Almería /
11 de abril de 2022

Aire y agua para ver las pinturas de Altamira como la primera vez

Fotografía ilustrativa de la noticia

Autoría: Remedios Valseca / Fundación Descubre

Un equipo de investigación de la Universidad de Almería ha caracterizado el flujo de humedad sobre las paredes y techos de la gruta que alberga dibujos de hace casi 40.000 años. Conocer los mecanismos naturales en la concentración de humedad contribuirá a mejorar la protección del arte rupestre. 

En 2016, el director de cine Hugh Hudson hizo que los espectadores de ‘Altamira’, su nueva creación, se pusieran en los ojos de las primeras personas que contemplaron la obra de arte que hombres y mujeres realizaron hace 40.000 años en una cueva situada en Cantabria.

Altamira, en Cantabria, alberga pinturas rupestres de hace casi 40.000 años.

Los protagonistas de la historia, Marcelino Sanz de Sautuola y Pedrueca, interpretado por Antonio Banderas, y su hija María, nos hicieron sentir la caricia de las manos que quedaron plasmadas sobre la fría roca de la gruta y el miedo paralizante ante el bufido de los bisontes reflejados en los techos de esta catedral prehistórica.

Sin embargo, desde que en los años 50 del siglo pasado la cueva se convirtiera en lugar turístico y las visitas multitudinarias aumentaran, las pinturas empezaron a deteriorarse. Esto hizo que fuera necesaria una restauración a conciencia en los 90 y una posterior limitación en la afluencia simultánea de personas con el objetivo de salvaguardar las primeras manifestaciones artísticas del ser humano.

Los trabajos de análisis para optimizar el mantenimiento y conservación de las pinturas continúan. Entre estos estudios se encuentra el que ha realizado un equipo de investigación de la universidades de Almería y Cantabria junto con el Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas. Concretamente, ha caracterizado el ciclo de circulación del vapor de agua y de condensación de la cueva y que pueden afectar al deterioro de los dibujos.

Los expertos han estudiado durante 7 años cómo se comporta la gruta en relación a los ciclos de ventilación y la generación de gotas de agua que podrían interferir en su correcto mantenimiento. En un artículo publicado en la revista Journal of Hydrology, los investigadores concluyen que el aumento de la circulación de aire durante el periodo de junio a octubre, contribuye a aumentar el proceso de condensación de agua sobre las paredes y techos de los sectores más cercanos a la entrada. Por el contrario, durante el resto del año, cuando la cavidad apenas intercambia aire con el exterior, la principal fuente de humedad es el vapor generado en su interior a partir de la evaporación de agua de goteo.

Los expertos han estudiado durante 7 años cómo se comporta la gruta en relación a los ciclos de ventilación y la generación de gotas de condensación sobre las pinturas.

Conocer el origen y el ciclo del agua posibilita establecer las medidas necesarias para preservar la gruta. “Nuestro objetivo era estudiar en profundidad cómo respira la cueva, ya que en la estación en la que se ventila por procesos naturales, la condensación producida por el aire procedente del exterior, aumenta. Sin embargo, en los tiempos en los que no fluye, la que se crea dentro de la propia cueva por evaporación del goteo, también es importante en ciertas zonas”, indica a la Fundación Descubre el investigador de la Universidad de Almería Fernando Gázquez, autor del artículo.

El vapor que da lugar a la condensación puede provenir del exterior de la cavidad o de su interior, mediante la evaporación del agua de goteo. El grado de contribución de estas dos fuentes depende de la intensidad de la ventilación del aire de la cueva, que varía a lo largo del año en función de los cambios de temperatura. Las zonas más cercanas a la entrada se encuentran más afectadas por el acceso de vapor externo. Aunque se trata de un proceso natural, una mala gestión del régimen de visitas podría desembocar en un aumento en la concentración sobre las pinturas. “Por este motivo, es necesario comprender cómo se producen estas variaciones y poder evitar que el agua se instale sobre los frescos y los deteriore”, añade el experto.

Objetivo: preservación

El proceso de condensación sobre la roca se produce cuando el vapor se enfría y pasa al estado líquido. Sin embargo, no siempre se produce de la misma manera, ya que depende de varios factores. Por un lado, el vapor transportado por el aire que penetra desde el exterior a la cueva y que hace que la temperatura interior se modifique. Por otro lado, hay que tener en cuenta la producción en el interior de la gruta, principalmente debido a la evaporación de agua de goteo por filtraciones.

El investigador de la Universidad de Almería Fernando Gázquez, autor del artículo.

Así, concluyen que los procesos de condensación en la cueva se deben a su ventilación natural y varían en función de la distancia de las diferentes cámaras desde la entrada. Además, la instalación de la puerta de metal artificial que separa el vestíbulo de entrada y el resto de las estancias parece jugar un papel beneficioso sobre la estabilidad del microclima de la gruta y en cierto modo podría estar contribuyendo a evitar que aumente la concentración de agua sobre las pinturas.

Hace unas décadas, se colocó esta puerta para evitar el acceso de esporas de hongos y bacterias que podrían deteriorar las pinturas, pero ahora demuestran que también funciona como un filtro que disminuye la creación de gotas de agua sobre los dibujos y que pueden lavar los pigmentos utilizados.

Los investigadores continúan sus estudios orientados a la cuantificación de las gotas de condensación y al posible efecto que el cambio climático podría tener en este proceso de ventilación de la cueva. Estos trabajos, herederos de los que en 1880 comenzara don Marcelino con sus Breves apuntes sobre algunos objetos prehistóricos de la provincia de Santander, serán los que contribuyan a perfilar las líneas que permitan a las generaciones de los próximos 40.000 años seguir admirando la bóveda de la Capilla Sixtina del arte rupestre.

Más información en #CienciaDirecta: Describen el proceso de condensación de agua en la cueva de Altamira para mejorar la conservación de sus pinturas


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