Las mujeres que guían la diversificación de cultivos en Europa
Investigadoras, agricultoras, técnicas y empresarias agrícolas de toda Europa trabajan por la diversificación de cultivos dentro del proyecto Diverfarming. En este proyecto, financiado por el Programa Horizonte 2020 de la Comisión Europea y dentro del reto de “Seguridad alimentaria, agricultura y silvicultura sostenibles, investigación marina, marítima y de aguas interiores y bioeconomía”, participa la Universidad de Córdoba.
Hace unos años, en México, Esperanza Huerta recogía muestras de lombrices de diferentes sistemas agrícolas cuando conoció a una productora de plátano que, además, contaba con un terreno de frutales diversificado. ¿Por qué? La respuesta fue sencilla: ‘porque mis hijos e hijas no solamente comen plátanos, necesitan otras frutas y verduras’.
La lista de mujeres está liderada por Marina Giménez, directora de gestión del proyecto (Project Manager), quien desde la Oficina de Proyectos Internacionales de Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT) controla pagos e ingresos a socios y cuadra la justificación del proyecto gracias a altas dosis de flexibilidad, polivalencia y creatividad necesarias para la resolución de problemas en un proyecto que incluye a 25 instituciones de 8 países europeos con idiosincrasias y lenguajes distintos.
Liderando territorio
Las mujeres encabezan mayoritariamente la coordinación territorial del proyecto, gestionando cuatro de las seis regiones en las que se divide el territorio de Diverfarming. Desde la Universidad de Córdoba la investigadora del Departamento de Edafología Beatriz Lozando, lidera la Región Mediterráneo Sur, que integra todos los casos de estudio que se llevan a cabo en España. Alessandra Trinchera, investigadora del Consejo de Investigación en Agricultura y Análisis de la Economía Agraria – CREA de Italia lleva las riendas de otra de estas regiones, la Mediterráneo Norte, donde ejerce de nexo entre la academia y las empresas italianas que forman el consorcio como Barilla y Casalasco. Servir de puente e involucrar a agricultores y agricultoras en la adopción de la diversificación de cultivos como solución a los problemas de erosión y pérdida de rendimiento de los cultivos que adolece la región usando como armas el manejo de los diferentes lenguajes y el conocimiento de las tradiciones de ambos campos es el día a día en el desarrollo sus tareas de coordinación.
Tras formar parte de más de 25 proyectos nacionales e internacionales, para Alessandra “el contacto directo con los agricultores, que a menudo son la fuente de inspiración para innovación científica” sigue siendo una de las facetas más importantes de su trabajo en agricultura, un sector para el que considera que la mujer juega un “papel esencial debido a su habilidad en cuanto a innovación y creatividad y la sensibilidad hacia problemáticas sociales”.
A pesar de que en CREA, el balance de género es bastante equilibrado tanto entre los equipos de investigación como en las posiciones de poder, esto no es un fiel reflejo de la sociedad italiana, donde las estadísticas revelaban en 2009 que sólo el 32.2% de las mujeres italianas gestionan las explotaciones agrícolas (Istat, 2009). A pesar de la desigualdad, en la sociedad agrícola italiana ya se cosechan resultados de algunas iniciativas de igualdad como las que persigue Diverfarming: con casi 2 millones de mujeres empleadas en el sector, en 2017 las empresas agrícolas dirigidas por mujeres han aumentado en un 6.6%. El futuro de la agricultura italiana se vislumbra femenino.
Igualdad sobre el terreno
Los terrenos experimentales en los que la triada investigación, campesinado y agronegocio ensaya la diversificación de cultivos también consiguen el 50% en igualdad. En ese terreno se mueve Virginia Sánchez Navarro, que con 33 años es doctora por la UPCT y coordinadora de dos casos de estudio: el caso de estudio 2 donde se diversifica una explotación de mandarinos y el caso de estudio 16 donde se prueban las diferentes combinaciones de productos hortícolas.
Experta en el cultivo sostenible de leguminosas estudia la fertilidad del suelo, la emisión de gases de efecto invernadero, el secuestro de carbono y el estado nutricional de los cultivos, valora tanto la vida en el laboratorio como las relaciones sociales que le aporta el trabajo de campo.
A pesar de que en la agricultura española sigue predominando la presencia del hombre en un 97.6% (Encuesta de Población Activa del 4º trimestre de 2018), Virginia destaca el trabajo dentro del proyecto de ‘mujeres que se desenvuelven perfectamente en este sector’.
Cambio de paradigma en el escenario europeo
Diverfarming se concibe sobre la apuesta por el cambio de paradigma de la agricultura europea en una transición hacia una agricultura más sostenible para el medioambiente y más eficiente para los agricultores gracias a la utilización de la diversificación de cultivo y las prácticas de manejo de bajos insumos. Al mismo nivel, incluye en su seno una perspectiva de género que busca dar visibilidad al papel de la mujer dentro de un sector en el que solo el 30% de las granjas y fincas de la Unión Europea están gestionadas por mujeres (Eurostat) y que la brecha salarial se sitúa de media en un 16% de diferencia entre el salario de mujeres con respecto al del hombre (Comisión Europea, 2014).
La paridad dentro del núcleo del proyecto se convierte así en ejemplo e impulso dentro del sector. Medidas que van desde el diseño de actividades de capacitación dirigidas a mujeres o el estimulo de la participación de las campesinas, técnicas o trabajadoras del sector en la red de ‘Comunidades de agricultoras o agricultores’ que el proyecto impulsará para la puesta en marcha de la diversificación de cultivos, son otras de las herramientas que se utilizarán para la consecución del cambio de paradigma de la agricultura europea hacia un escenario agrícola más feminizado y sostenible.
Diverfarming es un proyecto financiado por el Programa Horizonte 2020 de la Comisión Europea, dentro del reto de “Seguridad alimentaria, agricultura y silvicultura sostenibles, investigación marina, marítima y de aguas interiores y bioeconomía” en el que participan las Universidades Politécnica de Cartagena y Córdoba (España), Tuscia (Italia), Exeter y Portsmouth (Reino Unido), Wageningen (Países Bajos), Trier (Alemania), Pècs (Hungría) y ETH Zúrich (Suiza), los centros de investigación Consiglio per la ricerca in agricoltura e l’analisi dell’economia agraria (Italia), el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (España) y el Instituto de Recursos Naturales LUKE (Finlandia), la organización agraria ASAJA y las empresas Casalasco y Barilla (Italia), Arento, Disfrimur Logística e Industrias David (España), Nieuw Bromo Van Tilburg y Ekoboerdeij de Lingehof (Países Bajos), Weingut Dr. Frey (Alemania), Nedel-Market KFT y Gere (Hungría) y Paavolan Kotijuustola y Polven Juustola (Finlandia).
También te puede interesar...
Ver todasSuscríbete a nuestra newsletter
y recibe el mejor contenido de i+Descubre directo a tu email