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17 de enero de 2019

Manuel Talamante, licenciado en periodismo: “Las relaciones entre política y empresa marcan el desarrollo de un país”

Fotografía ilustrativa de la noticia

Autoría: José Teodoro del Pozo / Fundación Descubre.

Asesoría científica: Manuel Talamante Pérez.

Manuel Talamante (Huelva, 1978) es licenciado en Periodismo por la Universidad Francisco de Vitoria – Centro Adscrito a la Universidad Complutense-, Madrid, C.A.P., grado en Humanidades y posgrado en Historia comparada, estos últimos títulos, por la Universidad de Huelva. Talamante desgrana para iDescubre cuál es su área de trabajo en Francia y la intrahistoria de una carrera investigadora marcada por diversos cambios que muestran cómo, en ocasiones, cumplir una vocación es también un ejercicio de superación y constancia. Desde 2017 trabaja como docente e investigador en la Universidad de Champollion, ubicada en la localidad francesa de Albi, donde es responsable de un proyecto de investigación encargado de analizar el origen y las relaciones entre el poder político y público durante el militarismo uruguayo (1876-1880). Un área que, afirma, explica el origen de los vínculos entre la empresa y la política que hoy, en términos populares, reciben el nombre de ‘puertas giratorias’.

Manuel Talamante, en Montevideo, Uruguay

Manuel Talamante, en Montevideo.

– Pregunta (P): La historia del Manuel Talamante investigador es una historia de búsqueda y constancia. Cuéntenos por qué.

– Respuesta (R): En ocasiones, llegar a cumplir con tu vocación es difícil, lo mío fue una carrera de obstáculos. Desde que me licencié en Periodismo en el año 2003 he trabajado en diferentes medios locales, regionales y nacionales. También terminé un grado de Humanidades y un posgrado en Historia. Fue entonces cuando mi amistad con Andrés Lamas, entonces jugador de fútbol en el Recreativo de Huelva, me llevó a interesarme por la historia política y social de un país, Uruguay, al que hoy no solo me une mi investigación, también mi mujer e hijo.

– P: Muchas carreras investigadoras se ven interrumpidas por falta de financiación u oportunidades en el mercado laboral. ¿Hasta qué punto usted tuvo que luchar para llegar a su actual puesto?

– R: Tras finalizar mis estudios de grado y posgrado y, ante la falta de oportunidades, compré un billete y vine a buscarme la vida a Francia. Trabajé como au pair, pedí unas prácticas Erasmus en la Universidad de Huelva para la Universidad de Toulouse donde estuve seis meses gracias a la dotación de la beca, la venta de mi coche y la ayuda familiar. En septiembre comencé a impartir docencia en el Institut d’Etudes Politiques (I.E.P. Toulouse) y de comunicación y español en la Universidad Católica. Al mismo tiempo, trabajaba en la construcción y la hostelería mientras buscaba un trabajo más estable. Conseguí un contrato de investigación para realizar mi Doctorado en la Universidad de Jean Jaurès en cotutela con la Universidad de la República de Montevideo y la Casa Velázquez como centro partenaire. Desde 2017 estoy en la Universidad de Champollion, lugar donde tengo contrato hasta el 30 de agosto de 2019.

– P: Ya ha mencionado el motivo que le llevó a centrar su investigación en Uruguay. ¿En qué consiste su trabajo?

– R: Pretendo mostrar lo más gráficamente posible el funcionamiento de una estructura social o grupo en un momento determinado de la historia del país. Es el momento de la dictadura de Lorenzo Latorre, un militar que, en 1876, después de una reunión en casa junto a unos ‘amigos’, firma un manifiesto para instaurar el orden y poner fin a las guerras civiles, revueltas y levantamientos. Latorre consigue estabilidad, con mano dura, entre 1876 y 1880 (la estabilización de la deuda externa o la llegada del ferrocarril, por ejemplo) introduciendo y asentando el país en el comercio internacional.

– P: ¿Qué novedad aporta su investigación a la historiografía uruguaya?

– R: Este aspecto de su historia siempre se ha trabajado desde un plano macrohistórico, es decir, sin concretar detalles. En nuestra investigación damos a conocer las 56 personas que oficialmente firmaron el papel y participaron en estas reuniones. Además, ponemos de manifiesto los vínculos entre ellos desde una perspectiva histórica y social.

