Córdoba /
25 de abril de 2022

Habas más adaptadas y productivas

Fotografía ilustrativa de la noticia

Autoría: Remedios Valseca / Fundación Descubre

Un equipo de investigación del Instituto de Agricultura Sostenible del CSIC y el World Vegetable Center de Taiwán ha caracterizado las distintas variedades de esta leguminosa en relación a su capacidad de defensa contra plagas y enfermedades. El estudio sirve de base para desarrollar variedades resistentes que permitan revalorizar el cultivo. 

Darwin afirmó hace casi dos siglos: “No es el más fuerte de las especies el que sobrevive, tampoco es el más inteligente el que sobrevive. Es aquel que es más adaptable al cambio”. El que fuera el padre de la teoría de la evolución categorizó lo que hoy día conocemos de sobra. Los individuos que son capaces de adaptarse al medio son los que permanecen. Por las mismas fechas, Mendel investigaba con guisantes y observaba cómo al cruzar distintas especies se producían nuevas variedades con características propias y diferentes a las de sus progenitores.

La comunidad científica no comenzó a hablar hasta un siglo después de genética, la rama de la biología que busca comprender y explicar cómo se transmite la herencia de generación en generación mediante el ADN. Desde entonces, se han acuñado nuevos términos relacionados, se han generado nuevas herramientas de análisis y nuevas fórmulas de recombinación para lograr individuos adaptables y resistentes a los cambios del medio en el que habitan.

El desarrollo de habas mejoradas contribuirá a la reducción de costos en la producción y la rentabilidad de su cultivo.

Para contribuir con la permanencia y evolución de las especies es necesario conocer cuál es la relación entre las características genéticas de los seres vivos y su adaptabilidad al medio. Una de las capacidades de adaptación es la de la resistencia a determinadas enfermedades. En esta línea, un equipo de investigación del Instituto de Agricultura Sostenible del CSIC y el World Vegetable Center de Taiwán ha publicado un artículo en la revista Theoretical and Applied Genetics en el que describe todo lo conocido hasta el momento sobre la mejora genética de las habas.

En él, los expertos han determinado las características genéticas de distintas variedades de habas en relación a su resistencia contra todas las plagas y enfermedades que podrían padecer. La identificación y caracterización tanto de la capacidad de defensa de la planta infectada, como de la virulencia del parásito y sus interacciones permiten seleccionar las variedades que mejor se adaptan a una producción más efectiva. El desarrollo de estas leguminosas mejoradas contribuirá a la reducción de costos y la rentabilidad de su cultivo, apreciado por su uso en alimentación humana y animal y por su aporte de nitrógeno al suelo, necesario para el crecimiento de las plantas.

A pesar de los avances, aún se desconocen las características genéticas contra ciertas enfermedades en este tipo de cultivos. “Se han determinado algunos marcadores de ADN para la resistencia a la roya, al jopo y a la ascoquitosis, pero aún no para otras enfermedades o plagas”, indica a la Fundación Descubre el investigador del Instituto de Agricultura Sostenible (CSIC-Córdoba) Diego Rubiales, autor del artículo.

El investigador del Instituto de Agricultura Sostenible (CSIC-Córdoba) Diego Rubiales, autor del artículo.

El DNI de las habas y sus enemigos

Según los investigadores, conocer adecuadamente el germoplasma disponible, es decir, la diversidad genética de una especie, es un recurso fundamental para cualquier programa de mejora que se quiera implantar. Las semillas se reservan en los conocidos como bancos de germoplasma, lugares donde se guardan las distintas variedades para asegurar su conservación. En el caso de las habas están registradas hasta 38.000 diferentes en el mundo.

Sin embargo, la mayoría aún no se ha caracterizado genéticamente ni se ha establecido su capacidad de lucha frente a plagas y otras enfermedades. De esta manera, los expertos relacionan en el estudio las fuentes de resistencia disponibles de modo que puedan ser usadas en programas para el desarrollo de variedades más fuertes. Asimismo, consideran toda la información existente sobre marcadores moleculares asociados a la fortaleza, así como las herramientas genómicas actuales para su uso en mejora genética.

Algunos ejemplos de las relaciones establecidas por los expertos en este trabajo son las enfermedades provocadas por hongos como la roya, la ascoquitosis, la botrytis o la fusariosis vascular. También las producidas por plantas parásitas, como el jopo, o por nematodos o virus. Así, especifican si se conoce tratamiento o si están determinadas las marcas moleculares de acción en cada una de las variedades caracterizadas.

Los expertos proponen el estudio de las distintas variedades aún no descritas en cuanto a su resistencia a las enfermedades más frecuentes con herramientas como FIGS (Estrategia de identificación enfocada de germoplasma) que pueden acelerar el descubrimiento de genotipos o genes de resistencia en las distintas colecciones de los diferentes bancos de semillas del mundo. Así, quedarían registradas de forma unificada las características de las diferentes variedades, como si se tratara de un DNI particular de cada semilla asociado a un certificado de su capacidad de resistencia a enfermedades.

A pesar de los avances, aún se desconocen las características genéticas contra ciertas enfermedades en este tipo de cultivos.

Por otro lado, la comprensión de la biología del patógeno posibilita diseñar estrategias de reproducción y predecir los riesgos de aparición de nuevas enfermedades en respuesta a la resistencia creada. Por tanto, el trabajo permite un mejor conocimiento de los problemas actuales y el planteamiento de nuevas soluciones que pueden exportarse a otras zonas de acción y a otros cultivos similares.

Si Mendel y Darwin vivieran quedarían impactados con los avances logrados hoy día con las técnicas desarrolladas a partir de sus estudios. Doscientos años que han configurado las posibilidades de la genética y la evolución de las especies. Todo con el objetivo de definir, caracterizar y mejorar el mundo en el que vivimos.

Más información en #CienciaDirecta: Describen la resistencia a plagas y enfermedades de las habas


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