Córdoba /
08 de mayo de 2018

Materiales porosos permiten tener la nanotecnología bajo control

Fotografía ilustrativa de la noticia
Un equipo de investigación de la Universidad de Córdoba consigue estabilizar las diferentes nanoestructuras metálicas encapsulándolas en materiales porosos monocristalinos.

Mitad metal, mitad estructura orgánica, como el mismísimo Robocop, así es el material conocido como MOF por sus siglas en inglés  (Metal Organic Framework), desarrollado por la ciencia y aplicado en una infinidad de productos desde sorbentes  hasta baterías para dispositivos electrónicos. Un material nacido de la revolución nanotecnológica que ha puesto patas arriba el diseño de materiales  y ha favorecido la mejora de procesos químicos. Los MOFs son un nuevo material híbrido orgánico e inorgánico construido a partir de nodos metálicos y enlaces orgánicos que se caracteriza por su porosidad, es decir, por los espacios intermoleculares que lo forman.

El profesor de la Universidad de Córdoba Rafael Luque, responsable del estudio

El estudio y entendimiento de sus propiedades y aplicabilidad han centrado los últimos trabajos del profesor Rafael Luque, del grupo FQM-383 del Departamento de Química Orgánica de la Universidad de Córdoba, y un equipo de investigación de la Universidad Tecnológica del Sur de China, publicado en la revista Dalton Transactions y donde han probado que además de poder ser utilizados en procesos de catálisis – mediante los cuales se aumenta la velocidad de una reacción química – estos materiales se erigen como estabilizadores de nanoestructuras metálicas. De esta manera, se allana el camino a la hora de trabajar con este tipo de nanoentidades, gracias al control de su estabilidad.

Los MOFs son un nuevo material híbrido orgánico e inorgánico que se caracteriza por su porosidad, es decir, por los espacios intermoleculares que lo forman.

El abanico de posibilidades que detalla el trabajo de Luque depende del metal/estructura metálica que se encapsule, pudiendo ser utilizados tanto para absorción de CO2o o absorción del vapor de agua como para trabajar con pilas de combustible y otros tipos de baterías.

La metodología diseñada por Rafael Luque y su equipo es considerada innovadora porque permite controlar el diseño del material hasta límites que aún no habían sido descritos. Si bien se habían estudiado estos materiales porosos en los que es posible acomodar nanopartículas, no se había especificado hasta ahora la manera exacta de controlar exhaustiva todos sus parámetros y hacerlos tan maleables.

Diversificar lo máximo posible el uso de estos materiales metal – orgánicos para aprovechar la estabilidad y la maleabilidad que confiere a las nanoestrucutras centrará a partir de ahora la línea de este grupo de investigación se describirá en estudios que actualmente están en desarrollo en el grupo de investigación FQM-383 de la UCO.


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