Almería /
24 de julio de 2018

¿Sabías que las arañas pueden proteger los cultivos frente a plagas?

Fotografía ilustrativa de la noticia

Autoría: Mariví Mendoza/ Imágenes: Eva De Mas

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Las tan temidas arañas para algunos humanos no lo son tanto para los cultivos almerienses. Así lo han demostrado un equipo de IFAPA y de la Estación Experimental Cajamar, en colaboración con el CSIC. Los resultados del trabajo proponen la inserción de plantas del hábitat natural en el entorno de los invernaderos para albergar a estos enemigos naturales de las plagas, como son, entre otros, las arañas.

Arañas , Invernaderos

Casi 32.000 hectáreas de invernaderos forman lo que algunos denominan el famoso “mar de plástico” existente en algunas comarcas litorales de Almería como El Ejido o el Campo de Níjar. Desde los años 60 que comenzó la intensificación de estos cultivos hortícolas hasta la actualidad, algunas plagas han constituido la mayor amenaza existente para agricultores e investigadores que no han dejado en ningún momento de invertir esfuerzos en erradicar a estos enemigos de la calidad de los cultivos.

A lo largo de la historia de la agricultura almeriense, los científicos han empleado diversas estrategias, tanto artificiales como naturales, y el conocimiento no ha dejado de avanzar en este sentido. En el caso de algunas plagas agresivas como la de la mosca blanca, sólo se ha podido mantener controlada a través del Manejo Integrado de Plagas (MIP) consistente en una serie de métodos habituales basados en el uso racional de insecticidas y otras técnicas de gran importancia como el uso de control biológico y medidas culturales. Se trata de un estudio destinado a controlar amenazas utilizando un ecosistema natural.

Autora: Eva de Mas

Es por ello por lo que varios grupos de investigación del Centro La Mojonera del Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera de Andalucía (IFAPA) y de la Estación Experimental Cajamar , junto con investigadores del CSIC, han aplicado una nueva técnica basada en un control biológico natural. Esta nueva técnica está basada en que las especies autóctonas de ciertos arácnidos son habituales depredadores de las plagas más abundantes en los cultivos de invernadero objeto de esta investigación, en este caso la ya citada mosca blanca y el llamado trips de las flores. Se trata de un estudio que alberga una esperanza de controlar amenazas utilizando un ecosistema natural.

Tal como detallan los expertos en el artículo publicado recientemente en la revista Insects, el trabajo evidencia el control biológico que pueden ejercer las distintas especies de arañas sobre las habituales plagas, principalmente la de la mosca blanca (Bemisia tabaci) y el trips de las flores (Frankliniella occidentalis). La solución que propone la investigación para ejercer este control fitosanitario natural es la colocación de setos entre los cultivos de invernadero como hábitat de depredadores naturales de estas plagas.

Según explica la investigadora principal del trabajo, María Estefanía Rodríguez Navarro del Centro La Mojonera de IFAPA a la Fundación Descubre. “Se ha realizado un muestreo mensual en una finca experimental donde hemos podido comprobar que estos insectos autóctonos y los que constituyen una amenaza para los cultivos siguen la misma dinámica que ocurre dentro de los invernaderos”.

Simular el hábitat natural

Los investigadores abordaron el estudio primeramente con una prospección de campo seleccionando las plantas autóctonas que conviven con los cultivos hortícolas y, tras un análisis en laboratorio de algunas muestras de vegetación, pudieron demostrar que estas plantas autóctonas que rodean los invernaderos no son reservorios habituales de virosis horticolas transmitidas por la mosca blanca y el trips de las flores que habitan preferentemente en los cultivos hortícolas más que en la vegetación nativa arbustiva.

El segundo paso consistió en la selección de plantas, basada en que éstas tuvieran atributos que favorecieran la abundancia de enemigos naturales, entre ellos estas arañas. Finalmente, el estudio se realizó en vivo en una parcela experimental de 800 metros cuadrados situada en la Estación Experimental Cajamar en la localidad de El Ejido en Almería, para así simular el hábitat natural de la zona.

Autora: Eva de Mas

Una vez caracterizados todos los elementos los científicos comprobaron cómo las plagas y la fauna autóctona siguen la misma dinámica que ocurre en los invernaderos. Los insectos más abundantes fueron distintas especies de arañas cazadoras y tejedoras de telas. De esta forma, los estudios han demostrado que la relación de abundancia entre las especies de arácnidos y la existencia de plagas suponen un control de la misma. Para demostrar esta relación, los expertos emplearon la técnica de análisis de redundancia (RDA), un método estadístico que muestra la correlación que existe entre las especies analizadas.

Los análisis demostraron que los distintos tipos de arañas son depredadoras de la mosca blanca en los las diferentes fases de madurez de ésta. Por ejemplo, las especies de arácnidos cazadores son depredadores potenciales de la ninfa de la mosca blanca y de sus adultos. Asimismo, la mosca en estado adulto, es presa potencial de las arañas tejedoras, al quedar atrapadas en las telas.

Control sin técnicas artificiales

De esta forma, los resultados del estudio evidencian que la mosca blanca, amenaza principal para los cultivos de invernadero almerienses, es una presa potencial para arañas formadoras de tela y para las arañas que cazan activamente. Sin embargo, con respecto a la otra especie amenazadora de cultivos estudiada, el trips de las flores, los científicos demostraron que, aunque son también objeto de arañas cazadoras, no coinciden en abundancia durante la misma época del año, primavera-verano, por lo que los expertos profundizarán en esta especie en futuros estudios.
El estudio demuestra que la inserción de arbustos del hábitat natural de la zona en el entorno de los invernaderos, supone un control natural de las mismas y complementa las técnicas de Manejo Integrado de Plagas (MIP) basados en el uso de insecticidas y otras técnicas artificiales que se hace ya dentro de los invernaderos.

Los investigadores aplican estrategias prácticas que reduzcan la vulnerabilidad ecológica a nivel paisajístico. “En este sentido, la vegetación autóctona entre invernaderos puede ser una de las estrategias más factibles para conseguir este objetivo”, afirma Rodríguez. Para ello, los expertos favorecen la presencia de plantas que alberguen arañas depredadoras de plagas, que pueden crear barreras fitosanitarias que disminuyan las poblaciones de plagas en el exterior e impidan su entrada en los invernaderos. Por lo que puede ser que, en el futuro, los cultivos de invernaderos convivan bajo plásticos con arbustos típicos de la flora almeriense.

La investigadora Estefanía Rodríguez ya participó durante el último año en uno de los programas de la Fundación Descubre, Andalucía Mejor con Ciencia, con la iniciativa Diversífica-T: Biocontrol en el exterior de invernaderos, que obtuvo una Mención de Honor en la sección de Sostenibilidad del XVIII Concurso Internacional Ciencia en Acción.

Referencias:

Cotes, B.; González, M.; Benítez, E.; De Mas, E.; Clemente-Orta, G.; Campos, M.; Rodríguez, E.: ‘Spider Communities and Biological Control in Native Habitats Surrounding Greenhouses’. Insects, Volumen 9. Página 33. 2018.

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