Almería /
25 de abril de 2023

Un centenar de satélites para medir el vapor de agua de los bosques y luchar contra el cambio climático

Fotografía ilustrativa de la noticia

Autoría: Alba Madero Milla

Un equipo de investigación de las universidades de Michigan y Almería ha desarrollado un sistema que evalúa cómo se recuperan las masas forestales de Estados Unidos de la sequía. Con este método, se podrían diseñar planes estratégicos que mitiguen los efectos del calentamiento global.

En la antigua Mesopotamia, el rey Nabucodonosor II (siglo VI a.C) ordenó la construcción de un sistema de riego que permitiera aprovechar las aguas del río Eúfrates y llevarlas a los campos de cultivo de la región. Sin embargo, erigir los canales no fue tarea fácil, dado que los arquitectos debían tener en cuenta no sólo el flujo del río, también cuestiones como la evapotranspiración, un proceso biológico de las plantas que ocurre cuando el agua se evapora desde la superficie de las mismas y se libera a la atmósfera. Este mecanismo natural podía hacer que parte del agua se perdiera en el camino, antes de llegar a los campos de cultivo.

Lago rodeado de robles en Michigan (Estado Unidos). Estos reservorios de agua son permiten el buen funcionamiento del ecosistema

Lago rodeado de robles en Michigan (Estado Unidos). Estos reservorios de agua son permiten el buen funcionamiento del ecosistema

Así lo cuenta ‘The history of water management: From ancient past to uncertain future’,  serie de artículos publicados en Sustainability, donde también se explica que, para solucionar este problema, los ingenieros babilonios diseñaron un sistema de canales secundarios y pozos de absorción que permitieran reutilizar el agua evaporada cuando ésta se precipitara en forma de lluvia. De esta manera, se aseguraba que el bien hídrico llegara a las raíces de las plantas y se reducía la cantidad que se perdía por evaporación.

En la actualidad, éste proceso biológico continúa siendo igual de relevante para el mantenimiento de una superficie forestal sana y del medioambiente. Por este motivo, un equipo de investigación de la Universidad de Michigan (Estados Unidos) y la Universidad de Almería  con la colaboración del Centro Informático Científico de Andalucía (CICA), ha desarrollado un sistema que evalúa cómo se recupera de la sequía toda la superficie forestal de Estados Unidos con datos de un centenar de satélites. 

Bosques húmedos y secos

Ciervos dentro de un bosque de ribera en Idaho (Estado Unidos).

Ciervos dentro de un bosque de ribera en Idaho (Estado Unidos).

Con este sistema, los expertos consiguen información de aproximadamente 300 millones de hectáreas, datos que las autoridades pueden emplear para anticipar cambios de temperatura y elaborar planes estratégicos que mitiguen los efectos del cambio climático. Por ejemplo, si conocen cómo y por qué un bosque pierde agua, o si la perderá en el futuro, pueden intervenir.

Tal y como explican en su estudio, publicado en Remote Sensing of Environment, los investigadores analizaron cómo los bosques pierden agua a causa de perturbaciones ambientales, como las altas temperaturas producidas por el cambio climático. Con estos datos, que normalmente sólo se recogen a escala de parcelas, los científicos concluyen qué factores son determinantes para que los bosques se recuperen de eventos como la sequía y anticipar sus necesidades para acelerar esa recuperación. “Confirmamos que los bosques con menos presencia de agua, es decir, los más secos, se recuperan más rápido de la sequía que los húmedos porque están más acostumbrados al estrés hídrico”, explica a la Fundación Descubre el investigador de la Universidad de Almería Juan Miguel Requena Mullor.

Además, determinaron que los bosques húmedos se recuperan más rápido que los secos de la pérdida de productividad por la sequía, es decir, la cantidad de biomasa o materia orgánica como:

  • Madera.
  • Hojas.
  • Frutos.
  • Raíces
  • Cortezas
  • Otros componentes que forman la masa de árboles.
Sotobosque en el estado de Michigan (Estado Unidos). El dosel de hojas de los árboles ayuda a reducir las pérdidas de agua por la evaporación del suelo.

Sotobosque en el estado de Michigan (Estado Unidos). El dosel de hojas de los árboles ayuda a reducir las pérdidas de agua por la evaporación del suelo.

Esto se debe a que hay una mayor disponibilidad de agua bajo el suelo y la vegetación puede beneficiarse de ella meses más tarde para superar los periodos secos, generando así más biomasa.

Juan Miguel Requena Mullor, investigador de la Universidad de Almería y autor del estudio.

Juan Miguel Requena Mullor, investigador de la Universidad de Almería y autor del estudio.

De este modo, los investigadores proponen una metodología que puede emplearse en otras áreas geográficas y en todo tipo de bosques. Con este recurso, las autoridades forestales de cualquier país podrían elaborar planes de acción para paliar los efectos del cambio climático en zonas forestales concretas tras medir la evapotranspiración de los bosques.

Un proceso biológico que ya comprendió el rey Nabucodonosor II y tuvo en cuenta en el diseño de sus obras arquitectónicas. Pero, ¿cuál habría sido el destino de Babilonia bajo su reinado si hubiera dispuesto de un sistema como el que proponen los investigadores de la Universidad de Almería? Quizá habría identificado los lugares más fértiles y los más secos. De este modo el monarca, que ya es conocido por su legado cultural y arquitectónico, también hubiera sido recordado por su capacidad para mejorar notablemente la producción agrícola y asegurar tanto el suministro de alimentos para la población como la estabilidad para su imperio. 


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