Córdoba /
27 de abril de 2021

La humedad de la roca en la dehesa supone una fuente adicional para la vegetación en época de sequía

Fotografía ilustrativa de la noticia

Los procesos de formación de suelo dependen de los procesos hidrológicos por lo que es importante estudiar la evolución de su humedad como indicador de estos procesos. Investigadores del grupo Hidrología e Hidráulica Agrícola de la Universidad de Córdoba han medido durante 3 años la humedad del suelo en una dehesa situada sobre materiales graníticos de la Sierra Morena cordobesa para explorar asimetrías en la cuenca y los factores que controlan esta variable.

El suelo es un depósito esencial del ciclo del agua, no tanto por el volumen que representa si no por su continua renovación y por la capacidad de la humanidad para aprovecharlo. Aunque la evolución del clima a medio y largo plazo puede modificar las condiciones actuales, la propia variabilidad de la precipitación puede provocar cambios notables en los sistemas naturales de zonas áridas y semiáridas, acelerando su degradación, especialmente debido a la erosión, y con ella la pérdida del suelo. Por lo que no sólo se trata de conservar el suelo sino de acelerar su formación.

Zona de estudio, finca Santa Clotilde, Cardeña (Córdoba).

Los procesos de formación de suelo dependen de los procesos hidrológicos por lo que es importante estudiar la evolución de su humedad como indicador de estos procesos. La investigadora Vanesa García Gamero junto con los profesores de Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica de la Universidad de Córdoba y de Montes (ETSIAM) de la Universidad de Córdoba Adolfo Peña, Ana Laguna, Juan Vicente Giráldez y Tom Vanwalleghem, investigadores del grupo Hidrología e Hidráulica Agrícola AGR-127 de la Universidad de Córdoba han medido durante 3 años la humedad del suelo en una dehesa situada sobre materiales graníticos de la Sierra Morena cordobesa para explorar asimetrías en la cuenca y los factores que controlan esta variable.

Entre 2016 y 2019 este equipo ha analizado la evolución de la humedad del suelo con una red de 32 sensores de humedad en dos laderas opuestas, una con orientación norte y otra con orientación sur. Examinaron la dinámica de la vegetación mediante la estimación de biomasa y el Índice de Vegetación Normalizada (NDVI) obtenidos del satélite Sentinel-2 de la misión europea Copernicus, que indica el verdor de la planta, junto con la dinámica de la capa freática, que sólo se detectó en la ladera orientada al norte.

Mientras que la dinámica de humedad del suelo es similar en ambas laderas, los resultados muestran diferencia en cuanto a la vegetación. La biomasa estimada en la ladera orientada al norte es un 29% mayor en la ladera orientada al sur. El patrón del NDVI sigue tendencias opuestas en ambas laderas, los valores mínimos se alcanzan en épocas distintas del año: en la ladera orientada al sur ocurre en verano mientras que en la ladera orientada al norte ocurre al final del invierno.

La orientación de la ladera ejerce un control hidrológico a través de la vegetación y la estructura subsuperficial de la zona crítica (capa que se extiende desde la copa de los árboles hasta el fondo del agua subterránea), denominada así por su relevancia en los sistemas naturales de los que depende la vida de la humanidad. El suelo en la ladera orientada al sur es somero, mientras que, en la ladera orientada al norte bajo el perfil del suelo se extiende una capa de 9,50 m de material fragmentado y meteorizado. Esto aumenta la capacidad de almacenamiento de agua en la ladera orientada al norte, no únicamente como humedad del suelo sino como la llamada “humedad de la roca”, el agua almacenada en la zona subyacente hasta la zona saturada, muy meteorizada, y como agua subterránea, únicamente detectada en esta ladera. La vegetación de la ladera orientada al norte podría estar sustentada no sólo por la humedad del suelo sino por la humedad de la roca y la zona saturada mientras que la única fuente de agua que tiene la vegetación en la ladera orienta al sur es la humedad del suelo.

Estas conclusiones resultan interesantes, especialmente para climas semiáridos como el clima Mediterráneo, puesto que la humedad de la roca supondría una fuente de agua adicional para el sustento de la vegetación durante periodos de sequía.

Referencias bibliográficas:

García-Gamero, V., Peña, A., Laguna, A.M., Giráldez, J.V., Vanwalleghem, T. ,2021. Factors controlling the asymmetry of soil moisture and vegetation dynamics in a hilly Mediterranean catchment. Journal of Hydrology. https://doi.org/10.1016/j.jhydrol.2021.126207

Este trabajo está apoyado por el proyecto «Estableciendo un Observatorio de la Zona Crítica para la Hidropedología y Agricultura Sostenible en el Mediterráneo» (AGL2015-65036-C3-2-R) financiado por el ProgramaEstatal de Investigación, Desarrollo e Innovación orientado a los retos dela sociedad 81/150 para el cuatrienio 2016-2020 (MINECO/FEDER,UE). Vanesa García-Gamero recibió una beca FPU (FPU15/05279) del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.


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