Sevilla /
29 de junio de 2020

Twitter como puente para aprender dentro y fuera del aula

Fotografía ilustrativa de la noticia

Frente a otras redes sociales como Facebook o Instagram, el estudio recurre a la plataforma de microblogging Twitter por ser la más versátil en su aplicación pedagógica.Profesores del Departamento de Educación y Psicología Social de la Universidad Pablo de Olavide desarrollan un método de innovación docente que usa la red social como herramienta de pedagogía activa.

Un estudio de la Universidad Pablo de Olavide propone Twitter como espacio de diálogo para un aprendizaje conectado dentro y fuera del aula. Según los autores, el uso de esta red social favorece que se creen comunidades, donde se utiliza la actualidad para enriquecer el contenido formal y el debate en torno a las asignaturas universitarias. El artículo, publicado en la revista Sustainability, señala un aumento significativo de la participación, lo que sitúa esta herramienta como recurso útil en los métodos de pedagogía activa.

Los datos muestran un estímulo del aprendizaje activo y una mayor reflexión gracias a ideas propias y a las aportaciones de expertos. Foto: Oli Scarff/Getty Images

La experiencia piloto se ha desarrollado como parte del Programa de Innovación Docente de la Pablo de Olavide. Un centenar de estudiantes de cinco asignaturas de los grados de Educación Social y Trabajo Social han participado, junto al profesorado responsable, en el proyecto de manera voluntaria. A lo largo de un curso académico, se generaron algo más de 1300 mensajes y se registraron unas 3500 interacciones con el contenido publicado.

“El objetivo era crear una herramienta de comunicación que permitiese tratar el contenido de la asignatura lejos del entorno formal, en otro medio y en otro momento”, señala Luisa María Torres Barzabal. Junto a Almudena Martínez y José Manuel Hermosilla, es coautora de un trabajo que explora las opciones del conectivismo. Una teoría sobre la era digital, que considera el desarrollo de nuevo conocimiento no como una actividad individual, sino como fruto de la interacción entre personas.

Frente a otras redes sociales como Facebook o Instagram, el estudio recurre a la plataforma de microblogging Twitter por ser la más versátil en su aplicación pedagógica. “Haciendo uso de varios hashtags (etiquetas), publicábamos comentarios, fotos, noticias, vídeos… relacionados con la asignatura, de modo que fuera fácil acceder y ver los mensajes, sin obligarte a seguir al resto de participantes”, apunta esta investigadora del Departamento de Educación y Psicología Social.

Uno de los valores de esta metodología desarrollada por la UPO es una mejora en la autonomía del alumnado. “El motivo principal de la existencia de la comunidad era el intercambio y la intercomunicación”, dado que se trataba de una actividad voluntaria y no evaluable dentro del currículo académico. Los datos obtenidos muestran un estímulo del aprendizaje activo y un mayor hábito de reflexionar sobre cada contenido, gracias tanto a ideas propias como a la suma de aportaciones de expertos.

“El fin último de la iniciativa es dotarles de instrumentos para aprender a aprender, a estar siempre preparados”, apunta Luisa Torres, quien señala que “la experiencia benefició tanto a los que participaron como a los que no, ya que seguían los comentarios de sus compañeros y aportaban su visión durante la clase”. En este sentido, el proyecto se saldó con un aumento global de la participación en clase, lo cual influyó positivamente por ser uno de los factores a tener en cuenta a la hora de calificar al alumnado.

Perfil digital profesional

Como un elemento secundario, dentro del proyecto de innovación docente se ahondó en el uso profesional de las redes sociales por parte de los participantes. Según comentan los autores, “los estudiantes tienen un conocimiento perfecto de las redes, pero las usan sobre todo para el ámbito privado, el personal, y tenemos que darle la vuelta para que empiecen a ver otros usos a estos espacios sociales”.

Sobre ello, el método propuesto desde la UPO se desarrolló en cinco pasos: exposición de los objetivos a los distintos grupos, cuestionario inicial sobre el uso de Twitter, formación sobre el manejo de la aplicación, creación de perfiles, nociones sobre cómo orientarlo hacia una actividad profesional e inicio de la conversación, dentro de las distintas materias.

“Al principio hay que decirles cómo usar estos recursos digitales fuera del ámbito personal. Incluso aunque no participen, aunque no se impliquen a publicar contenido, siguiendo a distintas personas vas a generar un time line (hilo de contenido) que te aporta información, te mantiene preparado sobre aquellas novedades y cuestiones que se dicen en el día a día”, concluye Luisa María Torres.


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