30 de noviembre de 2016

El documental científico hecho en Andalucía

Fotografía ilustrativa de la noticia

Informa: Luz Rodríguez / Fundación Descubre.

Asesoría científica: Alberto Redondo y José María Montero.

Al investigador y realizador de documentales de naturaleza, Alberto Redondo y al periodista ambiental José María Montero, les une la huella que dejó en ellos el mítico programa “El hombre y la Tierra” de Félix Rodríguez de la Fuente. Ambos han llegado al mismo sitio, el cine científico, partiendo de dos caminos diferentes pero vinculados entre sí, la comunicación y la ciencia. Ambos son referentes en Andalucía y defienden que el rigor es lo que define a este tipo de cine. Utilizan las imágenes como medio para divulgar el conocimiento, uno como profesional de la comunicación y el otro como científico inquieto.
Alberto Redondo.

Alberto Redondo.

La vocación de Alberto Redondo (Córdoba, 1968) por dar a conocer, a través de imágenes, el resultado de sus investigaciones le llevó, literalmente, al otro lado del mundo, a Nueva Zelanda, donde viajó para proponerle un guión a una productora.  Tenía un sueño, poder dedicarse a hacer documentales. No fueron fáciles los comienzos. Lo consiguió. Lleva ya una década haciendo lo que le gusta por tierra, mar y aire.  Actualmente compagina su labor como profesor de Zoología en la Universidad de Córdoba con la de realizador, principalmente de documentales de naturaleza, pero también presta sus servicios a otros investigadores que utilizan las imágenes como apoyo en sus trabajos y tesis doctorales. “Empecé utilizando el  vídeo para tomar datos para mi tesis doctoral sobre el comportamiento de una especie determinada de ave. Fue mi primera experiencia grabando vídeos de naturaleza” – rememora Alberto –  pero cuando he estado haciendo la serie ‘Descubriendo el comportamiento animal’, en diversos lugares, con investigadores diferentes, mucho de ellos se dieron cuenta que, al grabar las imágenes de los animales con los que trabajaban, podían observar pautas de comportamiento que normalmente estaban ocultas para ellos”.

Arañas, ranas, lobos y todo tipo de aves pasan por delante de su objetivo. Cine y ciencia se dan la mano en el trabajo que realiza este cordobés. “Las técnicas de grabación y de edición de los documentales me han servido como herramienta, como una forma de tomar datos científicos para un gran número de investigadores. Yo que pensaba que hacer documentales me iba a quitar tiempo de investigar  y ha sido todo lo contrario, colaboro y publico más que nunca gracias a mi trabajo como realizador”, destaca con satisfacción.

Rodaje en Shark Bay (Australia) del documental 'Planeta Australia: los archivos de la Tierra', una producción RTVA-CSIC dirigida por José María Montero.

Rodaje en Shark Bay (Australia) del documental ‘Planeta Australia: los archivos de la Tierra’, una producción RTVA-CSIC dirigida por José María Montero.

Para el periodista José María Montero (Córdoba, 1963), director de ‘Espacio Protegido’ y ‘Tierra y Mar’ en la RTVA,  así como de numerosas producciones audiovisuales de naturaleza por todo el mundo, “la ciencia se construye con los mismos materiales con el que se construye el mejor cine, el que más engancha: intriga, acción, esfuerzo, misterio, fracasos, descubrimientos…”. En los mismos términos lo explica Redondo, “tiene que haber una presentación de la historia, tiene que haber un nudo, un desenlace, momentos de tensión, de subir y bajar, de crear expectativas en el espectador. Cuando hago los guiones de mis documentales, en primer lugar, tengo que tener muy claro la historia que quiero contar, cuál es el contenido que quiero transmitir y creo una historia alrededor”.

Rigor, entretenimiento, calidad, un equilibrio complicado. Por eso, la colaboración entre científico y el realizador-director, es fundamental en este tipo de cine. “Suelen ser, salvo honrosas excepciones, dos mundos que viven uno al margen del otro, sin conocer las necesidades, las expectativas, los problemas, las dificultades o el método de trabajo del otro”, apunta Montero y continua, “cuando tienen que ‘convivir’ se adaptan de la mejor manera a las circunstancias, pero esa adaptación, hasta cierto punto forzada, impide que el rigor científico y el entretenimiento se acoplen como deberían, de manera natural, multiplicando la calidad y el interés del producto. Por eso son tan valiosas las experiencias en las que ambos colectivos diseñan juntos la producción y las iniciativas que buscan una formación conjunta en divulgación, compartiendo todos esos elementos que cada colectivo debe conocer del otro”.

Las nuevas tecnologías

Ambos, periodista y realizador, coinciden en la aportación que las nuevas tecnologías han hecho a este género. “Lo más interesante de esta revolución tecnológica es que ha ‘democratizado’ la producción de documentales científicos: con poco dinero, con mucha imaginación y con tecnología tan barata y fácil de usar que ya se puede comprar en unos grandes almacenes (drones, cámaras HD, microcámaras…), cualquiera puede embarcarse en una producción de este tipo. Nuestra competencia ya no es la superproducción de la BBC o de National Geographic, pueden ser unos estudiantes universitarios que producen para YouTube”, explica Montero. A lo que se suma Redondo,  “un profesor tiene ahora mucho más fácil crear un pequeño audiovisual para sus alumnos en clase y esto es muy positivo”.

La aparición de móviles, tabletas y webs ha llevado a Alberto a desarrollar formatos más acordes con esta nueva forma de consumir productos audiovisuales. La duración tradicional de un documental científico en televisión suelen oscilar entre los 30 y los 60 minutos, de media, “poco atractivo” para un público más tecnológico, como por ejemplo, los jóvenes.  “Pensando en eso se me ocurrió un formato no muy usual en este género que son los cortos de 5 minutos. Está hecho pensando en los dispositivos móviles o la visualización a través de la web. Por otro lado también pueden utilizarse como  ‘relleno’ de programación. Hay 20 países en el mundo donde se están viendo mis cortos, porque  a las cadenas de televisión les viene bien este formato”, resalta el realizador.

Hay un lugar en la televisión para este tipo de producciones, a pesar del deporte y de los programas de entretenimiento. Por lo menos así lo defiende el periodista José María Montero, “un buen producto, realizado con criterio y medios, que muestra algo vinculado con nuestro entorno inmediato, y que se emite en un horario decente y publicitado de manera generosa, es muy raro que no tenga audiencia”.


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