Sevilla /
18 de marzo de 2020

El guirre canario reduce su peso cuando aumenta la cabaña ganadera

Fotografía ilustrativa de la noticia

Según un estudio de la Estación Biológica de Doñana (EBD), centro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en Sevilla, además de especies habituales de la cabaña ganadera, como las cabras, este pequeño buitre endémico de las Islas Canarias también se alimenta de los cadáveres de conejos, reptiles y aves. La conservación de los buitres no pasa sólo por garantizar el alimento, sino también por conservar la integridad de los ecosistemas y sus funciones.

Un equipo de la Estación Biológica de Doñana (EBD), centro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en Sevilla, ha comprobado en un estudio de campo que los guirres o alimoches canarios, una especie de buitres de pequeño tamaño endémicos del archipiélago, reducen su peso corporal cuando aumenta la cabaña ganadera en los territorios en los que habita. La investigación aparece en el último número de Ecological Applications.

Ejemplar de guirre o alimoche canario, una especie de buitres de pequeño tamaño endémicos del archipiélago.

Explica el equipo de investigación que el resultado es “totalmente inesperado”, ya que normalmente un aumento de ganado en una región suele implicar más alimento para las aves carroñeras, como es el caso del guirre. No obstante, en este caso el estudio ha determinado que los restos de la cabaña ganadera habitual, como por ejemplo los cadáveres de las cabras, no cubren todas las necesidades de la población de guirres.

En opinión de José Antonio Donázar, investigador de la EBD y autor principal del estudio, los «cadáveres de pequeños animales silvestres como conejos, aves y reptiles son muy importantes desde el punto de vista cualitativo, y el sobrepastoreo reduciría su disponibilidad. Ello muestra que la conservación de los buitres no pasa sólo por garantizar el alimento, sino que debe conservarse la integridad de los ecosistemas y sus funciones y a ese nivel, una gestión ganadera adecuada es fundamental».

Desde el año 1998 se lleva a cabo un programa de seguimiento del guirre o alimoche canario. La isla de Fuerteventura es una de las regiones donde se desarrolla el programa. Apunta Jomar Barbosa, otro de los autores del estudio, que la producción vegetal, también conocida como productividad primaria, de esta isla se ve determinada por la cantidad de lluvias, pero también por el efecto negativo de la presión ganadera. En otras palabras, un aumento de la cabaña ganadera trae consigo una disminución de la vegetación, que se convierte en el alimento para ese ganado; y a su vez una menor vegetación implicaría también una menor presencia de esas otras pequeñas especies, como conejos, aves o réptiles, cuyos cadáveres también forman parte de la dieta del guirre. La situación puede ser incluso más compleja “si al sobrepastoreo se une la sequía”, puntualizó Barbosa.

Marina García-Alfonso, también coautora del estudio, añade que «el peso de los guirres también ha ido disminuyendo conforme su población ha ido creciendo, por un efecto denso-dependiente: a más individuos, menos recursos por cabeza». Finalmente, concluye Donázar que «los guirres ganan peso cuando la productividad vegetal es irregular, lo que facilitaría la presencia de cadáveres de pequeños animales; pero si existe gran presión ganadera el peso de las aves disminuye. Estos patrones generales están modelados también con variables individuales como la edad y el hecho de tener o no un territorio”.


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