Los niveles de sustancias organofosforadas liberadas por diferentes tipos de mascarillas utilizadas frente a la covid están por debajo del umbral de riesgo, según un estudio de científicos del CSIC. Teniendo en cuenta los resultados y las recomendaciones frente al coronavirus, se aconseja usar las de tela en zonas exteriores y las FFP2 en interiores.
Investigadores del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA-CSIC) han analizado la presencia de compuestos plastificantes en las mascarillas utilizadas para reducir el contagio por SARS-CoV-2.
Los resultados de su estudio, publicados en la revista Environment International, muestran que las concentraciones de estos denominados ésteres organofosforados (OPE, por sus siglas en inglés) se mantienen por debajo de los valores de riesgo para la salud humana.
“Los riesgos cancerígenos y no cancerígenos de la inhalación de los OPE fueron siempre varios órdenes de magnitud inferiores a los niveles del umbral, lo que indica que el uso de mascarillas es seguro con respecto a la contaminación por estos compuestos”, señalan los autores.
El equipo analizó los niveles de 16 compuestos plastificantes en diversas mascarillas: quirúrgicas, de tela reutilizables, FFP2 desarrolladas por el CSIC, KN95 y FFP3. También se realizaron ensayos de inhalación con maniquís para evaluar la proporción de estas sustancias que se desprendían de la mascarilla y que, por tanto, podía ser respirada.
“Los resultados indican que las mascarillas de tela reutilizables no desprenden ninguno de estos plastificantes. Por su parte, las mascarillas quirúrgicas, las FFP2 y FFP3 muestran también unos valores extremadamente bajos de plastificantes desprendidos”, indica la investigadora y autora del estudio Ethel Eljarrat.
“Por tanto –concluye–, en base a nuestros resultados y a las recomendaciones de protección frente al virus, lo más aconsejable es utilizar mascarillas de tela en zonas exteriores y FFP2 en espacios interiores”.
Impacto en el medio ambiente
El trabajo también evaluó el impacto ambiental debido a la generación de residuos, así como a la liberación de compuestos plastificantes al medio ambiente.
Teniendo en cuenta la cantidad de mascarillas que se utilizan a nivel mundial, los autores calcularon que se generan entre 0,2 y 6,3 millones de toneladas de residuos anuales, y se liberan entre 20 y 18.000 kilos de plastificantes organofosforados al medio ambiente.
“También desde el punto de vista medioambiental, la mejor opción es el uso de mascarillas reutilizables ya que son las que generan menor cantidad de residuos. Por otro lado, una mala gestión de los residuos de mascarillas puede provocar que los compuestos plastificantes terminen contaminando los ecosistemas acuáticos y terrestres, lo que supone un grave problema medioambiental”, asegura Eljarrat.
Esta investigación está financiada por la Unión Europea, a través del plan de recuperación frente a los efectos de la covid-19 NextGenerationEU. En el marco de este plan, el equipo de investigación formado por Eljarrat y Teresa Moreno realizará un nuevo estudio que incluya diferentes tipos de mascarillas que han ido apareciendo en el mercado en los últimos meses, y evaluando un mayor número de compuestos plastificantes.
Referencia:
J. Fernández-Arribas, T. Moreno, R. Bartroli, E. Eljarrat. “Covid-19 face masks: a new source of human and environmental exposure to organophosphate esters”. Environment International, 2021
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