Un equipo de investigación de la Universidad de Málaga ha creado un sistema de bajo coste que analiza el tránsito en un espacio concreto. Con él se obtienen datos que son tratados mediante inteligencia artificial para gestionar mejor los accesos y salidas en cualquier punto, evitando así congestiones y facilitando la circulación.
En una ciudad, es importante saber dónde y cuándo se producen los picos de circulación, tanto de personas como de vehículos, para poder reforzar la accesibilidad y la seguridad de ciertos puntos que pueden ser conflictivos. Al mismo tiempo, se hace necesario que esta información se obtenga sin invadir la privacidad de los viandante y que las cifras sean más exactas.
En los últimos años ha habido numerosa literatura y estudios para dar a conocer a la población cómo los móviles nos controlan. Un ejemplo de ello es la localización. En el momento en el que se pulsa sobre el botón ‘Permitir geolocalización’ de cualquier aplicación, la empresa sabe dónde se ubica el dispositivo que usamos. Las corporaciones aportan servicios que facilitan la cotidianeidad a cambio de que los ciudadanos cedan, en cierta medida, parte de su privacidad.
Mediante los dispositivos móviles hoy día se puede conocer la afluencia de personas en un restaurante, por ejemplo, o el nivel de colapso de una carretera. Esta información permite orientar nuestras acciones para buscar rutas alternativas o decidir si acudimos al local en otro momento en el que no haya que esperar.
Sin embargo, la mayoría de esas aplicaciones basan la información que ofrecen en la experiencia del usuario, haciendo un seguimiento del nombre con el que hayamos conectado. De esta manera, las empresas propietarias pueden hacer un escaneo de todos los lugares que se visitan invadiendo la privacidad, con el beneplácito del consumidor. Además, es posible que los datos que se reciben no sean fiables, ya que no todos aceptan activar el sistema de geolocalización.
Aún así, contar con esos datos contribuye a mejorar accesos, ampliar horarios o aforo y que empresas y ciudadanos puedan tomar decisiones más acertadas.
Privacidad y fiabilidad
En esta línea, el grupo NEO, del Instituto de Tecnología e Ingeniería del Software ”José María Troya Linero” (ITIS), ha llevado a cabo un proyecto piloto en lo que puede considerarse una mini-ciudad: el campus universitario de Teatinos. El equipo de la Universidad de Málaga ha creado un sistema de sensores de bajo coste y fácil de instalar con el objetivo de mejorar la circulación y evitar aglomeraciones.
La aplicación muestra los momentos en los que se produce una mayor afluencia de personas y vehículos en determinados puntos de forma clara. De esta manera, los gestores, basados en datos fiables, pueden tomar decisiones como establecer direcciones en las calles, acomodar las vías según el medio de locomoción o controlar factores como el ruido, la temperatura o la humedad.
Se basa en la localización de los dispositivos inteligentes que portan las personas y vehículos para conocer el número de transeúntes que confluyen en un mismo lugar. La ventaja principal de este medio de control es el precio, por un lado, y la facilidad de instalación en cualquier espacio.
La información que reciben los sensores se limita al número de dispositivos sin que incluya ningún tipo de información personal de los individuos que los usan. La localización se determina mediante un número que identifica cada aparato de forma individual y lo diferencia del resto: el Media Access Control (MAC) del dispositivo. Este identificador actúa como un DNI, pero no remite más datos del usuario, por lo que la privacidad está asegurada.
Además, el sistema no requiere de aplicaciones de terceros, lo que asegura la independencia y la posibilidad de configuración personalizada y escalable a las necesidades específicas de cada espacio que se quiera analizar. “En este proyecto piloto hemos incluido también sensores de sonido. Así no solamente medimos la congregación simultánea de personas y vehículos, sino también los picos de ruido que se producen en cada momento”, indica a la Fundación Descubre el profesor de la Universidad de Málaga Jamal Toutouh, uno de los autores del artículo.
Sensores económicos para mejorar la economía
Conocer dónde y en qué momentos se produce una mayor afluencia en un espacio permite que los gestores tomen decisiones sobre la manera de organizar, por ejemplo, las entradas y salidas de una zona. Además, con esta información se favorece el ahorro energético al determinar, por ejemplo, aquellos lugares en los que no hay personas y no es necesaria la luz o la climatización. Así, se gestiona mejor el consumo eléctrico según los requisitos de cada momento y en función de los usuarios presentes.
El sistema no llega a superar los 50 euros y consiste en un sensor conectado a una placa procesadora. Colocado en lugares de interés, identifica cada dispositivo que se encuentra en esa zona concreta y va analizando cómo se mueven dentro de la ciudad. Así, puede predecir cómo se suelen trasladar de un lugar a otro de manera habitual las personas y establecer un mapa de desplazamientos lógicos.
La información que captan los sensores es analizada y evaluada mediante inteligencia artificial con un software que no requiere de ordenadores específicos. Con cualquier dispositivo común se obtiene el mapa sobre el que tomar decisiones como, por ejemplo, la dirección que se desea que sigan las personas o vehículos para evitar zonas de aglomeración.
Por otro lado, los sensores miden la velocidad a la que se mueven los transeúntes, lo que también ofrece información sobre el modo de desplazamiento: en bicicleta, caminando o en coche. Con estos datos también se pueden acomodar las vías en función de la forma de acceso mayoritaria a la zona. Su diseño también permite ampliar los sensores con nuevos componentes para evaluar otros indicadores, como por ejemplo, los gases contaminantes, la temperatura y la humedad.
La aplicación ya está disponible para instalarse en cualquier espacio. Pronto no será necesario que los ciudadanos ofrezcan su ubicación para obtener un servicio y la privacidad estará aún más protegida. Consultar el aforo del restaurante para la cena y la mejor ruta para llegar sin atascos será más preciso y no habrá necesidad de que ninguna empresa sepa cuáles han sido nuestros movimientos. Los ciudadanos serán más libres y estarán más seguros y mejor informados.
Más información en #CienciaDirecta: Desarrollan una aplicación ‘inteligente’ para el control de presencia de personas y vehículos
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