Hablamos de una de las casas nobiliarias más enigmáticas y complejas del renacimiento andaluz. Una fachada austera, pero cargada de mitología y representaciones heroicas, se combina con tres polígonos en bronce, un triángulo, un cuadrado y un octógono, clavados en la piedra.
La matemática y la historia del arte se entrelazan aquí para construir un relato simbólico que ensalza al héroe renacentista y modela su fachada según un patrón triangular, con un “gran número” o módulo constructivo dado por la luz de la puerta. La geometría construye la perfección de medidas y proporciones de la casa, mientras que la mitología ofrece una línea de relato para la nueva sociedad. Una y otra también se muestran en el salón noble del palacio, la Cuadra Dorada, donde un cosmos de héroes y heroínas se disponen alineados, siempre según múltiplos de 4 u 8.
Matemáticas para pensar con un libro en las manos, mientras al misterio no desvelado de los polígonos, a buen seguro, aún le quedan más capítulos por escribir.
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