Este tipo de análisis constituyen una herramienta imprescindible a la hora de estudiar y conocer cuál es la opinión de la población en relación con la política. Esta metodología se emplea, además, para pronosticar los resultados de unas elecciones antes de que éstas se celebren, no obstante, ¿cuál es la fiabilidad real de este tipo de estudios?
Lo más importante a la hora de desarrollar sondeos electorales es entender cómo se realizan estos estudios, sus ‘entrañas’, para saber valorar sus conclusiones. “Las encuestas no sirven para predecir resultados, son como una foto fija del electorado en un momento concreto, pero sí indican tendencias y analizan tanto la cultura política de la población como su comportamiento electoral”, explica la directora del Centro de Análisis y Documentación Política y Electoral de Andalucía (CADPEA) de la Universidad de Granada, Carmen Ortega.
De esta manera, organismos e institutos de investigación como el CADPEA, que desarrollan periódicamente sondeos de este tipo, no persiguen únicamente el objetivo de pronosticar un resultado electoral, sino más bien el de estudiar, analizar y evaluar el comportamiento global de las personas, además de su opinión sobre determinados asuntos de interés. En el caso del CADPEA, se trata de un centro andaluz que surgió hace casi 20 años en el seno de la Universidad de Granada con el objetivo de conocer la realidad social y política que viven los andaluces. De este modo, semestralmente este organismo realiza un estudio con el objetivo de conocer cómo evoluciona la opinión que tiene la población sobre el sistema democrático y político actual. Los resultados se publican en la propia página web del Centro de Análisis y Documentación Política y Electoral de Andalucía.
Fases del sondeo electoral
A la hora de desarrollar un sondeo, indican los especialistas, son varios los pasos a seguir: preparar una encuesta, seleccionar a las personas que van a participar en la misma y ejecutarla. El primero es, por tanto, la redacción de las preguntas destinadas a los votantes. Según la finalidad del estudio dicho cuestionario será más o menos extenso. “Muchos medios de comunicación elaboran sondeos cuyo único objetivo es conocer la estimación del voto, por lo que el número de preguntas se reduce. Sin embargo, en los institutos de investigación, como es nuestro caso, también se tienen en cuenta otros valores”, matiza Ortega. Para ello, este tipo de centros incluyen una batería más amplia de preguntas dirigidas a la población para conocer cuál es su opinión sobre la realidad sociopolítica, es decir, el interés en problemas actuales, su valoración de la democracia o cómo piensan que va a evolucionar el sistema económico, entre otros asuntos.
Una vez elaborado el cuestionario, el segundo paso es preparar la muestra, es decir, el número de personas voluntarias que tomarán parte en el estudio. Para hacer esta selección los expertos siguen criterios como la edad, el sexo o el número de habitantes del municipio al que pertenecen. “El objetivo es conseguir un notable nivel de representación sobre la población general, ya que éste se usa para valorar los márgenes de confianza y error de los resultados obtenidos en el sondeo”, apunta la investigadora.
“El mínimo de ciudadanos encuestados es de 400 para que un sondeo electoral tenga un margen de error del 5%”, aclara la responsable. Esto significa que la estimación de los votos puede variar en torno a ese porcentaje. Por ejemplo, un partido que ha obtenido un 30% de la estimación podría, en realidad, oscilar entre el 25 y el 35%. “A partir de este umbral, para reducir el margen de error es necesario aumentar el tamaño de la muestra”, añade. En el último sondeo elaborado por el CADPEA sobre las elecciones en Andalucía se entrevistaron a 1.200 ciudadanos. Por su parte, el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) entrevistó a más de 3.100 personas.
Número de participantes en el sondeo elaborado por CADPEA
“En el centro dividimos los participantes por intervalos de edad, jóvenes de 18 a 29 años, adultos de 30 a 44, de 45 a 64 y mayores de 65 en adelante, igualmente buscamos conseguir una representación de ambos géneros en cada uno de estos tramos”, declara Ortega. Asimismo, existen otro tipo de valores geográficos que los expertos deben tener en cuenta a la hora de seleccionar la muestra, como el tamaño del municipio en el que viven los encuestados, su ubicación o si se trata de zonas rurales o urbanas. “En cualquier caso, a partir de estos criterios, los candidatos son elegidos siempre aleatoriamente, por sorteo”, aclara Ortega.
Según apuntan los investigadores, hay un valor que es muy difícil de estudiar y medir siguiendo esta metodología, y es el de la abstención. “Las personas que deciden no votar muchas veces también prefieren no participar en este tipo de estudios, por lo que es muy difícil analizar las condiciones o las causas de la abstención”, sostiene la directora del CADPEA.
Por último, el tercer paso para finalizar un sondeo es, una vez elaborada la encuesta y seleccionado el conjunto de participantes, ejecutarla. “Hay dos maneras, por teléfono o en persona, si bien antes se hacían muchas de estas entrevistas de forma presencial, en la actualidad la mayoría de ellas son a distancia”, explica.
Juego de probabilidades en un sondeo electoral
“Los sondeos no son una ciencia matemática exacta sino una lógica probabilística”, destaca Ortega. Y puntualiza: “La fiabilidad y el margen de confianza de cada estudio vienen determinados por la rigurosidad del trabajo desempañado y por el tamaño y las características de las personas seleccionadas”.
“Antes los votantes se dejaban llevar más por su ideología a la hora de elegir candidato, pero actualmente los estudios muestran que las personas somos cada vez más volátiles para decidir el voto, cambiamos de opinión de una semana a otra y esto dificulta, aún más, el grado de acierto de los sondeos”, apunta la experta. De hecho, en el año 2012 muchos estudios pronosticaban que el Partido Popular conseguiría mayoría absoluta en Andalucía, un resultado que no llegó a producirse cuando se celebraron las elecciones. “No es que existiera un error en los sondeos, las encuestas no fallan, son más bien como el ‘hombre del tiempo’, hacen un pronóstico y sirven para medir tendencias y calcular una estimación”, concluye.
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