Andalucía /
18 de noviembre de 2020

Un símbolo para el cambio de comportamiento

Fotografía ilustrativa de la noticia

Autoría: Ana Tamayo / Fundación Descubre.

Asesoría científica: Cristina Muñoz Madero, Rocío Fernández Urrusuno, Antonio López Navas, Hikmate Abriouel Hayani, José Miguel Mayor Moreno.

Cada año desde 2008, el día 18 de noviembre se celebra el Día Europeo para el Uso Prudente de los Antibióticos, una iniciativa impulsada por el Centro Europeo para la Prevención y Control de las Enfermedades (ECDC). Cambiar los hábitos adquiridos durante años en la prescripción y consumo de antibióticos no es tarea sencilla. En el mundo, 7.000 millones de personas deberían comenzar a actuar diferente si queremos parar esta amenaza de salud global. Durante los últimos diez años, solo en Europa, se han lanzado más de 50 campañas de comunicación para todo tipo de públicos, con el objetivo de concienciar y movilizar.


Este año, con motivo de esta conmemoración, se ha lanzado el símbolo internacional de la resistencia a los antibióticos. Una insignia fácil y barata de reproducir para dar visibilidad a esta amenaza para la salud del planeta. 600 propuestas se presentaron al concurso lanzado en marzo por la Acción Conjunta Europea sobre Resistencia a los Antimicrobianos e Infecciones Relacionadas con la Asistencia Sanitaria (EU-JAMRAI). “La resistencia a los antibióticos es una de las mayores amenazas a la que nos enfrentamos. Necesitamos encontrar maneras de involucrar a todos los sectores de la sociedad y asegurarnos de que se sienten parte de la solución. Llevando este símbolo, contribuirás a concienciar e impulsar el movimiento global para preservar los antibióticos”, declara Marie-Cécile Ploy, coordinadora de EU-JAMRAI y experta biomédica en microbiología y biología molecular y genética, en el Instituto Nacional de Salud e Investigación Médica (INSERM) de Francia.

El símbolo internacional de la resistencia a los antibióticos tiene una forma sencilla, pero que esconde un robusto mensaje. En palabras de su autor, el diseñador sueco David Ljungberg, “el símbolo se compone de la forma icónica de una cápsula de medicamento, la forma de un corazón y la forma de una tirita (también se puede leer como una X o cruz). El corazón nos dice que debemos cuidarnos, la cápsula establece el tema y ​​las tiritas transmiten la necesidad de arreglarlo».

La corresponsabilidad es clave en la lucha frente a la resistencia a los antibióticos a fin de que la ciudadanía sea consciente y se comprometa con un cambio de hábitos que podrían salvar al planeta de esta pandemia continua.


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