Málaga /
14 de febrero de 2023

Una llave en clave domótica para la prisión de la ELA

Fotografía ilustrativa de la noticia

Autoría: Remedios Valseca / Fundación Descubre

Un equipo de investigación de la Universidad de Málaga ha validado un sistema dirigido a personas que padecen síndrome de cautiverio, una dolencia que les impide moverse y hablar y que está asociada a otras enfermedades neurodegenerativas, como la ELA. La aplicación conecta los pensamientos con la computadora que permite dar órdenes para controlar de manera autónoma luces, televisión, música o servicios de mensajería instantánea. 

Alba está diagnosticada de esclerosis lateral amiotrófica (ELA). El día que pusieron nombre a lo que le pasaba no imaginaba lo que estaría por venir. Primero fue el no poder abrocharse el botón de la camisa, luego la dificultad para andar. Ya no puede hablar ni tragar.

El caso de Alba, por marcar un nombre propio, es el de más de 3.000 personas en España, según la Sociedad Española de Neurología y cada año se diagnostican unos 700 casos nuevos. Su mente ha quedado cautiva en su propio cuerpo.

Sin embargo, algo podría cambiar para nuestra imaginaria protagonista. Un equipo de investigación de la Universidad de Málaga ha probado un dispositivo que puede volver a reconectarla con el mundo. Mediante un gorro lleno de conectores, puede visualizar en una pantalla los aparatos de su habitación: el aire acondicionado, la televisión, la luz de la lámpara y hasta el whatsapp. Los iconos parpadeaban mientras se fija en uno concreto. De repente, se oye una voz metálica que dice: ‘Ok Google. Enciende la luz’. Y la luz se hace.

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El equipo de la Universidad de Málaga, autor del artículo.

Ese acto tan rutinario para la mayoría, es toda una odisea para quienes sufren el síndrome del cautiverio por el que las personas pierden totalmente la capacidad de comunicación con su entorno, como les ocurre a los enfermos de esclerosis lateral amiotrófica, más conocida como ELA.

Neurocomputación contra la ELA

Construir dispositivos que permitan acciones cotidianas a los pacientes, como el que han presentado estos expertos malagueños en un artículo de la revista Neurocomputing, puede suponer una mejora en la calidad de vida y en la afectación de la enfermedad sobre sus capacidades intelectuales. El sistema se basa en una interfaz cerebro-computadora (BCI), un tipo de tecnología que establece un canal de comunicación entre un usuario y ciertos dispositivos en el entorno a través de las señales cerebrales del usuario.

Así, la persona puede ‘pensar’, por ejemplo, en cambiar el canal del televisor, ajustar la temperatura de la calefacción o enviar un mensaje a sus amigos y realizarlo. UMA-BCI, va más allá, ya que es capaz de operar con comandos de voz generados por un asistente virtual, como ‘OK Google’. Concretamente han validado su uso en un televisor, un aire acondicionado, una bombilla inteligente, un enchufe inteligente y las aplicaciones de mensajería instantánea y reproducción de música.

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El sistema es un dispositivo que se coloca en la cabeza del individuo con unos conectores que analizan la actividad electroencefalográfica.

Los sistemas domóticos y los asistentes virtuales basados en voz están ampliamente implantados en los hogares actuales. Sin embargo, poner en conexión ambas plataformas es aún hoy día un desafío para los investigadores. “En este artículo, hemos demostrado con éxito el uso de un sistema BCI para el control domótico que es flexible y puede adaptarse potencialmente a las necesidades de cada usuario”, indica a la Fundación Descubre el profesor de la Universidad de Málaga Francisco Velasco, autor del artículo.

Conectores que interpretan el pensamiento

Los sistemas BCI consisten en un dispositivo que se coloca en la cabeza del individuo con unos conectores que analizan la actividad electroencefalográfica. Al mismo tiempo, se presentan una serie de opciones en una pantalla que van parpadeando. La selección se realiza directamente en función de la elección por el pensamiento. A continuación, la interfaz genera un comando de voz que es interpretado por el asistente virtual.

Así, si por ejemplo se quiere encender una luz, la pantalla muestra las distintas opciones del sistema parpadeando. El individuo selecciona la acción deseada fijando su atención en la opción ‘Encender’ la bombilla. Los conectores cerebrales entienden la actividad ‘Encendido’ y emite la orden al asistente: ‘Ok google. Enciende la luz’. El asistente virtual capta la voz y envía por wifi el comando a la bombilla inteligente y se activa.

La validación del sistema ha contado con un grupo de doce personas sanas y tres voluntarios con esclerosis lateral amiotrófica pertenecientes a la Asociación ELA Andalucía. Los resultados de los cuestionarios sobre su usabilidad y el rendimiento confirman que el sistema podría ser útil y adecuado para los pacientes.

Romper barreras

Aún así, los expertos continúan mejorando la aplicación tanto a nivel de software como en hardware. En futuros trabajos los investigadores quieren abordar la sensación de los pacientes con el uso diario y a largo plazo de estos sistemas. Esto permitiría probarlo en un entorno más cercano a la realidad que viven y desarrollar dispositivos portátiles de bajo costo que no requieran conocimientos técnicos especializados para su uso y, por tanto, poder mejorarlo para su implantación masiva.

Silla ela uma

La plataforma es de especial interés para ser usada por personas que han perdido la capacidad de comunicación con su entorno, como los enfermos de ELA.

De esta manera, Alba y tantos otros enfermos que padecen el conocido síndrome del cautiverio podrían ampliar sus capacidades durante más tiempo y favorecer su calidad de vida a pesar de su dolencia. Recuperar el contacto con el mundo y tener algo de autonomía en operaciones básicas no hace desaparecer la enfermedad, pero los hace más libres dentro de la cárcel mental en la que viven.

Más información en #CienciaDirecta: Desarrollan una aplicación para que personas sin movilidad controlen dispositivos domóticos con el pensamiento.


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