Sevilla /
02 de abril de 2024

Caminar diez mil pasos y dar 60 saltos al día previene la osteoporosis en mujeres premenopáusicas

Fotografía ilustrativa de la noticia

Autoría: Amalia Rodríguez

Fuente: Fundación Descubre

Si cada día andas un rato a un ritmo más rápido de lo habitual y saltas a la comba como cuando eras pequeño… tendrás más probabilidad de evitar la aparición de patologías que afecten a la pérdida de fuerza y consistencia de tus huesos, sobre todo si eres mujer en edad premenopáusica. Así lo demuestra un equipo de investigación de la Universidad de Sevilla, que ha evaluado los efectos de practicar deporte moderado en mujeres de entre 35 y 50 años. 

Como cada día, Isabel sube las escaleras de su casa. Un ejercicio ‘silencioso’ que realiza de manera constante y repetida, casi sin darse cuenta. Algunas veces sube y baja sin carga, otras muchas lo hace con el ordenador del trabajo y las bolsas de la compra. Ella no lo sabe pero sufre una enfermedad también ‘silenciosa’: la osteoporosis. 

Una tarde, Isabel tropezó en esa escalera que tantas veces ha subido y bajado desde hace años con la mala fortuna de que, en la caída, se fracturó la cadera. Una rotura que dejó ver su diagnóstico: sufría esta patología esquelética que nunca antes había dejado huella. Sin ser consciente de ello, sus huesos habían ido adelgazando y debilitándose. Como consecuencia, la salud ósea de esta parte de su cuerpo no resistió al fuerte golpe que se dio contra los escalones. 

Como Isabel, en España unos 2,8 millones de personas sufren osteoporosis: uno de cada cinco varones y una de cada tres mujeres mayores, según datos de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia. En concreto, se producen unas 330.000 fracturas al año, de las que más de 70.000 son fracturas de cadera, como la que sufre hoy Isabel.

Para prevenir esta enfermedad, la ciencia sigue avanzando y en Andalucía, el grupo de investigación Biofanex ‘Análisis Biológico y Funcional del Ejercicio Físico’ de la Universidad de Sevilla, es uno de ellos. En un estudio titulado ‘Assessment of Osteogenic Exercise Efficacy via Bone Turnover Markers in Premenopausal Women: A Randomized Controlled Trial’ y publicado en la revista International Journal of Sport Nutrition and Exercise Metabolism, han concluido que la práctica de deporte moderado y no supervisado mejora la condición ósea de mujeres premenopáusicas, es decir, beneficia a la salud de sus huesos en esta etapa previa a la retirada definitiva de la menstruación. 

Biomarcadores en sangre y rayos X

Para llegar a estas conclusiones, los expertos han evaluado el impacto de una serie de entrenamientos ligeros realizados a baja intensidad durante 6 meses en mujeres con edades comprendidas entre los 35 y los 50 años. “Los huesos están en continua renovación. Cuando se forman, y también durante su degradación, liberan unas moléculas a la sangre. Estos biomarcadores de formación y reabsorción ósea permiten medir el grado de ejercicio que impacta en el hueso y en ellos hemos centrado nuestro estudio”, explica a la Fundación Descubre el investigador de la Universidad de Sevilla Horacio Sánchez Trigo, autor del estudio. 

Grupo de investigación Biofanex ‘Análisis Biológico y Funcional del Ejercicio Físico’ de la Universidad de Sevilla.

Este grupo de investigación andaluz ha analizado los cambios que se producen en la concentración de estas moléculas cuando los huesos reciben estrés como consecuencia de la práctica de ejercicio físico continuado. 

Para ello, extrajeron sangre a las participantes antes, durante y después de la fase de estudio y analizaron los niveles de diferentes marcadores bioquímicos que permiten detectar signos de degradación ósea. 

Asimismo, midieron la cantidad de calcio y otros minerales en la cadera y columna lumbar al pasar sobre ellos rayos X con dos grados diferentes de energía. “Lo escaneamos al inicio y lo repetimos al final de la intervención para estimar la densidad ósea de cada una de ellas”, subraya el investigador de la Universidad de Sevilla. 

Durante el estudio, los expertos han comprobado que el ejercicio físico constante puede mejorar la salud ósea de las mujeres premenopáusicas.

Previamente, determinaron qué tipo de estímulos físicos suponen una situación de estrés para el hueso y, tras evaluar diferentes opciones, establecieron esta rutina diaria durante seis meses:

  • 60 saltos de baja intensidad intermitentes 
  • al menos 10.000 pasos a ritmo ligero

Estas dos actividades no necesitan un asesoramiento dirigido, ya que son sencillas y fáciles de realizar en cualquier momento del día. “Elegimos ambas porque rompe la barrera que supone para muchas personas acudir a un centro deportivo por falta de tiempo y estímulos en otras ocasiones”, aclara Sánchez Trigo. 

Una pulsera que controla el ejercicio 

Tras realizar un test evaluador de la condición física de las participantes y extraer muestras de sangre a las participantes del estudio, las dividieron en dos grupos: uno control y otro de intervención. En el primero de ellos la actividad física establecida que realizaban las mujeres no se midió. En el segundo sí monitorizaron la ejecución de los ejercicios e hicieron un seguimiento exhaustivo.

Para comprobar que todas cumplían con el objetivo y llevar un seguimiento controlado, los expertos recibían información de los acelerómetros en forma de pulsera que llevaba cada participante. Sincronizados al teléfono móvil, este dispositivo registró la actividad física, en concreto, los saltos y los pasos que superaban un umbral de intensidad previamente definido. “Esta herramienta hacía una cuenta atrás de los impactos, es decir, descontaba cada día el número de saltos y pasos que daban las mujeres”, apunta Sánchez Trigo.  

Una de las mujeres participantes en el estudio realizando pruebas durante el ensayo.

Los resultados de ambas pruebas mostraron diferencias significativas entre los biomarcadores después 3 meses, así como en la densidad mineral ósea del cuello femoral y de la columna lumbar tras los 6 meses del estudio. “Detectamos una correlación significativa entre las reducciones de algunos biomarcadores y el aumento de la densidad ósea del cuello femoral”, comenta el autor del estudio.

Con estas conclusiones, centradas en mujeres premenopáusicas, el siguiente paso en el que trabajan los investigadores es ampliar el rango de población a mujeres postmenopáusicas, así como optimizar la tecnología empleada y analizar otros biomarcadores que puedan aportar más información sobre la salud ósea de los pacientes. 

El investigador de la Universidad de Sevilla Horacio Sánchez Trigo, autor del estudio.

Saber, avalado por la ciencia, es poder, así que cuando se recupere, Isabel lo tiene claro: comenzará a practicar deporte a diario, sin prisa, pero sin pausa. De esta forma, fortalecerá sus huesos, esos que aun habiendo perdido consistencia la sostienen cada día. Esos huesos a los que ella, sin verlos, sabe que ha de cuidar y mimar para que le permiten seguir subiendo y bajando las escaleras de su casa. 


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