29 de julio de 2015

Su origen, ayudar a las personas

Fotografía ilustrativa de la noticia

En sus orígenes, el ‘Laboratorio Fabuloso’ surge en el año 2001 como una respuesta a la necesidad de conocimiento que tienen los ciudadanos de cualquier parte del mundo. “Por su concepción, carácter adaptativo a todas las economías, encaja tanto en el primer como en el tercer mundo, logrando que el lenguaje tecnológico sea similar en todos los laboratorios y, por ello, en todas las regiones donde están implantados”, detalla Juan Carlos Pérez.

De esta forma, en Sekondi-Takoradi, capital de la región Oeste de Ghana, los habitantes han utilizado este tipo de laboratorios fabulosos para producir, entre otras cosas, piezas de automóviles, herramientas agrícolas y de comunicación, tales como antenas de radio o artículos con energía solar para aprovechar la luz del sol. “Otro ejemplo se encuentra en Boston, Estados Unidos, donde los residentes de un complejo de viviendas de ingresos mixtos han creado una red de comunicación inalámbrica”, recalca.

En definitiva, existe una búsqueda continua de acceder a nuevas tecnologías o adaptar la existente a otro tipo de usos para los que en principio no estaban pensados. “Drones, ‘ROVs’ submarinos, domótica o robótica se mezclan con la Arquitectura, la Biología o la Física, es decir, con disciplinas que aparentemente no tenían como fin estos equipos y se crean esos nuevos usos que abren nuevos caminos o afianzan los ya tomados”, apostilla el experto.

 


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