Almería /
14 de julio de 2022

Redes de pesca para el omega 3

Fotografía ilustrativa de la noticia

Autoría: Remedios Valseca / Fundación Descubre

Un equipo de investigación de la Universidad de Almería ha colaborado en la evaluación de los beneficios de la ingesta de antioxidantes y ácidos grasos procedentes de los residuos orgánicos generados en la pesca marisquera. Además, plantean una mejora en el proceso de obtención de estas sustancias desde otros subproductos y con técnicas más eficaces y respetuosas con el medio ambiente.

El pescado azul o el marisco son una fuente rica de omega 3, un potente antioxidante para el organismo. Cuando los pescadores lanzan sus redes al mar para que lleguen a los mercados, la captura incluye tanto la especie que buscan como otras que no necesitan o no cumplen las especificaciones mínimas, como ‘pezqueñines’ o peces muertos.

La labor habitual hasta no hace mucho era devolver al mar todo lo sobrante, conocida como práctica del descarte. Sin embargo, esta rutina supone un problema para el ecosistema marino bien porque los peces vivos que se devuelven no tienen posibilidad de sobrevivir por el estrés y daño causado, bien porque se contribuye a la proliferación de enfermedades, como el anisaki, además de suponer una gran cantidad de suciedad que se vuelca en los océanos. Este uso está regulado en España desde 2019 y se establecen límites para este hábito.

En países como Argentina supone un verdadero inconveniente medioambiental ya que se generan miles de toneladas de descarte, lo que ha llevado a prohibir totalmente su práctica ya que según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) supone una amenaza para la sostenibilidad en el sector pesquero.

El estudio evalúa el aprovechamiento de nutrientes obtenidos a partir de residuos de la industria pesquera.

La obligación de desembarque hace que los pescadores deban llevar a puerto todo lo que pescan. Pero esto les supone una serie de dificultades para el correcto rendimiento de su trabajo, ya que deben dedicar espacios en los barcos para las capturas que no van a vender y, además, tienen que llevar un estricto control en la gestión de los residuos originados.

Por eso, en las últimas décadas, empresas e investigadores unifican su trabajo para lograr la economía circular del sector con el aprovechamiento de esos residuos. Así, la pesca genera nuevos subproductos a partir de sus desechos y logra mayor rentabilidad, al mismo tiempo que reduce el impacto medioambiental de su industria.

Nuevas opciones para el futuro

En 2022, declarado Año Internacional de la Pesca y la Acuicultura Artesanales por la ONU, son muchos ya los usos que se les pueden dar, como la realización de pastillas de caldo a partir de las cáscaras de mariscos o la extracción de colorantes, conservantes o compuestos beneficiosos para el organismo, como los omega 3. Pero existen residuos que no son aptos para el consumo, como pueden ser las vísceras, que se siguen desechando y de los que se podrían generar nuevas opciones de uso.

Precisamente, explotar mejor los desechos y extraer nuevos productos fue lo que movió a un equipo de investigación de la Universidad de Almería, la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco y la de Buenos Aires, y el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) de Argentina a evaluar el aprovechamiento de nutrientes obtenidos a partir de residuos de la industria pesquera como las vísceras, especialmente de mariscos. El objetivo del estudio es obtener un mayor rendimiento en los subproductos originados y utilizarlos como fuente de antioxidantes y ácidos grasos beneficiosos para el organismo.

Los expertos parten de estudios previos en los que quedan probados los beneficios que los lípidos provenientes del mar aportan a la salud. Los ácidos conocidos como omega 3 llegan al ser humano mediante la alimentación, fundamentalmente, con pescados y mariscos. Por ello, plantean la necesidad de promover una mayor explotación de estos compuestos a partir de los desechos que se generan desde la industria pesquera. En el artículo ‘Marine lipids as a source of high-quality fatty acids and antioxidants’, publicado en la revista Food Reviews International presentan los métodos utilizados actualmente para la extracción e identificación de estas moléculas de lípidos naturales en el laboratorio y en la industria con el objetivo de mejorarlos y simplificarlos.

De esta manera, se logra una doble aportación a la sostenibilidad de la industria pesquera. Por un lado, se reducen los desechos, convertidos en nuevos productos para los sectores alimenticio, farmacéutico y cosmético y, por otro, disminuyen los agentes contaminantes en su transformación.

De esta manera, sus propuestas se orientan a la explotación de otros elementos, hasta ahora desechados, para la producción de nuevas opciones comerciales. “No sólo las cáscaras de los mariscos, sino también las vísceras, son una fuente de lípidos beneficiosos que podrían utilizarse tanto para alimentación humana como animal”, indica a la Fundación Descubre la investigadora de la Universidad de Almería Tania Mazzuca, autora del artículo.

La investigadora de la Universidad de Almería Tania Mazzuca, autora del artículo.

Más subproductos y mejor aprovechados

En primer lugar, los expertos realizan un estudio completo sobre las características de los omega 3 que pueden obtenerse de estos residuos confirmando que son más efectivos si se consumen junto a sustancias antioxidantes que evitan que modifiquen su estructura antes de su digestión y absorción final. Con esta combinación, los ácidos grasos son mejor asimilados y cumplen mejor su función en el organismo.

Además, proponen también el aprovechamiento de carotenoides como la astaxantina, que tienen una alta actividad antioxidante y otros ácidos grasos.

Así, atienden a uno de los principales retos de la pesca actual: la cantidad de residuos que genera y la repercusión que estos tienen sobre el medio ambiente. Por ello proponen que un mejor aprovechamiento de estos subproductos puede contribuir a ampliar la economía circular de este sector, obteniendo nuevos productos a partir de los desechos.

Por otro lado, la transformación de los residuos en nuevos productos requiere de un proceso que implica el uso de agentes contaminantes, lo que supone un nuevo problema para el medio. Así, en el trabajo evalúan las técnicas actuales para la extracción y purificación de estos lípidos y proponen mejoras que posibiliten una industria de subproductos más sostenible.

Concretamente, se centran en la reducción de las etapas que requieren diferentes solventes, en algunos casos, agresivos con los ecosistemas. “Actualmente, estamos investigando la sustitución de los reactivos usados, como el metanol o la acetona, por otros más eficaces y más amigables con el medio ambiente, como el etanol, y así mejorar el proceso de obtención de estos ácidos grasos y antioxidantes”, añade la investigadora.

Los ácidos conocidos como omega 3 llegan al ser humano mediante la alimentación, fundamentalmente, con pescados y mariscos.

La sociedad del descarte poco a poco va cambiando para convertirse en generadora de oportunidades a partir de lo sobrante. Los pescadores son ya quienes traen a nuestras mesas langostinos y sardinas, pero también los responsables de aprovechar lo sobrante y que la leche enriquecida con omega 3 y astaxantina siga fresca en el frigorífico.

Más información en #CienciaDirecta: Proponen la extracción de omega 3 de residuos pesqueros con técnicas sostenibles


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