Cádiz, Sevilla /
10 de noviembre de 2021

El exceso de antibióticos humanos incide en bacterias de las aves

Fotografía ilustrativa de la noticia

Autoría: Jorge Molina / Fundación Descubre

Un equipo de las universidades de Cádiz y Sevilla junto con la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC) y el Instituto Catalán del Agua ha detectado que aves migratorias frecuentes en zonas urbanizadas portan microorganismos inmunes a fármacos usados por la población. Mediante el análisis genético y microbiano de las heces los expertos asocian los entornos donde se alimenta cada especie con sus niveles de presencia bacteriana y medicamentos.

España registró una bajada de la utilización de antibióticos del 21% en Atención Primaria y del 5% en hospitales entre enero y julio de 2020 con respecto al mismo período de 2019. La tasa española recuperaba así la tendencia decreciente que mantenía desde 2014, sólo elevada durante la primera ola de la pandemia, según los datos del Plan Nacional frente a la Resistencia a los Antibióticos (PRAN) del Ministerio de Sanidad. El consumo de estos medicamentos de forma excesiva o inadecuada provoca que lleguen al medio natural sobre todo a través de las aguas residuales, lo cual los pone a disposición de fauna y flora.

Un equipo de investigación de la Universidad de Cádiz, la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC) y la Universidad de Sevilla, en colaboración con el Instituto Catalán de Investigación del Agua (ICRA), ha detectado la presencia de genes de resistencia a antibióticos en las comunidades bacterianas presentes en las heces de cuatro especies de aves migratorias. Todas se alimentan en distintos ecosistemas con diferente grado de contaminación. Los expertos relacionan aquellas aves que utilizan los espacios más humanizados con una mayor abundancia de bacterias potencialmente patógenas y de genes que confieren resistencia a varios antibióticos.

La responsable del estudio, tomando muestras.

En concreto, la investigación se centra en cuatro especies de aves acuáticas que invernan en Andalucía: cigüeña blanca, grulla, gaviota sombría y ganso. Tras los análisis, se identificaron aquellas que habitaban ambientes más urbanizados y que se alimentan en vertederos, como portadores de una mayor cantidad de bacterias potencialmente patógenas para los humanos, y de genes que confieren resistencia a antibióticos utilizados en medicina humana y veterinaria. “Encontramos que las gaviotas sombrías y las cigüeñas blancas portan una mayor resistencia a antibióticos que los gansos y las grullas comunes”, responde a la Fundación Descubre la investigadora de la Universidad de Cádiz Dayana Jarma.

En este estudio se contabilizó la presencia de genes de resistencia a antibióticos. “Esto es un fenómeno común en las bacterias, pero la tasa con la que se produce es mucho mayor ahora, y poco se sabe sobre cómo evoluciona en la fauna silvestre”, indica la investigadora.

También se testeó la diversidad microbiana de las heces, es decir, para detectar géneros y especies que pueden convertirse en agentes infecciosos. “Al coincidir ambos factores, genes inmunes a antibióticos y potenciales patógenos para el ser humano, el riesgo que representan para nuestra salud se incrementa”, indica la experta.

En la gaviota sombría se han identificado genes que hacen a las bacterias resistentes a un amplio espectro de fármacos (multiresistencia). Para conseguir los resultados los expertos recolectaron heces frescas de cuatro especies de aves acuáticas migratorias. Dos muy asociadas a ambientes urbanos y que se alimentan en vertederos (gaviota sombría y cigüeña blanca), y otras que no utilizan vertederos para alimentarse y son herbívoras, el ganso y la grulla común.

Dos miembros del proyecto localizan aves en Doñana.

En estos momentos el equipo investiga si la resistencia a antibióticos en la gaviota sombría varía en diferentes hábitats y el por qué de estas variaciones. Así, estudiarán la resistencia de las bacterias que porta este ave en humedales, vertederos o playas. El objetivo es caracterizar la composición de la comunidad bacteriana para compararlas entre los diferentes tipos de muestra: heces, agua o suelo.

El 18 noviembre se celebra el Día Europeo para el Uso Prudente de los Antibióticos. Buena ocasión para recodar el ranking que sitúa a España en quinto lugar de Europa en el consumo de antibióticos, según los últimos datos del Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC). No en vano alrededor de 33.000 personas mueren cada año en Europa –unas 3.000 en España- por infecciones resistentes, problema causado principalmente por el consumo excesivo o inadecuado de antibióticos.

Más información en #CienciaDirecta: Relacionan una mayor presencia de bacterias resistentes a antibióticos con aves que viven en entornos humanizados


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