El programa ‘radar’ de las emisiones nocivas en los puertos marítimos, una alternativa a los sensores tradicionales
Un equipo de investigación de las universidades de Almería y Cádiz ha desarrollado un sistema que analiza grandes conjuntos de datos emitidos por sensores evaluadores de la contaminación ambiental. El software funciona a distancia, en tiempo real, a bajo coste y desde un ordenador cualquiera.
Una alarma suena desde el portátil de un trabajador de la autoridad portuaria. Cuando el encargado se acerca a observar qué ocurre, observa en pantalla las indicaciones de un programa encargado de interpretar datos sobre la calidad del aire en el muelle. Éste señala que en cierta área del puerto hay un incremento de dióxido de carbono (CO2), emisión que impacta de forma negativa a la atmósfera. Tras hacer unas comprobaciones, el experto se dirige a solucionar el problema.
Así funcionaría el sistema propuesto en este estudio por un equipo de investigación de las universidades de Almería y Cádiz, que ha diseñado un programa informático que detecta alteraciones en la calidad del aire de los puertos. Este sistema se emplea como un rastreador de irregularidades en los niveles de ciertos compuestos contaminantes del aire, como el CO2, en los puertos marítimos. El software opera a distancia, a tiempo real y es capaz de seguir la actividad de diversos dispositivos simultáneamente.
Los investigadores simularon su funcionamiento y constataron su eficacia en puertos inteligentes. Estos muelles se caracterizan por el uso de la tecnología para agilizar los procesos relacionados con el transporte marítimo, como un control de las emisiones de los barcos o cuestiones de seguridad. Una vez desarrollado el sistema, los investigadores lo probaron en dos puertos con datos provenientes de los sensores de calidad del aire de la Junta de Andalucía.
El Internet de las cosas
De este modo, los expertos establecen un método alternativo o complementario a los tradicionales, que generalmente requieren de intervención humana. Precisamente, uno de los retos a los que se enfrentan los sistemas habituales que interpretan datos procedentes de sensores es que están diseñados en exclusiva para una función concreta. Sin embargo, el programa propuesto por los investigadores se adapta a distintas necesidades, por ejemplo, al empleo de otros dispositivos como cámaras o semáforos, entre otros. De este modo, el programa se modifica como si fuera una torre de cuyos bloques de madera pueden sustituirse por otros distintos.
Los expertos explican que dividen el modelo para que pueda reutilizarse, mantenerse en el tiempo y así emplearlo en otros ámbitos. “Con nuestra propuesta, no es necesario desarrollar un nuevo programa para un dispositivo diferente que tenga funciones distintas. Por ejemplo, modificando una parte del programa, podríamos instalarlo en un semáforo para que recoja e interprete datos del tráfico”, comenta a la Fundación Descubre el investigador de la Universidad de Almería Javier Criado.
En su estudio, los científicos detallan que este software basa su funcionamiento en el Internet de las cosas, concepto acuñado por el tecnólogo Kevin Ashton en una conferencia del MIT en 1999. Éste alude a la conectividad entre los dispositivos, Internet y las personas y el intercambio de información que se produce entre ellos. Durante este proceso, se puede analizar información sobre la forma en la que se emplea la tecnología para incrementar su eficiencia, detectar patrones o mejorar la experiencia de usuario. Es el caso, por ejemplo, de los sensores que recogen datos sobre la calidad del aire y este programa, que los interpreta.
Más funciones
Veinte años después de que Kevin Ashton lo definiera por primera vez, el Internet de las cosas ha evolucionado y se emplea cada vez en más sectores. No solo en los puertos inteligentes, también en las ciudades, en la agricultura y ganadería, la gestión del tráfico, entre otros.
De momento, la utilidad de este programa se limita a la “traducción” de grandes conjuntos de datos recogidos por sensores detectores de la calidad del aire en los puertos, además de la alerta en caso de notar irregularidades en las emisiones. No obstante, ¿cómo sería el trabajo de la autoridad portuaria si el propio programa solucionara el problema? Por ejemplo, si una válvula produce más CO2 de lo debido, el software lo detectaría y la cerraría de forma automática. En esta cuestión se centra el equipo investigador, que busca ir un paso más allá y ampliar el número de acciones que el software puede hacer para agilizar y facilitar los procesos en el puerto, usando las ventajas del Internet de las cosas.
Más información en #CienciaDirecta: Diseñan un programa informático que detecta alteraciones en la calidad del aire de los puertos
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