A pesar de que los 8 filtros analizados en el estudio piloto realizado por la Universidad de Granada se comercializan como “bloqueantes” de la luz azul su absorción, este “bloqueo” en la zona de los azules, no llega ni al 30%. Algunos usuarios de gafas con filtro para la luz azul rechazan su uso porque afectan al rendimiento en sus actividades profesionales relacionadas con la percepción del color.
Un estudio piloto llevado a cabo por científicos de la Universidad de Granada (UGR), pertenecientes al Color Imaging Lab del departamento de Óptica, ha mostrado que las gafas que se comercializan para absorber la luz azul de las pantallas de los teléfonos móviles pueden alterar la visión del color en algunas personas.
La luz azul emitida principalmente por pantallas (móviles, tabletas, TV, etc.), así como iluminación LEDs y otros dispositivos electrónicos, ha recibido mucha atención mediática en los últimos años, creando una controvertida alarma entre la población sobre sus posibles efectos. A pesar de la ausencia de pruebas científicas sólidas que prueben el riesgo de la luz azul para las células de la retina, algunas empresas decidieron, hace diez años, fabricar filtros que “bloquean” la luz azul. Se comercializan por ejemplo como protectores de pantalla para ordenadores, teléfonos móviles o tabletas. aunque estos dispositivos electrónicos también suelen integrar funciones que permiten al usuario cambiar la intensidad y la temperatura del color de la pantalla atenuando la emisión en la zona de los azules, como cuando se utiliza el popular modo nocturno.
El uso más extendido de los filtros “bloqueantes” de luz azul es como protección adicional incorporada en lentes de contacto, lentes oftálmicas o lentes intraoculares. En la actualidad, prácticamente todos los fabricantes de estos productos ofrecen la opción de protección contra la luz azul. Una mayoría de usuarios opta por incorporar estos filtros al comprar sus gafas o lentillas, con el consecuente incremento en el precio, porque se les ha advertido de los posibles “riesgos” de la luz azul en numerosas campañas de marketing. Sin embargo, los optometristas se encuentran a veces con usuarios que rechazan este tipo de filtros porque han observado que afectan al rendimiento en sus actividades profesionales, en las que la percepción del color es fundamental, como especialistas en artes gráficas, tatuadores, protésicos dentales, o técnicos de iluminación, entre otros ejemplos.
Estudio piloto a largo plazo
Científicos del departamento de Óptica de la UGR han desarrollado un estudio piloto durante 8 meses para investigar cómo el uso a largo plazo de filtros comercializados como «bloqueadores de la luz azul» podrían modificar la percepción del color, y describir la evolución temporal de los posibles cambios. Para ello, analizaron 8 filtros de 5 marcas comerciales y realizaron experimentos psicofísicos a un grupo de 18 observadores con visión normal del color, y a un grupo adicional de control de 10 observadores que no utilizaron ningún filtro.
Para evaluar los cambios en la percepción del color se utilizaron tres pruebas diferentes: el test Farnsworth Munsell 100, la prueba Color Assessment and Diagnosis (CAD) desarrollada por la City University of London, y una prueba especialmente diseñada en la UGR para medir el grado de adaptación cromática de los sujetos participantes. Los 18 observadores llevaron las gafas con los filtros para la luz-azul durante dos semanas de forma continuada.
Resultados
El primer resultado sorprendente (tras medir las transmitancias espectrales de los filtros en el rango de 380nm a 500nm, que es el rango correspondiente a la luz azul), es que ninguno de los 8 filtros analizados, a pesar de que se venden como filtros “bloqueadores” de la luz-azul, absorben más del 40% de la luz azul (como se puede apreciar en la gráfica adjunta, donde se muestra la transmitancia espectral de cada filtro, que es el porcentaje de luz que pasa a través del filtro).
La mayoría de los filtros analizados solo bloquean una pequeña región de 380 a 400 nm, que se corresponde con el rango ultravioleta, pero dejan pasar casi el 80% de la luz azul, en torno a 440-450 nm, que es donde se ubica el pico de emisión máxima de los LED azules utilizados en pantallas de dispositivos digitales. Incluso el filtro, de los 8 analizados, que más absorbe en esas longitudes de onda, deja pasar más del 65% de la luz azul. Para el pico de emisión de los LED azules, la absorción media de los 8 filtros analizados es tan solo del 19%.
Además, este estudio piloto muestra que existe un ligero empeoramiento de la discriminación de los colores en la zona azul/amarillo. La alta variabilidad de resultados dependiendo del observador apoya el hecho de que la aceptación de los filtros por parte de los clientes que los compran varía entre los individuos. Los científicos responsables de este estudio piloto, que se ha publicado en la revista científica Optics Express, prosiguen en la actualidad con esta investigación.
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