Córdoba /
17 de diciembre de 2020

La combinación de algas y bacterias aumenta la producción de hidrógeno en un 60%

Fotografía ilustrativa de la noticia

El hidrógeno es uno de los combustibles del futuro. Su almacenamiento es más fácil que la energía eléctrica, eliminando así la problemática con las baterías. Para aumentar la producción de hidrógeno de manera sostenible, la investigadora de la Universidad de Córdoba Alexandra Dubini y su equipo ponen a trabajar juntos a dos microorganismos: bacterias y microalgas. Así lo explica en ‘La Universidad Responde’, el microespacio de divulgación científica encuadrado dentro de ‘La aventura del saber’ de La 2 de Televisión Española. 

El hidrógeno es uno de los combustibles del futuro, haría circular coches sin contaminar contribuyendo a la lucha contra el cambio climático. Además, su almacenamiento es más fácil que la energía eléctrica, eliminando así la problemática con las baterías.

Para aumentar la producción de hidrógeno de manera sostenible, la investigadora del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Córdoba Alexandra Dubini y su equipo ponen a trabajar juntos a dos microorganismos: bacterias y microalgas.

La investigadora Alexandra Dubini durante su intervención en ‘La Universidad Responde’.

Dubini, responde a la cuestión ‘¿Cómo las algas y las bacterias pueden producir hidrógeno juntas?’ de la última entrega de ‘La Universidad Responde’, el microespacio de divulgación científica encuadrado dentro de ‘La aventura del saber’ de La 2 de Televisión Española. La respuesta se sostiene en la colaboración entre los microorganismos a través del aprovechamiento de lo que cada uno desecha.

Cuando el alga trabaja sola, produce hidrógeno a través de la fotosíntesis mientras que las bacterias fabrican el hidrógeno a través de la fermentación de azúcares. La clave de la sinergia entre algas y bacterias ha sido el ácido acético. Las bacterias acumulan ácido acético cuando producen el hidrógeno, haciendo parar el mecanismo de producción. Sin embargo, la microalga puede aprovechar ese ácido acético para producir más hidrógeno y eliminar el desecho que produce la bacteria. De esta manera, con la sinergia entre microalgas y bacterias se consigue aumentar hasta en un 60% la producción de hidrógeno en comparación con lo que harían por separado.

Por tanto, la investigación de Dubini implica un paso más hacia un futuro de energías limpias.


Ir al contenido