– P: ¿Y cuáles eran estas relaciones?

– R: En primer lugar, la relevancia de algunos actores hasta ahora muy poco o nada conocidos en la historiografía uruguaya. Casi el 89% de ellos había tenido alguna relación con la actividad política y publica, es decir, existían vínculos de negocios con el estado gracias a los que se beneficiaron antes, durante y después del militarismo. También llama la atención que muchos eran familiares: aparecen el suegro y el tío de Latorre, por ejemplo, hay también tres hermanos, algunos cuñados…  Al final, entre 20 y 25 personas decidieron y manejaron el país durante diez años.

– P: ¿Qué supuso para el país su capitalización?

– R: La instauración o entrada del país al panorama internacional trae como consecuencia un período que marcará el desarrollo y crecimiento de Uruguay y transformará su cultura caudillesca y pastoril, a una comerciante y de libre comercio sustentada sobre una de las principales fuentes de producción del país: el sector agropecuario. Nuestro estudio nos muestra también el funcionamiento de una estructura social que fue, en parte, artífice de dichos cambios socioeconómicos y políticos en Uruguay a finales del siglo XIX.

– P: Lleva casi cinco años centrado en estudiar las redes sociales durante el militarismo uruguayo: ¿qué le ha llamado más la atención?

– R: El papel de la mujer, que actúa como apoyo para el ascenso social del hombre, siempre desde un segundo plano. Igualmente, en los últimos años, existía una amplia red empresarial, más de 240 empresas, donde destacaba la coexistencia de un mismo actor en varias compañías o en la vida política. Lo típico de un sistema capitalista y que sucede también hoy en día: las puertas giratorias.

Manuel Talamante impartiendo una clase

Manuel Talamante impartiendo docencia.

– P: Entendiendo que se trata de dos contextos históricos y culturales diferentes, ¿es posible extrapolar alguna conclusión del militarismo al político actual en España?

– R: Es difícil responder. Las grandes familias españolas han dominado y siguen dominando en relación a privilegios y derechos. Los miembros de la alta sociedad en España son figuras muy diferentes a las de América latina, donde nunca hubo una nobleza como en Europa. En España pertenecer a la alta sociedad permitía estar en la corte y un contacto directo con el palacio real, lo cual te permitía tener contacto directo con el rey, quien daba las concesiones (negocios, elecciones, etc.). La nobleza perdió relevancia, pero la preminencia económica seguía estando en sus manos. Y ésta se ha mantenido de una u otra forma.

– P: ¿Qué metodología emplea para conseguir este tipo de información ‘oculta’ en el paso de los años?

– R: Hemos utilizado el Análisis de Redes Sociales y un análisis prosopográfico (esto es, por fichas que recogen, por ejemplo, datos de los personajes como su participación en la función pública) de los protagonistas que nos permite reflexionar sobre las relaciones mantenidas por estos actores sociales que están encuadrados en un contexto histórico concreto, el militarismo uruguayo. Antes de comenzar con la metodología de redes, recogimos datos e información de cada miembro del grupo estudiado en diversos archivos uruguayos, caso del Archivo General de la Nación, el Histórico Nacional o el del Poder Judicial, entre otros.

– P: ¿Cuál es el siguiente paso en su investigación?

– R: Con este análisis, tras poner en evidencia la importancia de los fenómenos de interacción y las posibles combinaciones de la red estudiada para poder comprender mejor la sociedad uruguaya de finales del siglo XIX y el funcionamiento de la estructura, podremos realizar análisis de largo recorrido histórico y comparados con otros países.

– P: Un consejo para los jóvenes que, como usted, comienzan su carrera investigadora. 

– Pues que se atrevan, ya que salir de nuestra zona de confort nos ayuda a crecer y desarrollar cualidades hasta ese momento desconocidas. Fuera de nuestras fronteras hay muchas más opciones de cara a investigar, esperemos que se vuelva a colocar a España en el panorama científico como antes de la crisis. En resumidas cuentas, que con constancia, trabajo y determinación todo se puede conseguir.


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