El último caso de controlador postratamiento de este virus aporta nueva luz sobre los mecanismos por los que determinadas personas pueden contenerlo después de tomar terapia antirretroviral. Se trata de una paciente que, tras la supresión de esta medicación, tiene un dominio absoluto de la replicación del VIH, mantenido durante más de 15 años, con carga viral indetectable.
El sida es la forma más grave de la infección provocada por el VIH. Gracias a los avances en su tratamiento, hoy se ha logrado cronificar la enfermedad y mejorar la calidad de vida de las personas infectadas. Sin embargo, aunque el tratamiento antirretroviral es efectivo para suprimir la replicación, el virus persiste en los reservorios y se recupera después de suspender la terapia.
No obstante, existen los llamados controladores postratamiento, que mantienen cargas virales indetectables sin tomar medicación, siendo un modelo realista para el cuidado funcional del VIH. Otros casos de curación están relacionados con el trasplante de médula ósea o en pacientes excepcionales que tienen virus defectuosos o factores genéticos asociados con una potente respuesta inmunitaria al VIH de un tipo de linfocito, las células T CD8+, en los llamados controladores de élite.
Se trata de una paciente que, después de la supresión del tratamiento antirretroviral, tiene un control absoluto de la replicación del VIH, mantenido durante más de 15 años, con carga viral indetectable sin medicación. En el trabajo han participado, además, investigadores de la Universidad de Barcelona, el CIBER de Enfermedades Infecciosas (CIBERINFEC) y el Instituto de Salud Carlos III.
“El caso es excepcional, no solo porque hay muy pocas personas con control postratamiento a largo plazo, sino también por el mecanismo de control del virus, que es diferente al descrito en pacientes controladores de élite y a otros casos documentados hasta ahora”, explica Josep Mallolas, jefe de grupo en el IDIBAPS y director de la Unidad de VIH del Clínic.
Además, abre la puerta al desarrollo de nuevas estrategias potenciales de tratamiento para aumentar la actividad de las células implicadas en la respuesta innata frente al virus.
Un caso único: 15 años de control
El estudio describe los mecanismos inmunológicos de la paciente, controladora postratamiento, que le han permitido mantener un dominio absoluto de la replicación del virus durante más de 15 años. La mujer fue diagnosticada en el estadio de infección aguda por VIH y fue incluida en un ensayo clínico que prescribía dos tipos de intervenciones: un tratamiento antirretroviral durante 9 meses y diversas administraciones del inmunosupresor ciclosporina A (para mejorar la respuesta inmunitaria).
“La paciente no tenía los factores genéticos clásicos asociados con el control del VIH y no era una controladora de élite de la enfermedad”, señala Josep M. Miró, jefe de grupo en el IDIBAPS y especialista en enfermedades infecciosas del Hospital Clínic.
Los investigadores vieron que en cultivos in vitro sus células sanguíneas eran altamente resistentes a ser infectadas por el VIH, pero que sus linfocitos T CD4+ purificados eran susceptibles a la infección. Esto sugiere que otras poblaciones celulares de la sangre bloqueaban la infección y podrían contribuir al control del virus.
Mediante un ensayo de inhibición viral, el estudio ha demostrado que existe una fuerte represión del VIH promovida por dos tipos de linfocitos: las células ‘natural killer’ (asesinas naturales) y los linfocitos T CD8+. Las primeras forman parte del sistema inmunitario innato y constituyen la primera línea de defensa frente a diferentes patógenos; los linfocitos T CD8+ poseen un papel clave en la defensa de las células frente a virus y bacterias.
“La paciente tiene niveles muy altos de las dos células que podrían bloquear el VIH o destruir las células infectadas consiguiendo así el cuidado funcional”, apunta Núria Climent, investigadora del IDIBAPS. “La gran novedad de este trabajo es que hemos caracterizado a las células que consiguen controlar el virus”, añade.
“La curación funcional del VIH es un objetivo mucho más realista a mayor escala que la curación esterilizante –es decir, la eliminación completa de todos los virus con replicación competente en pacientes infectados–, por eso es tan importante entender los mecanismos subyacentes”, concluye Juan Ambrosioni, médico en el Clínic e investigador en el IDIBAPS.
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