Saliva para detectar qué tóxicos llegan al organismo
Un equipo de investigación de la Universidad de Córdoba ha logrado un sistema para medir el nivel de exposición a ciertos productos nocivos para la salud de una manera más fácil y económica. La técnica permitirá conocer de forma rápida la cantidad que llega al organismo a través de la dieta.
Para que las autoridades permitan o no el uso de compuestos en la fabricación de materiales y objetos plásticos en contacto con alimentos o productos bucales, necesitan conocer si hay algún tipo de transferencia y en qué grado se produce. Para ello, necesitan realizar análisis que permitan calcular las cantidades que se ingieren y así garantizar que no exista riesgo para la salud.
Un producto químico que se ha usado desde hace décadas en la fabricación de plásticos, como los que envuelven los alimentos o productos infantiles es el bisfenol A. Desde la comunidad científica se alertó de posibles efectos adversos sobre la salud de este material en alimentos. De esta manera, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) prohibió su uso en productos como biberones o chupetes, ya que, en altas dosis, se considera alterador del sistema endocrino y, por tanto, puede modificar las funciones hormonales.
Sin embargo, los análisis para determinar la cantidad que llega al organismo a través de la dieta son costosos y requieren de la extracción de sangre, que deben realizar personas especializadas, o tomar muestras de orina, que requiere de una estancia privada. La toma de muestra de saliva es menos invasiva para el individuo y puede realizarse en cualquier lugar.
Así, un equipo de investigación de la Universidad de Córdoba ha elaborado un método más efectivo, económico y menos invasivo que los sistemas utilizados hasta el momento basados en orina o sangre para la determinación de 14 bisfenoles, incluido el bisfenol A, que se utilizan en la fabricación de plásticos con los que se envuelven los alimentos. Los datos obtenidos y publicados en la revista Talanta constituyen la base para dotar de mayor criterio científico a futuras leyes, al posibilitar el aumento de muestras analizadas.
Los autores han demostrado que la saliva puede ser una muestra biológica adecuada para estudiar la exposición humana a los bisfenoles. Es más fácil de obtener que la sangre o la orina, ya que puede realizarlo personal no cualificado y permite la recolección de un mayor número de muestras. “De esta manera, puede agilizarse la obtención de datos a partir de un amplio segmento de la población, lo cual proporcionará a las autoridades niveles de exposición fiables”, afirma a la Fundación Descubre la investigadora de la Universidad de Córdoba Noelia Caballero, autora del artículo.
El equipo ha demostrado que los resultados obtenidos son exactos y pueden aplicarse a la detección de estas sustancias tóxicas que llegan al organismo, fundamentalmente, a través de la alimentación. Además, según indican los investigadores, es importante conocer la toxicidad de los compuestos que se usan como sustitutos del bisfenol A, ya que su efecto como alteradores endocrinos es similar y por tanto su efecto es acumulativo.
El proceso de análisis incluye el uso de los disolventes llamados supramoleculares (SUPRAS), ‘verdes’ o ‘inteligentes’. Son líquidos que permiten la extracción de compuestos de una manera simple y económica. Así, los expertos han logrado a través de la extracción con SUPRAS, un método económico y simple con el que los compuestos potencialmente tóxicos son aislados a partir de la muestra de saliva.
Para muchos de estos compuestos no se conoce el nivel de exposición humana ni se han establecido límites máximos permitidos. Por lo tanto, el grupo propone este nuevo método, simple y fiable, que permite el análisis en el organismo de la mezcla de bisfenoles que potencialmente pueden transferirse desde los alimentos y así dotar a las autoridades de una herramienta válida para legislar con base científica.
Más información en #CienciaDirecta: Diseñan un método que usa saliva para analizar compuestos tóxicos en el organismo.
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