Realizan el primer atlas nacional de biocostras con el fin de preservarlas
Se trata de una de las acciones desarrolladas en el marco del proyecto BIOCOST, llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Almería, a través del cual también se ha evaluado el grado de protección de las biocostras en los espacios naturales protegidos donde están presentes y se han identificado las principales barreras para su conservación.
Durante tres años investigadores de la Universidad de Almería han llevado a cabo el proyecto BIOCOST, financiado por la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, desarrollando el trabajo ‘Conservación de biocostras como estrategia de adaptación al cambio climático: alineando avances científicos con la gestión y sociedad’.
En este tiempo, han desarrollado el primer atlas nacional de biocostras, y se ha evaluado el grado de protección de las biocostras en los espacios naturales protegidos donde están presentes. Además, se han identificado las principales barreras para su conservación y se ha trabajado de forma conjunta con los gestores del medio natural para obtener una hoja de ruta que facilite solventarlas. Ésta se desarrollará en el marco de un grupo de trabajo transdisciplinar que se ha organizado en el marco del proyecto y que integra a los diferentes agentes involucrados en el mismo.
De forma paralela, se han desarrollado numerosas actividades de divulgación (colección y huerto de biocostras, actividades de transferencia, seminarios, etc.) que han ayudado a que la sociedad almeriense cada vez conozca mejor la importancia y vulnerabilidad de estas ingenieras del ecosistema.
El trabajo ha estado liderado por miembros del grupo de investigación Ecohidrología y Restauración de tierras áridas (RNM-927) adscrito al Centro de Colecciones Científicas de la UAL en colaboración con investigadores de la Estación Experimental de Zonas Áridas y del CAESCG.
La mayoría de los suelos naturales de zonas áridas están cubiertos por biocostras, unas comunidades complejas formadas por organismos fotosintetizadores (cianobacterias, algas, líquenes y briófitos), que coexisten en íntima asociación con las partículas de la superficie del suelo y con otros organismos descomponedores que habitan en él. Siendo esenciales en numerosos procesos de los ecosistemas de zonas áridas y por lo que resulta necesario conservarlas para preservar estos ecosistemas.
Este grupo de investigación lleva más de 20 años investigando la importancia de las biocostras en los procesos ecosistémicos y es consciente de su vulnerabilidad al cambio climático y a las alteraciones antrópicas. Sin embargo, el resto de la sociedad las desconoce por completo o sabe muy poco sobre ellas. La falta de conocimiento sobre estas comunidades tan importantes en los ecosistemas áridos dificulta su conservación, ya que no se puede conservar lo que no se conoce. Ante esta situación los investigadores vieron que «había llegado el momento de hacer algo».
Lanzaron este proyecto con el que -a través de la generación de foros de debate, fomentar la colaboración y trabajo colectivo entre investigadores y otros agentes sociales- iniciaron un camino para avanzar en la conservación de las biocostras. Los resultados son muy satisfactorios, en gran medida, gracias a la colaboración desinteresada de un grupo de personas que ha puesto muchas ganas y empeño en el diseño de las diferentes actividades que a día de hoy componen la hoja de ruta para seguir avanzando hacia la conservación de las biocostras.
Gracias a este proyecto se dispone del primer atlas de biocostras de España y se conoce su protección legal. Además, se han identificado muchas barrearas que pueden estar impidiendo que la información disponible sobre ellas llegue a los gestores y a la sociedad. Y se ha creado una hoja de ruta para solventarlas por lo que los investigadores esperan que los impactos a medio y largo plazo sean aún mayores. Aunque el proyecto BIOCOST llega a su fin, empieza una nueva etapa en la que se seguirá trabajando para que los resultados obtenidos sean solo el inicio de un nuevo camino hacia la conservación de las biocostras.
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