30 de junio de 2015

Juan Manuel García Ruiz: Una búsqueda perpetua de la belleza

Fotografía ilustrativa de la noticia

Juan Manuel García (Sevilla, 1953) es geólogo y cristalógrafo afincado en Granada desde hace más de veinte años. Trabaja como profesor de investigación en el Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra, donde creó el Laboratorio de Estudios Cristalográficos del CSIC para dedicarse al estudio de las propiedades físicas de los cristales. Éstos se definen como la “materia ordenada” mineral o sintética que permite facilitar la vida diaria de las personas, ya que están presentes en algo tan cotidiano como los granos de sal o las pantallas de televisores o teléfonos móviles. Entre sus últimos hitos destaca la obtención de un proyecto –‘Prometheus’ – perteneciente al prestigioso programa ‘ERC Senior Advanced Grant’ que financia el Consejo de Investigación Europeo y en el que los investigadores buscan nuevas vías geoquímicas en la Tierra primitiva para explicar la transición desde lo mineral a lo orgánico y quizás, a la vida

Juan Manuel García Ruiz.

Juan Manuel García Ruiz.

Son las 17.30 horas de la tarde de un lunes 15 de junio. El calor ‘aprieta’ en Sevilla. La cita es en una cafetería de la Alameda de Hércules. Juan Manuel –Juanma- García Ruiz llega puntual. Es cercano, afectuoso y risueño, talante algo más que enriquecedor en los tiempos de hoy día. A las 17.45 horas, con la Cristalografía como pretexto y su última expedición a las cuevas de Naica -en México- como punto de partida, comienza una conversación que recorre desde la infancia del protagonista en Sevilla, su pasión por la familia, la ciencia o el flamenco hasta los momentos que le han llevado a convertirse en una referencia internacional en el estudio de la formación y propiedades físicas de los cristales.

Nació en Sevilla un 3 de mayo de 1953. Su familia está compuesta por cinco hermanos, dos chicas y tres varones. Todos viven en la capital hispalense excepto uno de ellos, que trabaja como ingeniero en Tarragona. “Recuerdo nuestra infancia como feliz, en casa, con el ajetreo propio de un salón repleto y siempre junto a mis padres, contable él y ama de casa ella”, comenta el investigador. No obstante, su pasión por la ciencia despertaría temprano, a los 14 años, gracias a su curiosidad por entender el entorno, todo lo que le rodeaba. “Desde muy pronto intentaba aplicar el pensamiento racional para encontrar explicaciones a las cosas”. En esta búsqueda permanente de respuestas fue clave su estancia en la Universidad Laboral de Alcalá de Henares, centro docente donde se fraguó su pasión por laCristalografía. “Era una institución singular, franquista, donde teníamos laboratorios, hacíamos experimentos y creé incluso un periódico universitario”. Allí conoció a un profesor “extraordinario”, Pedro Tavira, un cristalógrafo que le marcó. “Más tarde llegaría de Estados Unidos a la Universidad Complutense de Madrid el profesor José Luis Amorós, que fue mi director de tesis y que también me influyó mucho”, recapitula.

Trayectoria profesional

En su biografía académica hay varias páginas marcadas en rojo. Es doctor en Geología por la Universidad Complutense de Madrid -1980-, ha sido profesor de la Universidad Complutense de Madrid y también de la Universidad de Cádiz. Desde 1989, es investigador y profesor de investigación en el Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra, centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas –CSIC- y la Universidad de Granada.

Entre los hechos más significativos que rodean una vida entera dedicada a la ciencia, Juanma García es reconocido, entre otras cosas, por ser el fundador de la Factoría Española de Cristalización de Granada. Igualmente, ha recibido distinciones como el ‘Premio Ideal de Granada’ en el año 1998, el ‘Premio Maimónides de Investigación Científica’ de la Junta de Andalucía el pasado 2005, el ‘MISSCA Gold Medal Price 2013’ y la ‘Medalla al Fomento de la Invención’ de la Fundación García Cabrerizo en 2014.

El investigador Juan Manuel García Ruiz junto al ingeniero Roberto Villasuso, la doctora Angels Canals y su mujer Martha en la entrada de la Cueva de los Cristales.

El investigador Juan Manuel García Ruiz junto al ingeniero Roberto Villasuso, la doctora Angels Canals y su mujer Marta en la entrada de la Cueva de los Cristales.

