Eche la vista atrás: la sociedad de hoy día ya no es la de antes. La población ha cambiado, es cada vez más urbana y necesita, por tanto, un lugar mejor adaptado a sus necesidades. Un lugar, en definitiva, capaz de interactuar con ella de forma que ésta mejore su vida cotidiana, por ejemplo, aumente su seguridad vial, evite los tediosos atascos o reciba asistencia sanitaria de forma telemática. Con este propósito surge el clúster ‘Andalucía Smart City’, que trabaja en el desarrollo e impulso de un nuevo modelo de urbes, denominadas ‘Ciudades Inteligentes’, que garantizan este tipo de mejoras desde el punto de vista de la sostenibilidad ambiental, la gestión eficiente de los recursos y la confortabilidad de todos sus habitantes.
Imagine que su dispositivo móvil –Smartphone o Tablet- puede avisarle dónde existe un sitio libre para aparcar o, por qué no, del camino más propicio para evitar un atasco. Piense, por un momento, en un alumbrado público capaz de adaptar la intensidad de la luz según el clima. Vislúmbrese a sí mismo durante sus próximas vacaciones, en un nuevo destino turístico donde toda la información esté a tan solo un clic, pues ése será el tiempo necesario para conocer, por ejemplo, la procedencia exacta de los productos en un mercado o las recetas de un restaurante detalladas, incluso, por el propio chef. Conozca que, desde hace menos de un lustro, en España, y en Andalucía, de la mano del clúster ‘Andalucía Smart City’, la imaginación ha dejado paso a la realidad: nacen las denominadas ciudades inteligentes.
En Andalucía, estas ciudades inteligentes, destinadas a mejorar la vida de sus habitantes, emprenden su andadura en el año 2013, cuando ‘Andalucía Smart City’, clúster que aglutina empresas privadas y públicas, comienza el diseño e impulso de este tipo de urbes. No obstante, se trata de un concepto aún incipiente en España, es decir, no existe, hoy día, una definición concreta, pero sí un conjunto de características comunes en las que coinciden la mayoría de los expertos: “Se trata de utilizar las nuevas tecnologías como vehículo para renovar la economía, la sociedad, el medio ambiente o el bienestar de las ciudades y facilitar el cambio hacia un comportamiento más sostenible entre todos los actores: personas, empresas y administración”, afirma Diego Gil, subdirector del clúster ‘Andalucía Smart City’. Y añade: “También genera nuevos modelos de negocio, constituyendo así una excelente plataforma para la creación de empleo e innovación en el propio entorno”.
Precisamente, el uso de este tipo de tecnología aumenta el conocimiento y la comprensión de las ciudades por parte de la población, de modo que existe un perfeccionamiento de los servicios que prestan. “Se trata de un espacio que permite tomar decisiones más acertadas y proporcionar tanto la información como los servicios adecuados a sus habitantes”, concreta Gil. De hecho, insiste, el ciudadano es la brújula sobre la que gravitan estas nuevas urbes: “Tenemos que comprobar cómo percibe la tecnología, si se siente o no partícipe de ella y si ésta mejora realmente su vida”.
Beneficios basados en el conocimiento
El conocimiento ocupa un lugar principal en el desarrollo de ciudades inteligentes. En concreto, el clúster ‘Andalucía Smart City’ se apoya tanto en los departamentos de innovación de las empresas como en los diferentes municipios y universidades andaluzas –Málaga, Sevilla, Córdoba y Cádiz- para crear grupos de expertos, es decir, nichos donde los especialistas trabajan en el desarrollo de diversas iniciativas. “Aunamos entidades de múltiples sectores como energía, medio ambiente, salud, educación, seguridad pública, infraestructuras, turismo, tecnologías de la información y de la comunicación y movilidad urbana”, expone el subdirector del clúster.
