Jaén /
17 de febrero de 2020

El primer pirometamorfismo de la Cordillera Bética data de hace 5 millones de años

Fotografía ilustrativa de la noticia
Las rocas pirometamórficas, encontradas y estudiadas por investigadores de la Universidad de Jaén en la cuenca de Molinicos (Albacete), presentan minerales de muy alta temperatura y se originan en la superficie terrestre o muy cerca de ella. Según el estudio, este evento geológico, escasamente descrito en España, fue posible debido a las características particulares de este sector: una cuenca lacustre poco profunda que se secó muy a menudo y un contexto fracturado debido a la proximidad de una falla activa mayor que permitió la entrada de oxígeno en profundidad.

Investigadores del Departamento de Geología de la Universidad de Jaén y del Centro de Estudios Avanzados en Ciencias de la Tierra (CEACTierra) de la UJA han identificado el primer caso de pirometamorfismo descrito en la Cordillera Bética, un proceso geológico poco común ocurrido hace alrededor de 5 millones de años en la cuenca de Molinicos, al sur de la provincia de Albacete.

Afloramiento de las rocas estudiadas por los investigadores de la UJA.

“El pirometamorfismo es un proceso geológico bastante particular y curioso”, indica Isabel Abad, una de las investigadoras responsables del trabajo. Las rocas pirometamórficas presentan minerales de muy alta temperatura, superiores a los 900ºC, que se originan en la superficie terrestre o muy cerca de ella como consecuencia de la proximidad de un magma o por un proceso de combustión.

“En este caso, el pirometamorfismo está relacionado con incendios subterráneos ocurridos dentro de sedimentos lacustres ricos en materia orgánica durante periodos de sequía. La combustión espontánea de estos niveles con materia orgánica sucedió hace unos 5 millones de años cuando un antiguo lago, actualmente localizado en el sur de la provincia de Albacete, se desecó”, explica Isabel Abad. “El efecto de esta combustión de capas de arcilla ricas en materia orgánica dio lugar a ‘clínkers’ o rocas horneadas, junto a unas rocas con aspecto de roca volcánica, denominadas paralavas, que se diferencian de las verdaderas lavas por presentar una mineralogía diferente a la volcánica, ya que las paralavas proceden de la fusión de rocas sedimentarias”, señala la investigadora.

Según el estudio elaborado, este evento geológico, escasamente descrito en España, fue posible debido a las características particulares de este sector: una cuenca lacustre poco profunda que se secó muy a menudo y un contexto fracturado debido a la proximidad de una falla activa mayor que permitió la entrada de oxígeno en profundidad.

Condiciones excepcionales

Como uno de los elementos más destacados, se señala la excepcionalidad de las condiciones que dan lugar al afloramiento de este tipo de rocas. “Habitualmente hablamos de rocas ígneas, sedimentarias y metamórficas. Siempre entendemos que para que una roca sedimentaria se transforme en ígnea tiene que pasar por un incremento de presión y temperatura gradual que la transforme en metamórfica y ésta cuando funde se transforme en ígnea. Sin embargo, en las muestras obtenidas observamos un proceso de fusión directamente de materiales sedimentarios. Casi cabría decir que nos estamos saltando un paso en el ciclo de las rocas”, afirma la investigadora. A su vez, también se resalta la influencia de un incendio en una zona limitada y en intervalos cortos de tiempo, generado por las condiciones idóneas de confinamiento y altas temperaturas combinadas con el acceso de oxígeno a cierta profundidad, lo que puede provocar la aparición de este tipo de rocas que son bastante exóticas.

Detalle de las rocas analizadas.

A partir del análisis mineralógico y geoquímico de estas rocas, los investigadores describen la existencia de dos tipos de materiales en este afloramiento. “Encontramos por un lado las paralavas, que son esos materiales que han llegado a fundir completamente, alcanzando temperaturas de más de 1000º C, como se desprende de la modelización termodinámica del proceso y de la presencia de minerales como la cristobalita, mientras que por otro lado, localizamos otros materiales situados a su alrededor, que simplemente se calentaron, se endurecieron, a raíz de la circulación del oxígeno, se oxidaron, y debido a ese proceso tienen unas coloraciones rojas muy llamativas”, argumenta Isabel Abad.

En la investigación han participado, además de Isabel Abad, tres investigadores más de la Universidad de Jaén, Matías Reolid, Mario Sánchez y Vicente López, especialistas en diversos campos de la Geología. El equipo de investigación han contado con el apoyo financiero del Instituto de Estudios Albacetenses ‘Don Juan Manuel’, institución con la que colaboran habitualmente. Los resultados han sido recogidos en un artículo científico titulado ‘Pyrometamorphic Rocks in the Molinicos Basin (Betic Cordillera, SE Spain): Insights into the Generation of Cordierite Paralavas’ y publicado en la prestigiosa revista internacional Minerals.


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