Pasiones encontradas

Tras media hora de conversación, su mirada y su rostro recogen un brillo diferente cuando habla de sus pasiones: disfrutar de la familia -Marta y Andrea, mujer e hija-, la ciencia, el flamenco y la literatura. “Mi esposa conoce el estrecho vínculo que mantengo con la investigación y yo también el suyo con la abogacía –es abogada-, por lo que siempre nos hemos combinado muy bien”. Efectivamente, es capaz de conciliar vida laboral y familiar de una manera sorprendente. “La ciencia para mí no es un trabajo, disfruto ¿Si quiero relajarme? Toco la guitarra o leo autores como Jorge Luis Borges –en prosa- y Federico García Lorca”, destaca.

Está convencido, igualmente, del nexo de unión que existe entre el arte y el mundo de la investigación: “Creé una tertulia científica en La Platería, peña granadina de flamenco más antigua de España y ahora estoy enfrascado en una coreografía sobre ciencia y flamenco”. Tampoco duda en promover, de forma poco convencional, la inquietud que siente por las letras. “Estoy organizando, en un local de Granada, una lectura de García Lorca en distintos idiomas como japonés, chino, holandés, francés o ingles por el simple placer de escucharlo en lenguas distintas”, comenta.

En el capítulo que el investigador dedica a la ciencia es necesario hacer una parada más extensa. Además de publicar cerca de 200 artículos académicos, es también reconocida su dilatada labor como divulgador científico en periódicos como El País o Diario de Sevilla y revistas como National Geographic. Asimismo, ha escrito el guión del premiado documental “El misterio de los cristales gigantes” de Javier Trueba y ha sido el responsable científico de otro reconocido documental, “Los archivos de la Tierra”, dirigido por José María Montero –Canal Sur Televisión-.

Igualmente, es escritor –su último libro, “Descubrir: Divertimentos y Cavilaciones científicas”, aúna los artículos más relevantes de su carrera- y promotor de exposiciones como ‘Cristales, una mundo por Descubrir’ que organiza en colaboración con la Fundación Descubre y el CSIC y que se inauguró en la Casa de la Ciencia de Sevilla. “En general mis textos son muy pensados ya que es importante transmitir un mensaje correcto y accesible a la sociedad”, matiza. De hecho, muchos de ellos están destinados a los profesores de secundaria, profesionales que el investigador señala como fundamentales dentro del actual sistema educativo. “Desempeñan un rol muy importante en la formación de los más jóvenes”. Para ellos creó en Andalucía el pasado año 2006 el Concurso de Cristalización en la Escuela, que hoy día ha traspasado fronteras y consigue fomentar el método científico entre miles de estudiantes dentro y fuera de España.

Juan Manuel García Ruiz durante una conferencia.

Juan Manuel García Ruiz durante una conferencia.

Importancia de los cristales

El investigador, Juanma García, termina el café al mismo tiempo que comienza a desmenuzar en qué consiste la Cristalografía, disciplina científica con el mayor número de premios nobel desde su creación, con 28. “Los cristales están compuestos por ‘pedacitos’ de materia como átomos o moléculas, que se ordenan periódicamente como los ladrillos de una pared. Ese orden les confiere unas propiedades fantásticas que usamos en la vida cotidiana“, explica.

De este modo, los cristales están presentes en cualquier lugar, desde la sal, los helados o el chocolate hasta los ordenadores y las pantallas de televisores o teléfonos móviles. “Son también importantes porque utilizamos su orden interno junto con los rayos X para revelar la estructura íntima de las moléculas desde el ADN a los fármacos o las proteínas. Y ese orden es también la base de su belleza”. Entre sus logros como cristalógrafo destaca la expedición que lideró a las Cuevas de los Cristales Gigantes de Naica –bajo el desierto de Chihuahua, en México- para descubrir, junto con su equipo, cómo se forman los cristales gigantes de yeso, considerados por los expertos como las estructuras minerales más deslumbrantes.

Respecto a su futuro más próximo, ha abandonado actividades como la dirección del Laboratorio de Estudios Cristalográficos o la gestión del Programa ministerial EXPLORA para centrarse en liderar su proyecto ‘Prometheus: Pattern formation and mineral self-organization in highly alkaline natural environments’, financiado por el Consejo Europeo de Investigación. Se trata, además, de una investigación estrechamente relacionada con la que fue su tesis doctoral -hace más de tres décadas- y en la que había descubierto que, bajo ciertas condiciones propias de la Tierra primitiva, los cristales se pueden auto-ensamblar para crear materiales con formas y texturas similares a las de los organismos vivos, que por esta precisa razón él denominó ‘biomorfos’. “Pretendo explorar si esos materiales, con formas tan bellamente seductoras como las de la vida, han jugado un papel en la Química Prebiótica, es decir, la Química que dio lugar a la propia vida. De camino, me recreo en el estudio de la influencia que esos dos tipos de belleza, la de la geometría ordenada y fría de los cristales y la de las curvas sensuales de los ‘biomorfos’, han ejercido sobre el arte y el pensamiento”.


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