Las Cordilleras Béticas tienen tres nuevas especies de algas en los humedales
Hoy, 5 de junio, se conmemora el Día Mundial del Medio Ambiente. Estas diatomeas, un tipo de algas unicelulares, están localizadas en la Sierra de Gádor (Almería) y en Sierra Nevada (Granada), son únicas a escala mundial y bioindicadores de la calidad de los ecosistemas acuáticos.
Investigadores de la Universidad de Granada (UGR), de la Universidad de León y de la Universidad de Jaén (UJA) han descubierto tres nuevas especies de diatomeas, un tipo de algas unicelulares, en humedales de alta montaña situados en las Cordilleras Béticas de Andalucía.
Esta investigación forma parte del proyecto ‘Humedales de montaña de Andalucía: inventario, tipologías y conservación’, financiado por el Centro de Estudios Avanzados en Ciencias de la Tierra de la UJA. En concreto, los investigadores participantes han estudiado un total de 45 humedales de montaña presentes en las Cordilleras Béticas en un eje suroeste – noreste con altitudes que van desde los 400 hasta los 2.000 metros.
“El trabajo de campo abarcó toda la Cordillera Bética, ocupando parte de las provincias de Cádiz, Málaga, Sevilla, Córdoba, Jaén, Granada y Almería”, explican los investigadores.
“Los humedales de montaña son ecosistemas bastante desconocidos para la ciencia. Se caracterizan por su reducido tamaño, por su situación aislada, y por una menor presión antrópica que otro tipo de humedales, siendo la ganadería la actividad humana más evidente en los mismos”, destacan.
A lo largo de su recorrido por los diferentes humedales de montaña tomaron muestras de diatomeas, vegetación macrofítica, comunidades de macroinvertebrados y organismos zooplanctónicos. De momento, los resultados de su investigación arrojan el descubrimiento de tres nuevas especies de diatomeas bentónicas, que se caracterizan por vivir en el fondo acuático. Dos de ellas, denominadas Craticula gadorensis y Hantzschia gadorensis, fueron localizadas en la Sierra de Gádor (Almería); y otra, denominada Encyonema nevadense, en el Lagunillo del Barranco de San Juan en Sierra Nevada (Granada).
“Se trata de un hallazgo relevante porque estas especies son únicas a escala mundial. Son microorganismos que constituyen parte del fitobentos y su localización nos pone en alerta para fomentar la protección y conservación de estos recónditos ecosistemas para evitar que estas especies recién descubiertas puedan desaparecer”, señalan.
Otro de los objetivos del proyecto fue describir el papel de las variables ambientales en la determinación de las comunidades de diatomeas en esos humedales de montaña. En concreto, identificar los factores ambientales que controlan la composición de estas comunidades, así como la diversidad y singularidad de los humedales mediterráneos de montaña. “Estas algas unicelulares se utilizan como bioindicadores de calidad de las condiciones ambientales de sistemas acuáticos como los ríos”, indican los autores.
Por ello, parte de su labor científica se centró en detectar qué factores afectan a sus comunidades. “El aislamiento, la altitud, las condiciones tróficas y otras variables ambientales como el hidroperiodo o los valores de conductividad nos muestran los cambios en las comunidades de diatomeas. En ese sentido, a partir de determinadas condiciones ambientales, podemos conocer los tipos de comunidades y clasificar la calidad de esos espacios naturales”, argumentan los autores.
El proyecto ha sido coordinado por Francisco Guerrero, catedrático del departamento de Biología Animal, Biología Vegetal y Ecología de la UJA y autor principal, y en él participan Inmaculada de Vicente, investigadora del departamento de Ecología de la UGR; Saúl Blanco, investigador del Laboratorio de Diatomología (IMARNABIO) de la Universidad de León; Adriana Oleici, investigadora de la Universidad Babes Bolyai (Cluj, Rumanía), y Fernando Ortega y Francisco Jiménez, investigadores del departamento de Biología Animal, Biología Vegetal y Ecología de la UJA.
Día Mundial del Medio Ambiente
Respecto a la conmemoración del Día Mundial del Medio Ambiente, que se celebra este viernes 5 de junio, los autores afirman que es “una fecha necesaria para poner en valor y concienciar a la sociedad, ya que un alto porcentaje de la misma todavía no lo está, de la importancia que tiene preservar el medio ambiente en nuestro día a día”. Además, en el contexto de la actual pandemia del COVID-19, opinan que “la protección y conservación de la naturaleza es esencial para disponer de calidad ambiental que contribuya a evitar la repetición de situaciones como la que estamos viviendo actualmente”.
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