Almería /
24 de marzo de 2020

Investigan bacterias que recuperan suelos quemados

Fotografía ilustrativa de la noticia

Autoría: Jorge Molina / Fundación Descubre

Un equipo de investigación de la Universidad de Almería, en colaboración con la Universidad de Florencia, ha comprobado en laboratorio que la aplicación de cianobacterias, capaces de hacer la fotosíntesis, en suelos afectados por un incendio ayuda a disminuir la hidrofobia –o repelencia al agua- y aumenta su estabilidad superficial. Esto reduce la escorrentía y por tanto la pérdida de suelo por erosión, contribuyendo así a la regeneración de la vegetación natural.

Los incendios forestales forman parte del ciclo natural del monte mediterráneo, el ecosistema más extenso de Andalucía. Sin embargo, la acción humana genera desde hace décadas un incremento de los siniestros que obliga, como compensación, a intervenir para una recuperación más rápida de la superficie afectada.

Con este objetivo, un equipo de la Universidad de Almería, junto a la Universidad de Florencia (Italia), ha comprobado que las cianobacterias –las llamadas algas verdeazuladas- mejoran las propiedades de los suelos quemados por incendio forestal acelerando su recuperación. Una disminución de la repelencia del agua y la mejora de la estabilidad evidencian que su aplicación resulta recomendable.

Aplicación del inóculo de cianobacterias en parcelas de campo.

Las cianobacterias inoculadas en el suelo dan lugar a la formación de una costra biológica que tiene efectos positivos sobre sus propiedades físico-químicas. “Las cianobacterias son capaces de realizar la fotosíntesis, lo cual eleva el contenido de carbono orgánico del suelo; y, además, muchas especies fijan nitrógeno atmosférico, lo cual eleva la fertilidad”, señala a la Fundación Descubre la investigadora de la Universidad de Almería Sonia Chamizo.

Los científicos desarrollaron el estudio en laboratorio utilizando dos especies de cianobacterias muy comunes en las biocostras, ya evaluadas positivamente en otros suelos en fertilidad y estabilidad. Una vez obtenida la biomasa necesaria de cada especie, los expertos las mezclaron e inocularon en dos suelos quemados, uno procedente de la Toscana y otro de las islas Madeira. En un incubador simularon las condiciones propias de las zonas de origen de esos suelos.  “Tras la aplicación de cianobacterias en suelos quemados, comprobamos que aumentó de manera significativa su biomasa dado el incremento de clorofila en el suelo, lo cual indica la capacidad de las especies estudiadas para sobrevivir y crecer” en este sustrato, explica Sonia Chamizo.

Cultivo de cianobacterias en pequeños matraces en laboratorio.

También los expertos descubrieron que disminuía la hidrofobia –rechazo al agua-, algo que consideran importante porque reduciría la generación de escorrentías tras una lluvia y, por tanto, la pérdida de suelo por erosión hídrica. “El efecto más significativo en todo caso fue el aumento de la estabilidad superficial del suelo, lo cual le confiere una mayor resistencia frente a agentes erosivos como son el impacto de las gotas de lluvia y la escorrentía, ayudando también a reducir la pérdida de materia orgánica y de nutrientes del suelo”, añade la investigadora.

Todas estas mejoras en las propiedades del suelo conducirán a la supervivencia y establecimiento de la vegetación, y por tanto al éxito de la restauración en zonas afectadas por incendios. Uno de los siguientes pasos será evaluar la viabilidad de esta estrategia en condiciones de campo.

La investigadora Sonia Chamizo aplicando el inóculo de cianobacterias en muestras de suelo en laboratorio.

Hasta la fecha, esta tecnología apenas se aplicó en suelos afectados por incendios.  El uso de cianobacterias se ha usado más comúnmente para la recuperación de suelos degradados  de zonas áridas. El grupo Ecoretos (Ecohidrología y restauración de tierras áridas) de la Universidad de Almería ha publicado diversos estudios en colaboración con investigadores de la Universidad de Florencia, la Universidad Autónoma de Madrid y la Universidad de Western (Australia), que manifiestan la viabilidad de la tecnología para elevar la estabilidad y fertilidad del suelo.

Del infinito universo de las bacterias los científicos extraen una vez más soluciones que palían problemas originados por el crecimiento exponencial de la actividad humana. Aunque se hallan entre los organismos más primitivos siguen resultando imprescindibles. O quizás por eso.


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