Un trabajo emprendido por investigadores de la Universidad Complutense de Madrid, la Universidad Rey Juan Carlos, la Universidad de La Coruña, la Universidad de Extremadura y la Universidad de Málaga, donde interviene la investigadora de la Facultad de Ciencias de la Salud Ana María Jiménez Cebrián, ha valorado la calidad de vida de estos pacientes. La enfermedad renal crónica (ERC) es un conjunto de enfermedades heterogéneas que afecta a la estructura y función del riñón. Quienes padecen esta patología sufren cuadros clínicos derivados de dicha dolencia con secuelas en sus miembros inferiores, como calambres musculares, dolores y edemas en pies y tobillos, entre otros síntomas que afectan negativamente a la calidad de vida.
La enfermedad renal crónica (ERC) es un conjunto de enfermedades heterogéneas que afecta a la estructura y función del riñón. Los pacientes con esta patología sufren cuadros clínicos derivados de dicha dolencia con secuelas en sus miembros inferiores, como calambres musculares, dolores y edemas en pies y tobillos, entre otros síntomas que afectan negativamente a la calidad de vida.
Gracias a un trabajo emprendido por investigadores de la Universidad Complutense de Madrid, la Universidad Rey Juan Carlos, la Universidad de La Coruña, la Universidad de Extremadura y la Universidad de Málaga, donde interviene la investigadora de la Facultad de Ciencias de la Salud Ana María Jiménez Cebrián, se ha valorado la calidad de vida de los pacientes que sufren una enfermedad renal crónica teniendo en cuenta el estado de salud del pie.
La investigación, realizada en 101 pacientes de clínicas de diálisis de las ciudades de Plasencia, Coria y Badajoz, ha revelado que la población con enfermedad renal crónica posee problemas en los pies que afectan negativamente a su calidad de vida.
“Tienen más dolor, mayor dificultad a la hora de calzarse y problemas en la elección de los zapatos, lo que repercute en la funcionalidad del pie, que se ve disminuida”, afirma Patricia Palomo, investigadora del Centro Universitario de Plasencia.
Asimismo, según señalan los investigadores, estos sujetos presentan úlceras, entumecimiento, calambres, pinchazos o sequedad cutánea, dolencias que conllevan a una mayor incapacidad para realizar actividad física, así como a la falta de energía y el cansancio, según explican los autores de este trabajo.
Las mujeres, peor calidad de vida
Además, la investigación ha revelado cómo las mujeres con enfermedad renal crónica presentan valores más bajos de calidad de vida, en comparación con los pacientes masculinos. En este sentido, Ana María Jiménez Cebrián señala que la enfermedad renal crónica tiene una mayor prevalencia e incidencia en mujeres y, aunque no se conoce la causa concreta que provoca esta situación, se sospecha que uno de los factores puede ser su mayor expectativa de vida. “En cuanto a la calidad de vida relacionada con la salud del pie en mujeres con ERC, al igual que en la población en general y en otras patologías, es peor que la de los hombres. Entre otros motivos, pensamos que está justificado por el uso del calzado femenino en pies con afectaciones propias de la ERC, tales como dermatológicas (xerosis, prurito), ungueales y edemas en tobillos y pies”, destaca la profesora del área de Enfermería de la UMA.
Tras los hallazgos de este estudio, que ha sido publicado en la revista científica ‘Journal of Tissue Viability’, la investigadora del Centro Universitario de Plasencia señala la necesidad de “conocer el estado de los pies en paacientes con esta enfermedad, así como el cuidado que realizan en los mismos, pues es fundamental establecer estrategias de promoción y prevención de la salud podiátrica que mejoren la calidad de vida de estos pacientes”.
En este sentido, Jiménez Cebrián también destaca la importancia de los cuidados previos y de las revisiones podológicas, donde se valorarán los factores de riesgo de padecer problemas en la salud del pie, se les realizará quiropodias -eliminación de callosidades y alteraciones en las uñas- de manera periódica y exploraciones biomecánicas, en las que se cuidará la piel de los pies y las uñas.
“Gracias a la prevención se detectarán anomalías en el apoyo, zonas de sobrecargas puntuales y alteraciones de la marcha que pudieran desencadenar en algias plantares o deformidades compensatorias”, concluye la investigadora de la UMA, apuntando a los factores que disminuyen la calidad de vida del enfermo renal.
Referencia bibliográfica:
Jiménez-Cebrián, A.M.; Becerro-de-Bengoa-Vallejo, R.; Losa-Iglesias, M.; Calvo-Lobo, C.; Mazoteras-Pardo, V.; Morán-Cortés, J.F.; Palomo-López, P. & López-López, D. (2021). Impact of chronic kidney diseases in feet health & quality of life: A case-series study. Journal of Tissue Viability, 30(2): 271-275. https://doi.org/10.1016/j.jtv.2021.02.005
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