Investigadores de la Universidad de Sevilla y la Universidad de Huelva han publicado un reciente estudio sobre el índice de masa corporal (IMC), la relación cintura-cadera y el nivel de grasa corporal de los costaleros. Según esta investigación, son personas sujetas a una alta demanda física per con escasa preparación física previa, lo que aumenta el riesgo cardiovascular a medio y largo plazo. Además, los datos obtenidos señalan que su tensión arterial durante el esfuerzo se multiplica por dos.
Investigadores de la Universidad de Sevilla y la Universidad de Huelva han publicado un reciente estudio sobre el índice de masa corporal (IMC), la relación cintura-cadera y el nivel de grasa corporal de los costaleros. Los individuos estudiados están sujetos a una alta demanda física, pero presentan una escasa preparación física previa, lo que aumenta el riesgo cardiovascular a medio y largo plazo. Además, los datos obtenidos señalan que la tensión arterial de los costaleros durante el esfuerzo se multiplica por dos.
“Aunque los participantes en la investigación perciben su estado de salud como bueno y creen que cuidan su dieta, los hechos no parecen mostrar un estilo de vida saludable. Por todo ello, tenemos que clasificar como un grupo de riesgo desde un punto de vista cardiovascular. Las diferencias entre salud real y percibida provocan que la modificación de los hábitos poco saludables sea más difícil, ya que el sujeto no percibe la ‘nocividad’ de sus actos”, explica el profesor de la Universidad de Sevilla Juan Gavala.
El aumento del índice de masa corporal disminuye la capacidad de recuperación cardíaca después del esfuerzo. “Por lo tanto, si consideramos el tipo de trabajo que realizan los costaleros y las características que suele presentar esta población, podemos concluir que son un grupo de riesgo cardiovascular”, añade este investigador.
Por su parte, el aumento de los niveles de grasa corporal provoca un aumento de las cifras de presión arterial en reposo, lo que confirma la importancia de controlar los niveles de adiposidad como factor de riesgo para la rigidez arterial en adultos de mediana edad.
Test de Ruffier-Dickson y la prueba de Abalakov
En este estudio han participado 1.500 costaleros de todas las hermandades de Sevilla y un centenar de costaleros de la Hermandad del Prendimiento de Huelva, a los que se les sometió a distintas pruebas para medir la condición física del sujeto. En concreto, se enfrentaron al test de Ruffier-Dickson para conocer la resistencia cardiaca al esfuerzo y la capacidad que tiene la persona para recuperarse tras el esfuerzo. Por otra parte, gracias a la prueba Abalakov, se tomó medida de la fuerza o potencia del tren inferior de los sujetos midiendo la altura de un salto (‘levantá’).
Recomendaciones
Los expertos hacen hincapié en la importancia de realizarse una revisión médica y llevar a cabo un entrenamiento adecuado al esfuerzo que se va a realizar en Semana Santa, de la mano de profesionales de Ciencias del Deporte. Además, antes de meterse bajo la trabajadera, realizar unos pequeños movimientos de estiramiento y movilidad articular. De este modo no sólo se asegurará un gran disfrute de su trabajo “debajo del palo”, sino que la calidad y duración del mismo será mucho mayor. “A nadie se le ocurre correr una maratón sin prepararse previamente, o hacerse un pequeño chequeo médico… pues, salir de costalero es algo parecido”.
El 99.9% de las lesiones que sufren los costaleros se podrían evitar con una preparación física adecuada y un control de los hábitos alimenticios y del estilo de vida, aseguran los expertos.
Este trabajo forma parte de la tesis doctoral titulada ‘El costalero en Huelva. Composición corporal y adecuación al trabajo’ defendida en la Universidad de Huelva por José Miguel Robles (profesor del Centro de Enfermería Cruz-Roja, adscrito a la US) y co-dirigida por los profesores Juan Gavala (US) y José Arenas (UHU).
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