Un estudio de la Universidad de Córdoba demuestra que la relación entre la testosterona, asociada a la capacidad de defender territorios y parejas, y el cortisol, como principal indicador del estrés fisiológico en mamíferos, está determinada por el contexto de competencia por los apareamientos en machos de ciervo, no por el estatus de dominancia del individuo per se.
En especies jerárquicas del reino animal, ¿quién sufre más estrés durante la competencia intrasexual? ¿Dominantes o subordinados? Hasta ahora, la idea más extendida defiende que los individuos subordinados (con bajos niveles de testosterona) están más estresados debido a la derrota continua en la lucha por las hembras con las que aparearse frente a machos dominantes (con altos niveles de testosterona). Sin embargo, estos resultados parecen determinados por las condiciones de cautividad en las que se realizan los estudios.
En condiciones naturales, estudios previos sugieren que son los machos dominantes los que tienen mayor nivel de glucocorticoides, es decir, estrés fisiológico que deriva de mantener elevados niveles de testosterona, principal hormona reproductiva relacionada con la agresividad de un individuo con la que hacer frente a peleas frecuentes). Es decir, derivado del rango social, los machos dominantes estarían más estresados.
En esta línea, la investigadora de la Unidad de Investigación en Recursos Cinegéticos y Piscícolas de la Universidad de Córdoba Eva de la Peña, bajo la supervisión del Dr. Juan Carranza, demuestra en su último trabajo que la relación entre la testosterona, asociada a la capacidad de defender territorios y parejas, y el cortisol, como principal indicador del estrés fisiológico en mamíferos, está determinada por el contexto de competencia por los apareamientos en machos de ciervo, no por el estatus de dominancia del individuo per se
Así, aquellos machos de ciervo con elevados niveles de testosterona también presentan mayores concentraciones de cortisol, siendo esta relación positiva más intensa cuando los machos desarrollan grandes cornamentas y cuando el nivel de competencia intrasexual de la población es alto.
Estos resultados evidencian que no es el rango de dominancia por sí mismo el que determina el estrés de un individuo, sino los comportamientos asociados a mantener ese nivel de estrés que derivan del contexto social en términos de nivel competencia por los apareamientos de la población.
Este estudio supone un avance en la compresión de los costes asociados a la competencia por los apareamientos y la inversión en caracteres sexuales en el ciervo ibérico, pero, además, tiene implicaciones para entender los efectos de la testosterona y las causas del estrés en otras muchas especies.
Referencia bibliográfica:
de la Peña, E., Barja, I. & Carranza, J. Social environment with high intrasexual competition enhances the positive relationship between faecal testosterone and cortisol metabolite levels in red deer. MammBiol (2021). https://doi.org/10.1007/s42991-021-00100-x
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