Residuos del olivar, un motor rentable para reducir el impacto ambiental y producir energía
Un equipo de investigación de la Universidad de Jaén ha valorado el impacto comercial y sostenible de un nuevo procedimiento que obtiene bioetanol y antioxidantes de la biomasa del olivar. El estudio sirve de base para que gestores y empresarios de los sectores agrícola y energético puedan evaluar nuevas oportunidades de inversión.
En 1925, Henry Ford ofreció una entrevista a un reportero del New York Times donde declaró que el etanol era el combustible del futuro. Entre sus declaraciones, destaca la frase: «El combustible del futuro se obtendrá de la fruta, rastrojos, serrín, cualquier cosa. Hay combustible en cualquier materia vegetal que se pueda fermentar. Se obtiene suficiente alcohol en la cosecha anual de 1 acre de patata para operar la maquinaria necesaria en el cultivo de ese acre durante 100 años».
Así, Ford echó una mirada al futuro y reconoció la utilidad del biocombustible como un gran recurso económico y energético, que además podía surgir del aprovechamiento de la biomasa vegetal.
En la actualidad, esa visión se materializa en proyectos como el del grupo de investigación ‘Ingeniería Química y Ambiental’ de la Universidad de Jaén, que ha confirmado la rentabilidad económica y los beneficios medioambientales de un método químico para obtener bioetanol y antioxidantes de las hojas del olivo. Este estudio servirá a los gestores y empresarios de los sectores agrícola y energético como base para evaluar nuevas oportunidades de inversión sostenible, optimizando recursos y contribuyendo a la economía circular a partir de los residuos del olivar.
Simulación informática
Para comprobar la viabilidad económica de este método, los expertos simularon el funcionamiento de una biorrefinería durante una campaña de recogida de aceituna. Emularon el procesado de 30.000 toneladas de este residuo al año y realizaron un estudio económico. “Queríamos comprobar si podría ser una inversión rentable para los empresarios y gestores de estos recursos”, comenta a la Fundación Descubre el investigador de la Universidad de Jaén Juan Miguel Romero.
Siguiendo el pensamiento precursor de Ford casi cien años después de su entrevista, los expertos explican que en estudios previos realizaron primero la parte experimental, cuyo objetivo era aprovechar los residuos de la almazara y de la industria de la aceituna de mesa. De este modo, identificaron la hoja como la parte del olivo de la que podían extraerse subproductos más interesantes, como los antioxidantes, para elaborar compuestos farmacéuticos, o la lignina. Con estos resultados, en su nuevo artículo publicado en Biochemical Engineering Journal, han demostrado su viabilidad económica y ambiental, aplicando las bases de la economía circular y sustituyendo estos materiales a otros derivados de fuentes fósiles.
Los expertos emplearon un sistema de simulación informático, donde introdujeron parámetros económicos con los que comprobaron la rentabilidad de la planta diseñada. Luego, introdujeron todas esas cantidades calculadas con datos económicos y comprobaron cuestiones como los años de trabajo necesarios para obtener beneficios. “Por ejemplo, sabemos que si tenemos 30.000 toneladas de hoja al año, obtenemos 4.923 toneladas anuales de antioxidantes, 3.303 toneladas por año de lignina y 848,1 toneladas de bioetanol anuales. Todos estos compuestos son útiles en las industrias farmacéutica, alimentaria y energética”, detalla a la Fundación Descubre el investigador de la Universidad de Jaén Juan Miguel Romero.
Visión de futuro
De este modo, a escala comercial, estimaron que el método era rentable económicamente. Por ejemplo, si la inversión inicial es de 20 millones de euros:
- En 5 años, el empresario recuperaría la inversión.
- En 10 años, recuperaría 40 millones de euros.
- El equipo de expertos de la Universidad de Jaén estima que se adquiriría un beneficio del 20% anual.
Así, los investigadores de la Universidad de Jaén reflejan en su trabajo una visión que Henry Ford anticipó hace casi un siglo: un futuro impulsado por energías renovables, procedentes de recursos naturales y el aprovechamiento de la biomasa vegetal. Un avance que permite convertir los desechos en fuentes de energía limpia y otros productos de valor, consolidando así un enfoque integral que responde tanto a las demandas de sostenibilidad como a las necesidades del sector energético.
Más información en #CienciaDirecta: Confirman la rentabilidad económica y medioambiental de un método que obtiene antioxidantes de las hojas del olivo
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