Sevilla /
20 de julio de 2020

Nanopartículas para ver el interior del organismo

Fotografía ilustrativa de la noticia

Autoría: Alba Madero / Fundación Descubre

Un equipo de investigación del Instituto de Ciencia de Materiales de Sevilla (Centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas -CSIC) y la Universidad de Sevilla ha diseñado un fluido que funciona como una tinta luminosa con la que obtienen imágenes muy nítidas de tejidos, órganos y cartílagos dañados en pruebas diagnósticas. Este nuevo compuesto, aún en fase de laboratorio, reduce los efectos adversos en el cuerpo humano al inyectar menos cantidad del mismo y al dirigir la dosis únicamente a la zona afectada.

Cuando Richard Feynman, físico teórico y famoso premio Nobel de Física, hizo referencia en un discurso en Caltech a las posibilidades que presentaba la nanociencia y la nanotecnología para el desarrollo científico, probablemente no alcazaba a imaginar la enorme cantidad de aplicaciones que tendría esta rama en el ámbito de la medicina. Feynman fue el primero en mencionar la manipulación de la materia a escala atómica y molecular en 1959, aunque el discurso no tuvo especial repercusión en aquel entonces. Los científicos tuvieron que esperar al nuevo milenio para comenzar a ver resultados prometedores en esta disciplina y hablar de la revolución de la nanotecnología.

Investigadora realizando ensayos en el laboratorio

Actualmente, esta ciencia es un área de investigación en auge con la que se están desarrollando nuevas estrategias para el diagnóstico y tratamiento de una amplia variedad de enfermedades: la diabetes, el Alzheimer, Parkinson, enfermedades cardiovasculares o degenerativas, entre otras. Además, tienen una serie de aplicaciones clínicas muy útiles como la que ha desarrollado el equipo de investigación del grupo Materiales Coloidales del Instituto de Ciencia de Materiales de Sevilla del CSIC-Universidad de Sevilla, en colaboración con el Instituto de Ciencia de Materiales de Aragón, el Centro Andaluz de Medicina y Biotecnología (BIONAND) y el Centro Nacional de Aceleradores (CNA). Estos investigadores han desarrollado un fluido luminiscente constituido por nanopartículas que sirve para observar de forma más precisa distintas zonas del organismo. Esta sustancia, aún en fase de laboratorio, presenta una serie de ventajas frente a las que se utilizan en la actualidad: la reducción de los efectos adversos en el organismo, dosis inferiores a las habituales, la posibilidad de focalizar el compuesto únicamente a la zona afectada que se quiera visualizar y su adaptabilidad, que hace que la misma sustancia sea válida para distintas pruebas diagnósticas.

Las sustancias que sirven para ‘iluminar’ y poder ver mejor órganos, tejidos o cartílagos dañados se denominan agentes de contraste. Éstos actúan como si fueran una tinta que define mejor las partes de la anatomía que quieran observarse a través de las técnicas de diagnóstico de imagen. Se utiliza en pruebas comunes que proporcionan imágenes tridimensionales de órganos y tejidos del cuerpo humano, como la Tomografía axial computerizada (TAC), que sirve para observar órganos dañados a través de rayos X, como una radiografía convencional; o la Resonancia magnética, una máquina que hace uso de un imán muy potente. También es el caso de la Imagen fotoluminiscente, técnica que funciona como una radiografía donde la zona dañada aparece iluminada. Esta última, al ser más nociva, se utiliza únicamente en laboratorios en pruebas con ratones.

Imagen microscópica de nanopartículas luminiscentes.

El paciente ingiere o se le inyecta este fluido cuando las imágenes que captan estas técnicas no son lo suficientemente nítidas. Por ejemplo, cuando no se logra distinguir un tumor del área que lo rodea. Cada prueba diagnóstica requiere un agente de contraste diferente y, en ocasiones, el paciente debe ingerir o inyectarse dos de ellos, para que la imagen de la parte del cuerpo que se fotografíe aparezca más definida.

El agente de contraste diseñado por este grupo de investigación evita al paciente la administración de dos sustancias diferentes, sería válido de forma universal para todas las pruebas mencionadas y, al inyectar menos cantidad, también se reduciría su toxicidad.

Nanopartículas con diseño complejo

La sustancia que los investigadores han desarrollado presenta una serie de ventajas frente a los agentes de contraste que se aplican en la actualidad. En este estudio utilizan nanopartículas, que son esferas de 80 nanómetros con propiedades luminiscentes. En este estudio, los investigadores las recubren con moléculas llamadas ligandos. Éstas funcionan como un imán que atraído hacia la zona de interés y permite que no se extiendan por otros lugares del cuerpo, como ocurre con los agentes de contraste que se utilizan habitualmente. Su función simula el zoom de una cámara: las nanopartículas se concentran en una sola zona de interés y ayudan a enfocarla mejor. “Hemos diseñado este agente de contraste para que sea eficaz tanto en Resonancia magnética como en TAC. Podemos disminuir la dosis inyectada en vena y reducir los posibles efectos tóxicos o adversos para el organismo que esta sustancia pueda presentar. Además, permite obtener imágenes luminiscentes de células y tejidos en estudios in vitro”, comenta Ana Isabel Becerro.

Las nanopartículas diseñadas por el grupo de investigación poseen una arquitectura conocida como core-shell: núcleo-corteza. Así, el grupo de investigación las diseñó con un núcleo luminoso que le da utilidad para la Imagen luminiscente, una capa intermedia que protege la luz que emite el núcleo y una corteza elaborada de un material visible para la Resonancia magnética. Además, por su composición química, también es eficiente para el TAC. Una vez ingeridas o inyectadas, se hacen visibles al exponerse a la luz ultravioleta.

El empleo de las nanopartículas en medicina requiere que éstas sean uniformes para poder reproducir sus propiedades: todas las esferas deben emitir la misma cantidad de luz y tener siempre el mismo tamaño. “Se inyectan en vena, así que no deben superar los 100 nanómetros, estar dispersas para no producir trombos ni coágulos y ser inocuas para el organismo”, explica la investigadora sevillana. La síntesis de nanopartículas con estas características, las propiedades luminiscentes y magnéticas fue la parte más compleja de proyecto y requirió varios meses del año en el que transcurrió el mismo.

Este nuevo agente de contraste se encuentra en fase de estudio. El equipo de investigación lo está sometiendo a pruebas de toxicidad y todavía no ha sido testado en ensayos clínicos.

El equipo de investigación del grupo Materiales Coloidales.

A pesar de la complejidad de su diseño la nanotecnología promete resolver algunos de los retos que se le presentan a la ciencia en la actualidad: detectar de forma precoz enfermedades que hoy se consideran difíciles de vencer, regenerar órganos y tejidos dañados en el interior del cuerpo humano e incluso atacar de forma precisa células o virus que supongan una amenaza para el organismo.

Tal y como explicaba Feynman en su discurso There is plenty of space at the bottom, la ciencia puede encontrar nuevas soluciones haciendo las cosas de manera diferente tras observar la realidad desde otro punto de vista, en este caso, en miniatura.

Más información en #CienciaDirecta: Desarrollan una sustancia luminiscente con nanopartículas que permite ver de forma más precisa y segura distintas zonas del organismo.


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