Sevilla /
15 de junio de 2018

La intensidad de las relaciones sociales en el Bachillerato favorece la comunicación en la Universidad

Fotografía ilustrativa de la noticia

El Laboratorio de Redes Personales y Comunidades de la Universidad de Sevilla ha publicado un trabajo en el que demuestra que la información que guardan las redes sociales personales predicen las probabilidades de que los estudiantes mantengan relaciones (o no) con sus compañeros del instituto cuando empiezan a estudiar en la universidad. Concretamente, tener unas redes personales menos cohesivas (más centralizadas) hace que el estudiante esté más abierto a nuevas relaciones.

El Laboratorio de Redes Personales y Comunidades de la Universidad de Sevilla ha publicado un trabajo en el que demuestra que las propiedades estructurales de la red personal predicen las probabilidades de que los estudiantes mantengan relaciones (o no) con sus compañeros del instituto cuando empiezan a estudiar en la universidad. Es decir, los datos de redes personales sirven para predecir posiciones en las redes completas. Concretamente, tener unas redes personales menos cohesivas (más centralizadas) hace que el estudiante esté más abierto a nuevas relaciones.

Investigadores e investigadoras del Laboratorio de Redes Personales y Comunidades.

En el análisis de redes sociales se han desarrollado tradicionalmente dos tipos de investigaciones: encuestas de redes personales de una muestra de individuos o sociogramas de una red completa. “La novedad de nuestra investigación es que esta es la primera vez que se combinan ambos tipos de datos.  Por un lado, evaluamos la red completa de los estudiantes del último curso de enseñanza secundaria en un instituto de Alcalá de Guadaíra (Sevilla), hacemos un sociograma de los 71 estudiantes de último curso, y, por otro lado, pasamos una encuesta a esos mismos estudiantes para conocer las redes personales de cada uno de ellos. Es decir, las relaciones que tienen en el instituto y fuera del instituto, en diferentes contextos de interacción”, informa el profesor de la US Isidro Maya Jariego, responsable de la investigación.

Metodología

El trabajo, publicado en la revista Universitas Psychologica, se llevó a cabo en dos fases. Primero se entrevistó a la cohorte de estudiantes cuando estaban en el último curso del instituto para recoger dos tipos de información: las relaciones de amistad con sus compañeros de instituto a partir de un listado de los estudiantes matriculados en último curso, y completaron una encuesta con información sobre 45 contactos de su entorno interpersonal.

Un año y medio después, cuando una parte de los alumnos ya estaban en la universidad y se habían separado en distintos campus o en distintas universidades, se les volvió a preguntar las mismas cuestiones, para comprobar cómo habían cambiado las relaciones al no compartir el contexto de interacción habitual en el instituto.

“La parte fundamental de la metodología consiste en analizar a continuación la relación que dichas personas tienen entre sí. De esa forma, podemos describir las propiedades estructurales de los grupos y las comunidades”, explica el profesor Maya.

Al terminar la Enseñanza Secundaria la red de relaciones de los estudiantes de último curso entra en un proceso paulatino de disgregación. “Una aportación de nuestro estudio es precisamente haber observado una red de amistad en declive, puesto que hasta ahora lo más habitual había sido observar cómo se crean y se desarrollan las relaciones. Nosotros hemos estudiado cómo desaparecen (o cómo pasan de estar activas a un estado latente)”, añade.

Los expertos han evaluado la influencia de las redes en las relaciones personales de los estudiantes.

Las transiciones personales son periodos críticos, que pueden llegar a ser de naturaleza estresante y conllevar problemas de adaptación. En este caso de estudio, los jóvenes inician un estilo de vida metropolitano y empiezan a desarrollar relaciones lejos de la supervisión directa de la familia. Para ellos es importante distribuir las relaciones de apoyo entre los diferentes contextos socio-geográficos en los que participan. Establecer relaciones de amistad en el contexto universitario les ayuda a ganar independencia y a manejarse con mayor desenvoltura en el nuevo entorno. Por eso, los estudiantes que están más arraigados localmente en el pueblo o la ciudad de la que proceden pueden experimentar dificultades de adaptación a la universidad. Aunque mantengan algunas de las figuras de apoyo originales, es importante comenzar nuevas relaciones.

Por su parte, las redes sociales y los medios digitales ayudan a mantener un contacto débil con sus antiguos compañeros en la agenda del móvil o como contacto en Facebook. Eso facilita el recuerdo de los contactos y permite que se activen en caso de necesidad, pero lo más habitual es que apenas haya relación en el día a día.

Este proyecto se desarrolla en el marco del proyecto europeo ‘Dynamics of actors and networks across levels: individuals, groups, organizations and social settings’ de la European Science Foundation.


404 Not Found

404 Not Found


nginx/1.18.0
Ir al contenido