Almería /
21 de junio de 2021

La mayoría de los andaluces considera ruidosa su ciudad, según un estudio

Fotografía ilustrativa de la noticia

La Universidad de Almería y la Fundación Unicaja han llevado a cabo durante casi dos años el estudio ‘Evaluación de la contaminación acústica andaluza II’, un trabajo cuyas conclusiones arrojan datos tan reveladores como que casi tres cuartas partes de los andaluces opina que viven en una ciudad ruidosa y más de la mitad reconoce que esto le afecta negativamente. La perturbación del sueño y el descanso es la principal consecuencia a la que apuntan. El estudio también señala las fuentes de ruido que más molestan: el tráfico rodado y las voces de las personas en la calle. Además, a pesar de definir sus ciudades como ruidosas, solo el 25 por ciento de la población ha llamado ‘siempre’ a la policía para denunciar un exceso de ruido. 

El tráfico, las obras en la vía pública o la recogida de basura son algunas de las causas que provocan contaminación acústica en las poblaciones. Determinar cómo se percibe el ruido por los andaluces desde diferentes perspectivas y arrojar algunas posibles soluciones ha sido el motivo por el que la Universidad de Almería y la Fundación Unicaja han llevado a cabo durante casi dos años el estudio ‘Evaluación de la contaminación acústica andaluza II’, cuyas conclusiones ya han sido presentadas.

El estudio ‘Evaluación de la contaminación acústica en Andalucía II’ ha estado dirigido por los profesores de la UAL Fernando Fernández y Juan Carlos Checa y se ha llevado a cabo por un equipo de investigadores desde el departamento de Geografía, Historia y Ciencias Sociales de la universidad almeriense.

Autoridades durante la presentación del estudio.

Las conclusiones del estudio arrojan datos tan reveladores como que casi tres cuartas partes de los andaluces opina que viven en una ciudad ruidosa y más de la mitad reconoce que esto le afecta negativamente. La perturbación del sueño y el descanso es la principal consecuencia a la que apuntan.

Uno de los datos curiosos que se deprende del estudio es la gran diferencia entre la sensación de molestia del ruido antes y durante la pandemia. Mientras que el 60’2% de los ciudadanos manifestó algún grado de molestia importante antes de la crisis sanitaria, solo un 1’9% lo sintió en todo momento durante ésta. El estudio también señala las fuentes de ruido que más molestan: el tráfico rodado y las voces de las personas en la calle. Además, a pesar de definir sus ciudades como ruidosas, solo el 25 por ciento de la población ha llamado ‘siempre’ a la policía para denunciar un exceso de ruido. Un ruido, que según las conclusiones del estudio, ha llevado a tomar medidas, principalmente el cambio de ventanas.

En cuanto la percepción que tienen los andaluces sobre la importancia que otorgan los partidos políticos, casi la mitad cree que es un tema que no está en sus agendas. Cuestionados por el futuro, un 20’7% de los encuestados cree que el ruido urbano se mantendrá como en la actualidad y un 34’4% sostiene que aumentará. Algo que no va desencaminado con la realidad, ya que otra de las conclusiones del estudio es que los partidos políticos, según sus programas electorales, no tienen la contaminación acústica entre sus prioridades.

Sobre el control que se lleva a cabo de la contaminación acústica, el estudio indica que los ayuntamientos de ciudades andaluzas con más de 40.000 habitantes tienen ordenanzas municipales que regulan la emisión de ruidos y  que las ciudades de más de 100.000 habitantes tienen también mapas de ruido para localizar las fuentes de ruido. De los mapas de ruido interpretados se ha deducido que la contaminación acústica se concentra en los centros de las ciudades por la gentrificación comercial y de ocio. En las zonas residenciales el foco de ruido fundamental es el tráfico rodado.

Los objetivos de este estudio han sido conocer la opinión de la población andaluza sobre la contaminación acústica; los efectos e influencia del ruido; descubrir las medidas necesarias para los andaluces para reducir la contaminación acústica; saber si hay diferencias respecto a la percepción del ruido atendiendo a variables como sexo, edad, población, etc. Además, el estudio pretendía descubrir los lugares más ruidosos en las grandes ciudades andaluzas; conocer la importancia que dan los partidos políticos a la contaminación acústica y, por último, ofrecer propuestas para una gobernanza más concienciada con la contaminación acústica.

La percepción subjetiva del ruido ha sido el enfoque novedoso que ha guiado esta investigación. Para ello, los investigadores han realizado 1.152 encuestas a personas mayores de 18 años de poblaciones de más de 40.000 habitantes repartidos por las ocho provincias andaluzas.

Propuestas de mejora

Finalmente, el estudio ‘Evaluación de la contaminación acústica en Andalucía II’ aporta también algunas propuestas de mejora aplicables desde las esferas privada, jurídica y de las administraciones públicas.

Entre las propuestas de mejora en el ámbito privado, el estudio apunta a la necesidad de evitar los desplazamientos en vehículos a motor; controlar el volumen de los televisores y evitar el uso de electrodomésticos en horario nocturno, así como aislar ventanas, puertas y paredes.

En el ámbito jurídico, propone la necesidad de establecer reglamentaciones a nivel de ruido ambiental (específica y global); ordenanzas reguladores del ruido obligatorias en ciudades de más de 10.000 habitantes; la idoneidad de que todas las ciudades tengan su propio mapa de ruido; establecer estrategia de ruido y métodos uniformes para su medición; expender certificados de emisión sonora para las fuentes de emisión de ruidos y resolver la lentitud en la gestión de las denuncias.

Por último, en el ámbito de la gestión apela a la necesidad de crear figuras profesionales que se encarguen del medio ambiente; establecer una red de relaciones competenciales entre administraciones y policía local para la vigilancia en materia de ruido; sumarse a proyectos y estudios para la lucha contra el ruido; renovar la flota de autobuses a la modalidad eléctrica y peatonalizar centros históricos con actividades de ocio para la descongestión del ruido


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