Fuente: Universidad de Granada
Un estudio de la Universidad de Granada ha analizado el impacto del bienestar y la pobreza subjetiva frente a la económica, la que mide cómo de feliz es una persona, y ha propuesto sumar indicadores a los índices de organismos como el Banco Mundial para mostrar que la pobreza no es solo un salario.
bienestar , felicidad , pobreza subjetiva
Un estudio de la Universidad de Granada (UGR) ha analizado el impacto del bienestar y la pobreza subjetiva frente a la económica, la que mide cómo de feliz es una persona, y ha propuesto sumar indicadores a los índices de organismos como el Banco Mundial para mostrar que la pobreza no es solo un salario.
El estudio, realizado por los investigadores del departamento de Economía Aplicada de la Universidad de Granada Fernando García-Quero y Jorge Guardiola y que publica la revista Applied Research Quality Life, ha analizado la pobreza pero desde un prisma que la vinculada con la sensación de felicidad.
“Los niveles de pobreza se miden siempre desde una autoridad y con unos términos económicos, de ingresos, de posesiones materiales, pero hay algunas personas, en otras sociedades, que aunque pueden ser pobres se sienten ricos porque tienen su cultura o su forma de vivir”, explica Guardiola.
La investigación ha abordado las dimensiones que influyen en tener una “buena vida” utilizando un concepto de pobreza basado en reportes de bienestar subjetivo.
Para obtener los resultados, han realizado encuestas a casi un millar de personas de hogares de Nabón y Pucará, dos cantones rurales de Ecuador, para comprobar si existe la idea de felicidad indígena del Buen Vivir.
De esta manera, los investigadores han comparado una línea de pobreza de bienestar subjetivo con dos mediciones convencionales basadas en ingresos económicos -pobreza económica-.
Los resultados han apuntado que pese a una pobreza económica elevada, su concepto de pobres es reducido.
“El estudio identifica que cuando las familias cultivan sus propios alimentos y se encuentran en una comunidad indígena,la probabilidad de ser pobres en términos de bienestar subjetivo disminuye considerablemente”, apunta Guardiola.
Una población feliz
El investigador precisa que este enfoque no trata de idealizar la pobreza, “porque puede causar una gran insatisfacción o la muerte”, pero destaca la diferencia que presentan otros países, con una población “feliz” y con pocas aspiraciones.
“El cuestionario mide cómo de feliz se sienten pese a que tienen poco. Viven en la cultura del buen vivir, basada en poco consumo, sin competitividad, en una sociedad que es casi como otro planeta respecto a lo que estamos acostumbrados”, aclara Guardiola.
Los investigadores de la Universidad de Granada han comprobado que, pese a que los encuestados tenían pocas posesiones materiales, alcanzaban un grado alto de felicidad y bajo de pobreza subjetiva, al vivir en armonía en la naturaleza y la comunidad.
Han recalcado, además, las carencias de los sistemas actuales que miden con un estándar el dinero o los ingresos que marcan la pobreza y su correlación con la felicidad pese a que esos ingresos pueden ser suficiente en un destino pero impedir pagar un techo en otro.
Los autores proponen construir indicadores más participativos que incorporen variables para las poblaciones locales, aunque sin utilizarlas para tolerar la pobreza económica.
Referencias:
García-Quero, Fernando, & Guardiola, Jorge (2018). Economic Poverty and Happiness in Rural Ecuador: the Importance of Buen Vivir (Living Well). Applied Research Quality Life, 13(4), 909–926 https://doi.org/10.1007/s11482-017-9566-z
Suscríbete a nuestra newsletter
y recibe el mejor contenido de i+Descubre directo a tu email