.

Se calcula que la retinosis pigmentaria afecta a 1,5 millones de personas en el mundo y en España a unas 15.000, siendo la principal causa de ceguera hereditaria en adultos.


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