Hidrosostenibilidad, o cómo ahorrar agua en el el riego de los olivos
Expertos de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica (ETSIA) de la Universidad de Sevilla apuestan por incluir en los protocolos de cultivos de olivos una nueva herramienta basado en el ‘índice de hidrosostenibilidad’, un baremo que promueve el uso de buenas prácticas agrícolas relacionadas con el agua, al tiempo que ofrece un valor añadido al consumidor.
Expertos de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica (ETSIA) de la Universidad de Sevilla apuestan por incluir en los protocolos de cultivos de olivos una nueva herramienta basado en el ‘índice de hidrosostenibilidad’. Se trata de optimizar el uso del agua, llegando incluso a ahorrar entre un 20 y un 30% lo que se emplea en la actualidad en Andalucía o incluso más, en zonas de veranos más suaves como el levante o el centro-norte peninsular. En la actualidad esos protocolos incluyen el manejo de los fitosanitarios, fertilizantes y la trazabilidad de los alimentos, pero apenas reparan en el empleo del agua de riego.
“El objetivo de este índice es que el agricultor consiga una diferenciación de su producto por la realización de buenas prácticas agrícolas relacionadas con el agua. Aunque hay varios intentos en algunas certificaciones, la evaluación del manejo del riego suele ser muy deficiente. La forma de incluirlo en su trabajo diario es sencilla, consiste en aplicar las pautas para un riego deficitario sin que, por supuesto, se vea mermada en ningún momento la calidad del producto”, explica el investigador de la US Alfonso Moriana.
Los expertos han identificado, además, que los aceites que vienen de árboles en condiciones de estrés hídrico tienen mayor cantidad de antioxidantes, lo que da lugar a sabores más intensos.
Este indicador también ha sido probado en cultivos de almendras y, aunque aún se encuentra en fase de estudio, los resultados obtenidos hasta el momento señalan que las almendras con déficit hídrico tienen las mismas cualidades nutricionales, pero mejoran su calidad sensorial, por tener un mayor contenido de volátiles.
Esta investigación se realiza en colaboración con la empresa cordobesa Galpagro que asesora a muchos agricultores en todo el país y que promueve un uso sostenible del agua, y participan también investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), Universidad Miguel Hernández (UMH) y del CSIC.
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