Huelva, Sevilla /
20 de julio de 2022

El viento ‘polinizador’ de las marismas de Huelva

Fotografía ilustrativa de la noticia

Autoría: Alba Madero / Fundación Descubre

Investigadores de las universidades de Huelva y Sevilla han comprobado con ‘trampas’ captadoras de polen el momento en el que se reproducen seis especies de plantas en el estuario del río Odiel. Con el conocimiento obtenido, se podrían desarrollar planes urbanísticos de restauración y conservación de los estuarios locales.

Vientos que transforman la vida ese sueño que se hizo materia”.

En su poemario ‘Vientos’ el poeta Nguyen Chi Trung manifiesta una visión meditativa y desoladora del mundo. La vida es efímera, el destino es el olvido. Pero el viento es el aliento y el espíritu, el elemento unificador de todas las cosas.

Marismas portuarias restauradas de Huelva.

Esos vientos, que para él son simbólicos y evocadores, poseen unas connotaciones más efectivas en parajes como las marismas, donde se podría decir que “transforman la vida”. Allí hay pocos insectos polinizadores que contribuyan a la reproducción de las plantas y, por tanto, éstas dependen más de la brisa marina para dispersar su polen y perpetuarse.

En el análisis de estas partículas en el estuario del río Odiel se centra un equipo de investigación de las universidades de Huelva y Sevilla, que ha medido por primera vez cómo se dispersa el polen en el aire de seis especies vegetales de las marismas de Huelva. De este modo, los expertos analizan, por un lado, la distancia y la altura que recorren estos gránulos en la zona para comprobar cómo se reproduce la vegetación. Por otro lado, comprueban si producen alergias.

 

Además, con este conocimiento sobre cómo se mueve el polen en la actualidad y un registro de estas partículas en los sedimentos, los investigadores pueden establecer qué tipo de vegetación había en una zona concreta en un momento específico. Así, estos datos podrían emplearse para elaborar planes urbanísticos de restauración y conservación de estas zonas.

Funciones medioambientales

Las marismas cumplen una serie de funciones medioambientales. Por ejemplo, absorben los metales pesados procedentes de los ríos y depuran el agua, amortiguan el impacto de las inundaciones y son el hábitat de muchas especies de aves. Muchas de las plantas que las habitan poseen un aspecto similar a los cactus y suculentas, que acumulan agua en su interior. “Además, estas zonas también poseen un gran valor cultural y económico, dado que son el ‘criadero’ de muchas variedades de peces e invertebrados marinos que salen a mar abierto. Luego éstos se pescan y consumen”, explica a la Fundación Descubre el investigador de la Universidad de Sevilla Jesús Manuel Castillo.

Los investigadores María Dolores Infante y Jesús Manuel Castillo.

En el estudio, publicado en Review of Palaeobotany and Palynology, los investigadores explican que seleccionaron las zonas de estudio con el apoyo del experto en taxonomía vegetal y agente de medio ambiente del Paraje Natural de Marismas del Odiel Enrique Sánchez Gullón y midieron con captadores de polen las concentraciones de éstas partículas en el aire.

Así, determinaron que el polen de estas plantas se dispersaba por la acción del viento por las mañanas, cuando la temperatura alcanzaba más de 22 grados centígrados y con brisa, a una velocidad menor de seis metros por segundo. “En general, esto quiere decir que el polen ‘viaja’ poco y las plantas se reproducen por geitonogamia. Esta forma de autofecundación se da cuando el vegetal se poliniza entre flores distintas de una misma planta”, comenta Jesús Manuel Castillo.

Reproducción de las plantas

La investigadora Infante en un muestreo de polen ‘Spartina marítima’.

De este modo, los científicos concluyeron que las concentraciones de polen no eran suficientemente elevadas para provocar alergias. Además, establecieron unos patrones de dispersión de estas partículas con los que pueden predecir cómo y en qué momento se reproducirán las orgaza (Atriplex halimus), el sisallo (Salsola vermiculata), el amajo dulce (Suaeda vera), la sosa jabonera (Arthrocnemum macrostachyum), la sosa alacranera (Sarcocornia fruticosa) y la verdolaga marina (Halimione portulacoides).

Además, con este estudio sobre cómo se mueve el polen en la actualidad y el análisis de granos fósiles en los sedimentos de la zona -que actuarían como un registro de las especies vegetales que la habitaron-, los investigadores pueden establecer las plantas que había en un área concreta. Así, en el transcurso de planes de restauración ecológica, los expertos sabrían cómo, dónde y cuándo plantar estas variedades para que continúen reproduciéndose.

Quizá Nguyen Chi Trung no pensaba en las marismas de Huelva, ni en la reproducción de las plantas, ni en el polen en el aire cuando escribió sobre los “vientos que transforman la vida”. Sin embargo, la brisa marina representa precisamente el cambio y la fertilidad en los estuarios onubenses. Estos vientos hacen posible la perpetuidad de los vegetales y se alejan del tono desolador del poeta. Así, traen consigo la esperanza de nueva vida.

Más información en #CienciaDirecta: Miden cómo se dispersa el polen en el aire de seis especies vegetales de las marismas de Huelva para comprobar si producen alergia


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