Un equipo de investigadores de la División de Neurociencias de la Universidad Pablo de Olavide ha realizado un estudio sobre cómo el cerebro facilita los comportamientos sociales. El objetivo de la investigación ha sido determinar la presencia de comportamientos cooperativos o colaborativos en ratas de laboratorio y la contribución de los circuitos cerebrales prefrontales a estas actividades sociales.
Un equipo de investigadores de la División de Neurociencias de la Universidad Pablo de Olavide ha realizado un estudio sobre cómo el cerebro facilita los comportamientos sociales. El objetivo de la investigación, cuyos resultados han sido publicados en la revista Progress in Neurobiology, ha sido determinar la presencia de comportamientos cooperativos o colaborativos en ratas de laboratorio y la contribución de los circuitos cerebrales prefrontales a estas actividades sociales.
José María Delgado García, catedrático de Neurociencia de la UPO y uno de los responsables del estudio, explica que, para la realización del experimento, se trabajó con ratas que fueron entrenadas, primero individualmente y luego en parejas, para saltar sobre plataformas separadas y ubicadas en dos cajas adyacentes desde las cuales podían observar sus respectivos comportamientos. “Los animales tenían que permanecer uno o dos segundos sobre sus respectivas plataformas para poder obtener una bolita de comida como recompensa”, explica el profesor.
La actividad eléctrica de las neuronas ubicadas en las denominadas cortezas prefrontales (la región más anterior del cerebro, justo detrás de la región frontal) se potenciaba durante las actividades conjuntas en comparación con la obtenida durante los comportamientos individuales y no coordinados. “Un dato interesante que hemos observado es que en cada pareja de ratas siempre hubo una que inició la actividad y que permaneció sobre la plataforma en espera de su colega y fueron esas ratas que lideraron la tarea las que presentaron cambios específicos en la actividad neuronal prefrontal”, añade el investigador.
Esta nueva y original línea experimental diseñada y realizada en los laboratorios de la División de Neurociencias de la UPO supone un primer paso en el estudio de los mecanismos neuronales que subyacen a los comportamientos cooperativos en las especies sociales de mamíferos entre las que se encuentra la especie humana. Estos estudios contribuyen al nacimiento de la neurociencia social, una actividad teórica y experimental orientada a investigar cómo las interacciones sociales se elaboran desde los puntos de vista emocional y cognitivo, hasta alcanzar el enorme desarrollo actualmente observable en la especie humana.
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