A guisa de ejemplo, Diego Gil destaca, entre otros, los esfuerzos destinados a la movilidad urbana y seguridad vial, donde empresas como ‘Bosch Security España’ trabaja para mejorar la gestión del tráfico, los medios de transporte públicos, los aparcamientos e incluso los peajes. “En los próximos años viviremos el auge de los vehículos eléctricos o el rol como ‘consejero’ de nuestro Smartphone, que nos aportará soluciones de desplazamiento: qué autobús o combinación escoger para llegar lo antes posible al destino”, manifiesta el especialista.
Igualmente, el grupo de expertos encabezado por el Instituto Andaluz de Tecnología lidera el trabajo encaminado a la sostenibilidad y eficiencia energética, otra área destacada en el clúster ‘Andalucía Smart City’. “Hablamos de una gestión sostenible de los recursos, por ejemplo la recogida y tratamiento de residuos urbanos de forma que se puedan convertir en biocombustible para autobuses; o el telecontrol de la luminaria, reduciendo el consumo de luz, encendiéndose ésta de forma automática mediante sensores que detectan el movimiento de un peatón”.
Andalucía respecto a Europa
Andalucía camina paralelamente respecto a Europa, situándose, según los especialistas, como referente en el sector. De este modo, ‘Andalucía Smart City’ participa, con Barcelona, en el proyecto de la Comisión Europea ‘World Cities’ junto a más países europeos –Dinamarca, Francia, Alemania, Irlanda, Italia y Reino Unido- y otros como Japón, China, Canadá y la India. “El objetivo es el desarrollo de herramientas y soluciones conjuntas para problemas similares mediante el intercambio de información y buenas prácticas”, recalca el presidente del clúster, Mariano Barroso.
De esta manera, ‘Andalucía Smart City’ cuenta, hoy día, con más de175 entidades asociadas al clúster –entre ellas la Fundación Descubre- y perspectivas, subraya Barroso, de crecimiento tanto a nivel nacional como internacional, sin perder de vista el objetivo de mejorar las ciudades y municipios de Andalucía: “Somos muy optimistas, ya que la internacionalización permitirá que nuestras empresas también puedan trasladar el conocimiento y la innovación andaluzas a Europa y el mundo”.
El punto de partida
La idea de poner las ciudades al servicio –siempre sostenible- de sus habitantes tiene sus orígenes en el año 1994, cuando la Organización de las Naciones Unidas –ONU- declara el 8 de noviembre Día Mundial del Urbanismo. Para su impulsor, Carlos María de la Paolera, primer catedrático de Urbanismo en Argentina, esta iniciativa surge ante la necesidad de integrar la vida natural representada por el Sol, el aire y la vegetación en las moles inertes de la edificación de aquella época, de forma que existiera un balance entre la naturaleza y unas urbes cada vez más extendidas. En julio de 2007, según la ONU, la población urbana supera, por primera vez, a la rural. Hoy día, los mismos especialistas apuntan que para 2050, casi el 70% de la sociedad mundial será urbana y muchas ciudades albergarán más de diez millones de habitantes.
De este modo, a partir del siglo XXI, las ciudades presentan cada vez una mayor influencia en el desarrollo económico y social de los países, ya que se convierten en plataformas donde las personas habitan en multitud, las empresas conviven unas con otras y donde se prestan, además, numerosos servicios. Todo ello acompañado de un, reconocido por los expertos, inevitable impacto ambiental. “Actualmente, las áreas urbanas consumen el 75% de los recursos y la energía del mundo y generan el 80% de los gases de efecto invernadero”, afirman los especialistas desde la ONU.
Este nuevo escenario supone, según los citados expertos, diversos cambios tanto en el desarrollo como en la planificación de las infraestructuras dentro de las zonas urbanas. Y es precisamente en este contexto, aseguran, donde el uso de las tecnologías de la información y la comunicación adquiere un papel protagonista a la hora mejorar la sostenibilidad medioambiental, la gestión eficiente de los recursos y la confortabilidad de los ciudadanos mediante la creación de las mencionadas ciudades inteligentes.
Suscríbete a nuestra newsletter
y recibe el mejor contenido de i+Descubre directo a tu email