Málaga /
17 de marzo de 2021

Ya me han vacunado frente a la Covid-19: ¿Y ahora qué?

Fotografía ilustrativa de la noticia

A. Victoria de Andrés Fernández, profesora en el Departamento de Biología Animal de la Universidad de Málaga recopila siete hechos que toda persona que ha recibido la vacuna de la Covid-19 debe saber y analiza las ventajas de haber sido vacunado. 

Pues, lo primero, reciba mi enhorabuena y sea receptor de mi más sana envidia. En segundo lugar, tendrá que asumir que nada habrá cambiado hasta que pase el tiempo-promedio necesario para que el mecanismo de inmunización inducido por la vacuna alcance su máximo de eficiencia, que dependerá del tipo de vacuna recibida.

Este artículo recoge siete situaciones que todo vacunado de Covid-19 debe saber / Adobe Stock

¡Y, ya está! Es usted un elegido, un ungido, un tocado por la gracia. Está inmunizado.

Lo malo es que la mayoría de los inmunizados no tienen ni idea de en qué consiste exactamente su nuevo “estado”. Sobre todo si no son ni científicos, ni médicos, ni sanitarios. Porque, como en otras tantas otras etapas de esta horrible pandemia que estamos viviendo, la información no se difunde como debería a la población de a pie (tema que no comentaré aquí por faltarme la corrección política necesaria para dejar alguna cabeza sin cortar).

Es necesario, pues, tener a mano un listado de cosas que uno tiene que saber. De esta forma los vacunados tendrán claro qué tienen qué hacer (o qué no deben hacer) tanto para asegurar su propia seguridad como para garantizar la de los demás.

Siete cosas que un vacunado de Covid-19 debe saber

Usted está inmunizado por lo que, en principio y en teoría, tiene pocas probabilidades] de desarrollar la enfermedad. Pero, ¡ojo!, sí que puede contagiarse si contacta con el virus. Dicho de otra forma, la vacuna le protege (estadísticamente) para no enfermar de COVID-19 pero no evita que el SARS-CoV-2 entre en su cuerpo.

Por eso es muy importante recalcar que, aunque las vacunas tiene un altísimo porcentaje de efectividad y eficacia, siempre quedará una duda: ¿y si tengo la mala suerte de estar en la zona estadística residual de la ineficacia? Además, el rendimiento de una vacuna en el mundo real no tiene por qué coincidir exactamente con la eficacia demostrada en el ensayo clínico, por lo que ese problemático piquillo estadístico puede ser más amplio de lo esperado.

Aunque su inmunización será, con alta probabilidad, efectiva (eliminamos así el factor gafe), sí que puede verse reducida. Me explico. Las vacunas actuales usan como referencia antigénica la proteína S del SARS-CoV-2 que primero se secuenció, esto es, la de la corona de la cepa china original generada en Wuhan. Por eso, si se producen mutaciones que afecten a dicha proteína, puede alterarse el efecto neutralizador de los anticuerpos, ya que estos fijan al virus por la corona.

De hecho, esto es lo que ha pasado con la cepa sudafricana (B.1.351), aunque no con la británica (B.1.1.7) ni con la brasileña (P1). En otras palabras, las vacunas se irán quedando obsoletas ante la inevitable evolución coronavírica. Ésta es la razón por la que algunas vacunas contra determinados virus (como el de la gripe) hay que ponérselas todos los años.
Las farmacéuticas, consecuentemente, irán incorporando las secuencias mutantes en los sucesivos procesos de fabricación de vacunas.

Pero como la evolución sigue su curso sin detenerse, irán surgiendo nuevas cepas que coexistirán con las anteriores. El problema, por tanto, es que a priori no se puede saber con qué cepa de virus, en concreto, se va a contactar. Puede que usted se contagie con una cepa nueva para la cual su vacuna sea vieja.

Como no se están secuenciando todos los casos de COVID-19, no se sabe si las reinfecciones se deben a cepas diferentes a las causantes de la primera enfermedad (contra la que se supone que hemos adquirido inmunidad al superarla), o si, por el contrario, se trata de la misma y hemos perdido la inmunidad con el paso del tiempo (lo que sería mucho peor). Por lo tanto, tampoco está muy clara la información con respecto a las reinfecciones.

Usted está inmunizado, pero no esterilizado. Esto quiere decir que usted puede ser una fuente de contagio para las personas que no están vacunadas, lo que incluye sus pertenencias, sus ropas y todo aquello que caiga bajo su radio de acción.

Usted está inmunizado, pero no sabemos si es portador del virus. Tenga en cuenta que puede estar infectado de nuevo por el SARS-CoV-2 y ser completamente asintomático. Por eso, aunque su carga viral será reducida (algunos estudios avanzan que mínima), usted puede seguir siendo peligroso para un no vacunado.

No sabemos aún por cuánto tiempo será efectiva la inmunización generada por las vacunas. Recuerde que todas las investigaciones están generándose a tiempo real y todo el planeta está actuando como un macrolaboratorio donde los cobayas somos los humanos.

Entonces, ¿dónde están las ventajas de la vacuna?

La inmunidad generada por las vacunas es altísima, mucho más que la obtenida tras pasar la enfermedad. Es, por lo tanto, muy improbable enfermar de COVID-19 estando vacunado.

A pesar de ello, si se contagia y desarrolla la enfermedad, las consecuencias serán muchísimo más leves porque su carga viral será mucho menor. Las primeras evidencias de los efectos protectores de las vacunas se obtuvieron en macacos (Macaca mulatta) vacunados y enfrentados de nuevo al virus. Éstas son extrapolables a nuestra especie, donde los últimos estudios avanzan que la vacunación es muy eficaz contra la infección por SARS-CoV-2 (incluyendo tanto las infecciones sintomáticas como las asintomáticas).

En el caso de tener la mala suerte de ser diagnosticado con COVID-19 una vez vacunado, sepa que la tasa de hospitalización es un 60% menor en los vacunados que en los no vacunados.

El hecho de estar vacunado hace que la posible infección por nuevas cepas traiga como consecuencia unos síntomas mucho más reducidos de la enfermedad. Es decir, aunque con vacuna vieja, es mucho mejor estar vacunado que no estarlo.

La vacunación masiva tiene un efecto beneficioso fundamental: al romperse la cadena de transmisión, se dificulta la propagación del SARS-CoV-2. Éste es el punto clave para terminar con la pandemia y empezar a relajar las molestas medidas de seguridad, como el uso de mascarillas, el mantenimiento de la distancia de seguridad o la restricción de movilidad.

Conclusiones

A nivel planetario, cuando la vacunación sea masiva el virus tendrá muy difícil replicarse y la pandemia estará controlada. Eso significa que podremos viajar y recuperar nuestro dinamismo social.

A nivel personal, estando vacunado será muy improbable que usted enferme de COVID-19. Y, si acaso enferma, será muy difícil que lo haga gravemente. Pero, recuerde, hasta que la vacunación no sea masiva su imprudencia puede llevar a la muerte a los que no tienen la suerte de estar vacunados aún.

Como dice mi adorado Sabina, La muerte es sólo la suerte con una letra cambiada.


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