Un equipo de investigación de la Universidad de Almería ha concluido en un estudio piloto que la realización de pasatiempos con piezas de montaje estimula la capacidad ejecutiva en pacientes con un deterioro moderado de su cognición. El trabajo orienta hacia nuevas investigaciones para tratamientos terapéuticos que mejoren la calidad de vida de afectados por esta enfermedad.
Cuando aparece esta palabra en la vida familiar todo cambia. No es ningún juego, ni mucho menos. Quienes conviven con personas afectadas por el alzhéimer saben perfectamente que es todo lo contrario. Ven cómo, poco a poco, los enfermos se van enmarañando en sus recuerdos más lejanos y olvidan hacer cosas rutinarias como preparar el café de la mañana o peinarse. Se van desdibujando rostros, nombres, lugares…
Los centros de día acompañan a los familiares y cuidadores para ir adaptando las distintas etapas que se viven desde que se diagnostica la enfermedad. En ellos se trata de estimular a los pacientes con actividades que mejoren y ralenticen el proceso, hasta hoy sin una cura definitiva.
Los enfermos de alzhéimer olvidan hacer cosas rutinarias como preparar el café de la mañana o peinarse y van desdibujando rostros, nombres o lugares.
El alzhéimer no es un juego
Y aunque la enfermedad no sea ningún juego, en este ambiente, el juego puede hacer que los síntomas de la enfermedad mejoren. Así lo ha demostrado el estudio realizado por un equipo de investigación de la Universidad de Almería, publicado en la revista Journal of Clinical Medicine. En él muestran los beneficios de la realización de juegos de montaje dirigidos en la enfermedad de Alzheimer. Los expertos confirman que éstos fomentan las emociones positivas, la motivación por el ejercicio terapéutico y mejoran las capacidades cognitivas de tipo ejecutivo como, por ejemplo, la adaptación, la planificación o el control de la atención.
La terapia desarrollada se basó en la creación de tartas que se van ensamblando con diferentes piezas y adornos. “Desde nuestra experiencia podemos afirmar que las intervenciones psicosociales mediante el juego constituyen una estrategia fundamental para el tratamiento de algunos de los principales síntomas de esta enfermedad”, indica a la Fundación Descubre el investigador de la Universidad de Almería, Francisco Nieto, responsable de la investigación y autor del artículo.
Las reglas del juego
Los pacientes que participaron en los ensayos pertenecen al centro de Día y Terapia Neuromar en Roquetas de Mar de Almería y habían sido diagnosticados con alzhéimer con una puntuación intermedia en la Escala de Deterioro Global. El estudio transcurrió de la siguiente manera:
1.- Se asignaron aleatoriamente al grupo control o experimental.
2.- Los enfermos debían seguir una serie de pautas y eran dirigidos por el terapeuta.
3.- El grupo de control podía jugar libremente, sin guía ni normas.
El juego contiene un total de 82 piezas con las que se pueden montar infinitos modelos de tarta. En un primer momento, el terapeuta realizó un modelo con tan solo 9 piezas explicando detalladamente el proceso. Tras esto, lo ocultaba y los pacientes debían realizar otra igual a la mostrada. En caso de bloqueo o no tener claro cómo continuar, facilitaba ayuda, refuerzo positivo y consejos para que concluyera el trabajo. Tras finalizar, mostraba nuevamente el modelo para comparar o mejorarla.
Los resultados indican que el grupo experimental mejoró sus capacidades frente a los pacientes que ensamblaron sus tartas libremente, por lo que los investigadores lo proponen como una nueva herramienta con la que trabajar la disminución de los efectos negativos de la enfermedad del olvido.
Evaluación para lograr evolución
El alzhéimer es una enfermedad para la que aún no existe cura. Los estudios actuales se orientan al conocimiento de su origen, factores que pueden desencadenarlo o prevenirlo o fármacos que palien la degradación de las facultades del enfermo. Además, se encuentran aquéllos enfocados a la búsqueda de nuevas terapias que alivien los síntomas y mejoren la calidad de vida de las personas afectadas y la de sus familias.
Los investigadores ya tienen en marcha un nuevo proyecto que amplía el número de pacientes y las sesiones para conocer el alcance de esta práctica y validar los datos obtenidos en una muestra mayor. El estudio, ya en curso, amplía el número de sesiones de entrenamiento y de pacientes para confirmar si la mejoría observada en este estudio se ratifica y así poder plantear su implantación futura en asociaciones y clínicas que trabajan con enfermos de Alzheimer.
También profundizan en una línea con realidad virtual con la que se pretende contribuir a la mejora de la calidad de vida de los enfermos aumentando su bienestar emocional mediante ejercicios de relajación que disminuyan el estrés y favorezcan las sensaciones positivas.
De esta manera, el juego se convierte en algo sanador, al mismo tiempo que un motivo para olvidarse (conscientemente) de la enfermedad. Jugar para luchar contra el alzhéimer se presenta como tratamiento terapéutico válido para mejorar la calidad de vida, tanto de los pacientes como de sus cuidadores y familiares.
Más información en #CienciaDirecta: Confirman la mejora de las capacidades cognitivas en pacientes con alzhéimer tras la aplicación de juegos de construcción
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